Logo La República

Viernes, 22 de noviembre de 2024



NACIONALES


El rock está en sus venas

Tatiana Fernandez tfernandez@larepublica.net | Sábado 22 marzo, 2014


Su padre, el bolerista Francisco Fonseca le compró una guitarra a su medida a los ocho años y le dio consejos en sus inicios como cantante.


Cantando desde los 17 años, Marta se dio a conocer en el ámbito musical

El rock está en sus venas

Con cuatro bandas en su historial, nunca ha dejado su lado maternal

El esfuerzo, la persistencia y las ganas de hacer lo que le gusta, fue lo que impulsó la carrera de la cantante nacional Marta Fonseca, quien como toda mujer tuvo obstáculos en la vida, pero nunca fueron pretexto para dejar de lado sus objetivos profesionales y personales.

De niña practicó la natación desde los siete años hasta los 14, y conquistó medallas a nivel nacional y centroamericano, además de ser seleccionada nacional.

Nervios, un vacío en el estómago y pura gratitud es lo que siente cada vez que salta al escenario para dar un concierto, desde la primera vez que lo hizo con el Palacio de los Deportes a reventar, y el público llenándola de aplausos por su actuación, previo al concierto de Fito Páez.

Ahora, su vida se divide entre sus hijas, su familia, su bar Times y la carrera artística, lo cual la llena de emoción, de inspiración y la hace convertirse en una mujer plena y exitosa en los campos en que se desenvuelve.

¿Cómo se inició en la música?
Desde niña aprendí a tocar guitarra sola, mi papá me compró el instrumento y yo con cancioneros empecé a sacar canciones. Cuando estaba en el Castella, empecé a tocar guitarra eléctrica con mis compañeros, y al entrar a la universidad formé mi primer grupo, Amalgama.

¿Qué experiencia le dejó este grupo?
Amalgama era un grupo de rock duro, de música original con letras de conciencia social, que tenía que ver con el ambiente, los piques en la carretera, el hambre, las guerras, los amos del poder. Duró tres años y fue pura experiencia, porque en esos años solo se oían boleros y chiquichiqui, era música más latina.

¿En qué momento nacen Los Duros?
Unos años después de finalizar Amalgama, me invitaron unos amigos a Quepos para ver una banda tocar y me propusieron cantar, en ese momento estaba muy pegado "4 Non Blondes" con "Whats up" y la canté. Al día siguiente, el público pedía que cantara de nuevo, entonces, me uní al grupo y pasé casi dos años con ellos.

¿Cómo inician con Suite Doble?
Mi exesposo Gustavo me instó a no quedarme ahí y decidimos que yo grabara un disco. Llamamos a Bernal Villegas, le expusimos el proyecto para grabar unas canciones y terminar mi disco. Le enseñamos algunas grabaciones; se volvió y nos dijo “en realidad no le voy a componer canciones, mejor hagamos un dúo”, y acepté.

¿Cómo nació el primer disco?
Adecuamos mi casa para componer, y Bernal hasta se fue a vivir unos meses con mi familia para hacer las canciones. Ese primer disco sale entre sala, casa, conversaciones, café; lo grabamos con nuestros recursos; un día Gustavo se encontró al gerente de Sony Music y le dio el disco, a él le gustó y firmamos con la disquera.

¿Qué sintió cuando salió por primera vez a escena?
Cuando vino Fito Páez, nos pidieron que le abriéramos; no teníamos banda y tuvimos que llamar a los músicos que nos ayudaron a grabar el disco. Cuando salimos yo sentí una emoción tan fuerte, escalofríos, nerviosismo, un compromiso de hacer mejor las cosas; cuando yo sentí ese aplauso y esa bienvenida, ahí me lo creí.

¿Por qué el segundo disco no tiene tanto éxito?
Las oficinas de Sony Music comienzan a ceder aquí en el país, nos dejan de lado y engavetan los discos. Hasta que el productor del comercial de una marca de cigarrillos, escuchó "Al Final" y le gustó para el anuncio, así fue como esto nos solventó el problema de sonar la canción; pero ahí muere ese segundo disco.

¿Qué siguió después de Suite Doble?
Creamos una banda que se llamaba Marta y la Banda de los Corazones Solitarios, y tocábamos covers en El Pueblo, en un bar que se llamaba "El Sargento Pimienta". Ahí canté desde Queen, Janis Joplin, Alice Cooper y también grabamos canciones originales.

¿Lo que ha vivido la influenció en su forma de ver las cosas?

A raíz de la disciplina que me creó el deporte, he logrado ser una persona muy insistente, no me doy por vencida muy fácilmente; pruebo y pruebo hasta alcanzar lo que quiero. He logrado ser muy disciplinada, comprometida con lo que hago, super responsable; respeto el trabajo de los demás, así como quiero que se me respete lo que yo hago.

¿Fue complicado el inicio de una mujer rockera?
Al principio me asustaba un poquito, puesto que en escena no había nadie cantando este tipo de música, solo Miriam Jarquín o Silvia Rojas, pero fuera de ahí no recuerdo a nadie más. Sin embargo, el gremio musical en Costa Rica siempre ha sido muy fraternal, muy unido; puesto que todos estamos en lo mismo, siempre hay colaboraciones.

¿Cuál banda le llenó más?
Cada una tiene su esencia, así que todas han sido muy valiosas para mí. Amalgama, me enseñó a creer en lo que uno piensa, lo que uno dice; la etapa de los Duros me enseñó a comprender que al público hay que entretenerlo y no solo estarle recordando que existen problemas sociales. Suite Doble fue un compromiso más profesional, creer en lo que se piensa y en las emociones.

¿Qué hace actualmente Marta?
A lo largo de todo este proceso, siempre tuve la espinita de un bar, donde pudiera cantar y atender al público desde un punto de vista diferente. Mi novio tiene uno y decidimos ponerlo a funcionar, hace dos años. Aunque es muy esclavizado, me ha gustado mucho, porque comparto con las personas y me retroalimento de ellas.

¿Cómo resume su carrera?
Trato de ver las cosas dentro del marco de la felicidad y todos estos años me han dado una vida preciosa. Creo que una vida como la que he tenido se la desea cualquiera, porque uno recibe mucho afecto de las personas. Ha sido una vida de privilegio y de felicidad.

Tatiana Fernández
tfernandez@larepublica.net
@tfernandezLR

 







© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.