Calienta motores plan de nuevo aeropuerto
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Lunes 26 marzo, 2012
Sustituto del Juan Santamaría entraría a operar en 2026
Calienta motores plan de nuevo aeropuerto
Terminal se ubicaría en Coyolar de Orotina y contará con dos pistas de aterrizaje
Calienta motores el proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto internacional que venga a reemplazar al Juan Santamaría.
Pronto despegarán los estudios de la obra con la meta de que antes de que concluya este gobierno ya se trabaje en el plan maestro.
Será en 2026 cuando inicie operaciones, debido a que en ese momento vence el contrato de Aeris Holding al frente del Juan Santamaría.
No se puede antes porque el contrato de Aeris obliga al Estado a indemnizarla en caso de que la demanda del Juan Santamaría se venga abajo.
Para cumplir el desafío de contar con un mega aeropuerto en 2026, la construcción tendría que arrancar dos años antes a más tardar.
Es muy probable que se construya utilizando el modelo de concesión.
Se estima que para cuando despeguen las operaciones en el nuevo puerto aéreo, el flujo de viajeros superará los 12 millones.
Precisamente la saturación del espacio aéreo en el Valle Central hace necesario construir un nuevo aeropuerto en la periferia.
El dinero para los estudios ya está seguro. Saldrá de los recursos que le gira Aeris a Aviación Civil de las ganancias del aeropuerto.
El viento, la capacidad del espacio aéreo, la migración y presencia de aves, son algunos de los análisis que se deben hacer para escoger la mejor zona para la construcción.
Coyolar de Orotina es la comunidad que reuniría las mejores condiciones para ser la sede de la nueva terminal, según análisis preliminares.
Ello por estar casi a nivel del mar, lo que facilita las maniobras de los aviones, y además por tener una excelente visibilidad.
Incluso ya se tiene identificado un terreno de 800 hectáreas donde se ubicaría el futuro aeropuerto principal del país.
Una de las ventajas es que el lote que se necesitará es de tres dueños, lo que facilitaría la compra, dijo Luis Carlos Araya, viceministro de Transporte Aéreo.
Eso sí, existe la complejidad de que habrá que movilizar unas 500 personas de Coyolar por razones de seguridad.
En ese sentido, las autoridades aeronáuticas gestionan con el municipio para que impida el desarrollo de nuevos poblados en la zona.
Entre las innovaciones del nuevo aeropuerto destaca que será el primero en contar con dos pistas de aterrizaje.
Por su parte, por contar con línea férrea se tiene el valor agregado de que se podría habilitar el tren de pasajeros desde la capital hasta Orotina.
Además por estar a unos 30 minutos de la capital y cerca de los destinos de playa del Pacífico la ubicación será estratégica.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) asesora al país en los estudios y desarrollo de la nueva terminal.
Aprovechar la experiencia y lograr más transparencia en el proceso es lo que se busca al acercase a OACI, detalló Araya.
Otra ventaja de trabajar con esa organización es la agilidad que se logra, ya que los concursos no pueden ser apelados.
Cuando esté el nuevo aeropuerto, el Juan Santamaría podría albergar las operaciones que se dan en el Tobías Bolaños de Pavas.
Ahí se imparten en la actualidad clases de aviación, sirve de base para vuelos privados y para taxis aéreos y vuelos locales.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net
Calienta motores plan de nuevo aeropuerto
Terminal se ubicaría en Coyolar de Orotina y contará con dos pistas de aterrizaje
Pronto despegarán los estudios de la obra con la meta de que antes de que concluya este gobierno ya se trabaje en el plan maestro.
Será en 2026 cuando inicie operaciones, debido a que en ese momento vence el contrato de Aeris Holding al frente del Juan Santamaría.
No se puede antes porque el contrato de Aeris obliga al Estado a indemnizarla en caso de que la demanda del Juan Santamaría se venga abajo.
Para cumplir el desafío de contar con un mega aeropuerto en 2026, la construcción tendría que arrancar dos años antes a más tardar.
Es muy probable que se construya utilizando el modelo de concesión.
Se estima que para cuando despeguen las operaciones en el nuevo puerto aéreo, el flujo de viajeros superará los 12 millones.
Precisamente la saturación del espacio aéreo en el Valle Central hace necesario construir un nuevo aeropuerto en la periferia.
El dinero para los estudios ya está seguro. Saldrá de los recursos que le gira Aeris a Aviación Civil de las ganancias del aeropuerto.
El viento, la capacidad del espacio aéreo, la migración y presencia de aves, son algunos de los análisis que se deben hacer para escoger la mejor zona para la construcción.
Coyolar de Orotina es la comunidad que reuniría las mejores condiciones para ser la sede de la nueva terminal, según análisis preliminares.
Ello por estar casi a nivel del mar, lo que facilita las maniobras de los aviones, y además por tener una excelente visibilidad.
Incluso ya se tiene identificado un terreno de 800 hectáreas donde se ubicaría el futuro aeropuerto principal del país.
Una de las ventajas es que el lote que se necesitará es de tres dueños, lo que facilitaría la compra, dijo Luis Carlos Araya, viceministro de Transporte Aéreo.
Eso sí, existe la complejidad de que habrá que movilizar unas 500 personas de Coyolar por razones de seguridad.
En ese sentido, las autoridades aeronáuticas gestionan con el municipio para que impida el desarrollo de nuevos poblados en la zona.
Entre las innovaciones del nuevo aeropuerto destaca que será el primero en contar con dos pistas de aterrizaje.
Por su parte, por contar con línea férrea se tiene el valor agregado de que se podría habilitar el tren de pasajeros desde la capital hasta Orotina.
Además por estar a unos 30 minutos de la capital y cerca de los destinos de playa del Pacífico la ubicación será estratégica.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) asesora al país en los estudios y desarrollo de la nueva terminal.
Aprovechar la experiencia y lograr más transparencia en el proceso es lo que se busca al acercase a OACI, detalló Araya.
Otra ventaja de trabajar con esa organización es la agilidad que se logra, ya que los concursos no pueden ser apelados.
Cuando esté el nuevo aeropuerto, el Juan Santamaría podría albergar las operaciones que se dan en el Tobías Bolaños de Pavas.
Ahí se imparten en la actualidad clases de aviación, sirve de base para vuelos privados y para taxis aéreos y vuelos locales.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net