Envejecimiento asusta finanzas públicas
| Sábado 13 abril, 2013
Población joven a menos
Envejecimiento asusta finanzas públicas
Costa Rica podría enfrentar bonos negativos en salud y pensiones
Los cambios demográficos que enfrenta el país impactarán en el mediano plazo la economía y las finanzas públicas si no se toman previsiones.
En las últimos cinco décadas, la base demográfica tributaria creció más rápido que la demanda demográfica por transferencias públicas, por lo que el país disfrutó de un bono demográfico.
El peso de los jóvenes en la población costarricense disminuye constantemente.
En 1960, Costa Rica estaba constituida mayoritariamente por niños y adolescentes, un 56% de menores de 20 años de edad; para 2060 se espera que los jóvenes representen solo el 22% (esto bajo la proyección de que la fecundidad se estabilizará en alrededor de dos hijos), reveló el estudio de “Estimaciones y proyecciones de población por sexo y edad”, del INEC.
Bajo este panorama, nuestro país podría enfrentarse a un anti-bono demográfico o un bono negativo, particularmente en el ámbito de las finanzas públicas y, dentro de ellas, en los sectores de la salud y las pensiones, instituciones que se encargan de canalizar los ahorros a través del tiempo.
A partir de los 50 años de edad, los costarricenses adultos reciben más transferencias del Estado, principalmente por concepto de pensiones y pagan menos impuestos.
Bajo este panorama, un incremento de la población de la tercera edad impacta la recaudación por concepto de contribuciones a los regímenes de pensiones, considerando que los intereses ganados tras un plan de pensión, no son sujetos a impuestos de la renta, siempre que el dinero no sea retirado antes de los 57 años de edad.
Para 2060, la demografía impactará la carga tributaria, lo que representa una mala noticia para el fisco y probablemente también para la población, pues habrá que aumentar impuestos para revertir dicha caída, reveló el estudio “Retos y Oportunidades del cambio demográfico para la política fiscal” de la UCR.
De este modo, recortes en prestaciones, aumento de contribuciones o el financiamiento de la brecha con recursos como deuda pública, se muestran como posibles opciones para resolver la brecha de crecimiento.
Asimismo, para mitigar el impacto de este anti-bono demográfico sobre la salud y las pensiones, serán necesarias políticas públicas, como los graduales aumentos en la edad a pensionarse además de reducciones en la edad prejubilación.
Otra posible corrección es la gradual introducción de gravámenes a ingresos de personas de edad. Entre ellos, que las pensiones de IVM contribuyan al seguro de salud o un gravamen a la riqueza, como las ganancias del capital o los bienes raíces, reveló el estudio.
Los dividendos demográficos consisten en un incremento potencial del bienestar de la población debido a la dinámica demográfica, por ello, la disminución de la población en edades “productivas” que enfrenta el país, trae consigo el reto de promover un crecimiento robusto de la economía.
Bajo un escenario de crecimiento sostenido en la economía, el bono demográfico negativo —incluso el de las pensiones— podría ser absorbido.
Así, Costa Rica deberá sacar ventaja de su cambio en la estructura por edades, con la promoción de políticas públicas que promuevan la equidad y productividad.
Hoy, pese al aumento en cobertura educativa, nuestro país debe incrementar el número de habitantes que logran completar su secundaria además de evitar la deserción, pues se enfrentará a una fuerza laboral que deberá ser lo suficientemente capaz de sostener a una población mayor.
Costa Rica enfrenta 15 años sin avance en pobreza. Un 45% de los pobres son niños y adolescentes (uno de cada tres), por lo que estos deberían gozar hoy de las mejores condiciones en igualdad y educación para promover el futuro desarrollo del país, señaló Jorge Vargas, miembro del Estado de la Nación.
El reto será preparar y capacitar a los actuales jóvenes. El Estado deberá invertir en educación para que estos logren sostener y aumentar el crecimiento económico del país y de este manera lograr inclusión social.
Asimismo, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas resultará fundamental para fomentar no solo empleo, sino además para incrementar la productividad del país, agregó Vargas.
Gabriela Vargas
gvargasg@larepublica.net