Caja: Piedras en el zapato
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Lunes 08 octubre, 2012
Males que ocasionaron la crisis persisten
Caja: Piedras en el zapato
Gastar menos en la atención de los pacientes fue su solución ante déficit financiero
Su frustración al acudir a un servicio de salud público es el resultado de una serie de deterioros que arrastra la Caja que son como piedras en el zapato.
El problema —para todos como contribuyentes a la seguridad social— es que la mayoría de los males no han desaparecido.
Esto a pesar de que Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la Caja, afirmó la semana anterior que este año no tendrán el déficit financiero pronosticado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La institución mantiene los principales males que la llevaron a la crisis, como el elevado costo de los salarios, el aumento del gasto administrativo, cesantías hasta por 20 años y excesiva contratación de burócratas.
Ciertamente, la institución contuvo el deterioro financiero, pero fue a través de gastar menos en la atención de los pacientes.
Los resultados de esa austeridad son las crisis en hospitales —como el de Grecia— o la falta de medicamentos.
La salvación para la Caja es hacer un uso eficiente de los aportes que cada mes pagamos cada uno de los trabajadores.
Los jerarcas saben, mejor que nadie, cuáles son los males de la institución y han dado algunos pasos en esa dirección.
Una fuerte gestión de cobro contra los morosos, por ejemplo.
Sin embargo está pendiente el ordenamiento de la casa puertas dentro. Principalmente en la disminución de gastos excesivos en remuneraciones.
La Caja tiene la mayor cantidad de pluses salariales a sus empleados, que son casi 50.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Caja: Piedras en el zapato
Gastar menos en la atención de los pacientes fue su solución ante déficit financiero
El problema —para todos como contribuyentes a la seguridad social— es que la mayoría de los males no han desaparecido.
Esto a pesar de que Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la Caja, afirmó la semana anterior que este año no tendrán el déficit financiero pronosticado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La institución mantiene los principales males que la llevaron a la crisis, como el elevado costo de los salarios, el aumento del gasto administrativo, cesantías hasta por 20 años y excesiva contratación de burócratas.
Ciertamente, la institución contuvo el deterioro financiero, pero fue a través de gastar menos en la atención de los pacientes.
Los resultados de esa austeridad son las crisis en hospitales —como el de Grecia— o la falta de medicamentos.
La salvación para la Caja es hacer un uso eficiente de los aportes que cada mes pagamos cada uno de los trabajadores.
Los jerarcas saben, mejor que nadie, cuáles son los males de la institución y han dado algunos pasos en esa dirección.
Una fuerte gestión de cobro contra los morosos, por ejemplo.
Sin embargo está pendiente el ordenamiento de la casa puertas dentro. Principalmente en la disminución de gastos excesivos en remuneraciones.
La Caja tiene la mayor cantidad de pluses salariales a sus empleados, que son casi 50.
ncambronero@larepublica.net
Oscar Rodríguez
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