La nueva normalidad: Crecimiento lento
Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Martes 07 agosto, 2012
ANALISIS
Vamos bien, en comparación con muchos otros países
La nueva normalidad: Crecimiento lento
Situación seguirá, dado el estancamiento de EE.UU. y Europa
Un incremento sobrio en la producción nacional y el empleo, será la “nueva normalidad” de Costa Rica.
El término, acuñado por Anthony Crescenzi, vicepresidente del fondo Pimco, uno de los más grandes a nivel global, explica que las economías mundiales por varios años pasarán por vaivenes, con ciclos de recuperación y caída, afectadas por la elevada deuda pública, y por una banca más débil y reglamentada.
Es la nueva realidad y hay que acostumbrarse a ella, incluso en este país, en el cual los incrementos en la producción nacional de un 3% en promedio en los últimos cuatro años, serían ahora la norma, en vez de casi el 7%, registrado entre 2003 y 2007.
Ver como positivo el crecimiento actual, en vez de añorar los tiempos pasados, es lo que hace el Banco Central, al calificar de satisfactoria la variación de la producción nacional frente a otras economías, que crecen a menores niveles.
En Estados Unidos, el mercado que más compra los productos ticos, el promedio en la variación interanual del valor de la producción nacional durante los últimos tres años ha sido menos del 1%.
Los retos que enfrentan varios países europeos, como España, Grecia e Italia, son bien conocidos.
Pero aun Alemania, la economía estrella del Viejo Continente, en los últimos tres años creció con un promedio anual de un 2%.
Tampoco existe gran probabilidad de que esos mercados repunten de manera robusta, en el corto plazo.
Por un lado, todos —Alemania incluido— tienen que lidiar con altos niveles de endeudamiento estatal.
Se trata del 100% del valor de la producción anual en Estados Unidos, y más del 80% en el caso de la Unión Europea.
Peor aún, ahora viene el problema demográfico, con la jubilación durante la próxima década, de la generación del llamado “baby boom”.
Esto implica que los trabajadores norteamericanos y europeos tendrán que apoyar económicamente a decenas de millones de gente mayor, que no trabaja y solo consume, lo cual reduce la productividad.
En estas circunstancias, Costa Rica ha tenido un rendimiento bastante aceptable.
Un factor preocupante tiene que ver con el desempleo, que en los últimos tres años en promedio fue del 7,6%, en comparación con los cuatro años previos a la crisis cuando no superaba el 5,7%.
Por otro lado, este fenómeno es de esperarse.
Cuando la economía crece de forma más lenta que en tiempos anteriores, las empresas tratan de reducir sus costos, a menudo empiezan por el personal.
En lo que a las ventas al exterior se refiere, el país desde 2009 ha logrado que las exportaciones crecieran de forma impresionante, a una tasa anual que promediaba el 10% en el caso de la Unión Europea, y de no menos del 13% en el caso de Estados Unidos.
El ingreso de divisas por turismo experimentó una caída a partir de 2008.
Los siguientes dos años a pesar de que estos ingresos lograron crecer, no alcanzaron el tope máximo previo a la crisis.
La inversión extranjera directa luego de 2008 se comportó similar a la actividad turística.
En donde a pesar de seguir con un promedio de crecimiento en sus números anuales, el incremento que presentó la inversión posterior a los años de crisis es inferior y no se compara a los años de bonanza previos a la recesión mundial.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Bernal Rodríguez
brodriguez@larepublica.net
Vamos bien, en comparación con muchos otros países
La nueva normalidad: Crecimiento lento
Situación seguirá, dado el estancamiento de EE.UU. y Europa
Un incremento sobrio en la producción nacional y el empleo, será la “nueva normalidad” de Costa Rica.
El término, acuñado por Anthony Crescenzi, vicepresidente del fondo Pimco, uno de los más grandes a nivel global, explica que las economías mundiales por varios años pasarán por vaivenes, con ciclos de recuperación y caída, afectadas por la elevada deuda pública, y por una banca más débil y reglamentada.
Es la nueva realidad y hay que acostumbrarse a ella, incluso en este país, en el cual los incrementos en la producción nacional de un 3% en promedio en los últimos cuatro años, serían ahora la norma, en vez de casi el 7%, registrado entre 2003 y 2007.
Ver como positivo el crecimiento actual, en vez de añorar los tiempos pasados, es lo que hace el Banco Central, al calificar de satisfactoria la variación de la producción nacional frente a otras economías, que crecen a menores niveles.
En Estados Unidos, el mercado que más compra los productos ticos, el promedio en la variación interanual del valor de la producción nacional durante los últimos tres años ha sido menos del 1%.
Los retos que enfrentan varios países europeos, como España, Grecia e Italia, son bien conocidos.
Pero aun Alemania, la economía estrella del Viejo Continente, en los últimos tres años creció con un promedio anual de un 2%.
Tampoco existe gran probabilidad de que esos mercados repunten de manera robusta, en el corto plazo.
Por un lado, todos —Alemania incluido— tienen que lidiar con altos niveles de endeudamiento estatal.
Se trata del 100% del valor de la producción anual en Estados Unidos, y más del 80% en el caso de la Unión Europea.
Peor aún, ahora viene el problema demográfico, con la jubilación durante la próxima década, de la generación del llamado “baby boom”.
Esto implica que los trabajadores norteamericanos y europeos tendrán que apoyar económicamente a decenas de millones de gente mayor, que no trabaja y solo consume, lo cual reduce la productividad.
En estas circunstancias, Costa Rica ha tenido un rendimiento bastante aceptable.
Un factor preocupante tiene que ver con el desempleo, que en los últimos tres años en promedio fue del 7,6%, en comparación con los cuatro años previos a la crisis cuando no superaba el 5,7%.
Por otro lado, este fenómeno es de esperarse.
Cuando la economía crece de forma más lenta que en tiempos anteriores, las empresas tratan de reducir sus costos, a menudo empiezan por el personal.
En lo que a las ventas al exterior se refiere, el país desde 2009 ha logrado que las exportaciones crecieran de forma impresionante, a una tasa anual que promediaba el 10% en el caso de la Unión Europea, y de no menos del 13% en el caso de Estados Unidos.
El ingreso de divisas por turismo experimentó una caída a partir de 2008.
Los siguientes dos años a pesar de que estos ingresos lograron crecer, no alcanzaron el tope máximo previo a la crisis.
La inversión extranjera directa luego de 2008 se comportó similar a la actividad turística.
En donde a pesar de seguir con un promedio de crecimiento en sus números anuales, el incremento que presentó la inversión posterior a los años de crisis es inferior y no se compara a los años de bonanza previos a la recesión mundial.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Bernal Rodríguez
brodriguez@larepublica.net