Mano dura contra la corrupción
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Jueves 16 agosto, 2012
Mano dura contra la corrupción
Se perdió la confianza y hay desencanto sobre la institucionalidad del país
¿Cómo fue su camino para alcanzar el máximo puesto en la Contraloría?
Fue extraordinario. Mi aspiración era ser subcontralora, pero conforme avanzó el proceso de nombramiento —en el que participé— fui consultada en varias ocasiones si aceptaría el cargo de contralora. Lo decidí cuando se me dijo que era una candidata de consenso.
Varios aspectos influyeron para mi elección: una trayectoria de muchos años en temas afines al control y la fiscalización, casi ocho años como subcontralora y, definitivamente, una hoja de vida íntegra.
¿El principal problema del país?
Me preocupa que como sector público no estamos logrando, en varias áreas, los resultados que la ciudadanía necesita y espera; por múltiples razones: falta de visión, fallas en la gestión, crisis de valores, corrupción e impunidad, ausencia de decisiones para no asumir riesgos y clientelismo. Esto ha generado una pérdida de confianza y desencanto cada vez mayor en la institucionalidad, que es grave para el país.
¿Se puede frenar la corrupción en la función pública?
Es posible frenarla y disminuirla si como país nos imponemos lograr ese reto. Para ello requerimos además de oportunos y efectivos controles, y marco legal, mucha más transparencia e información, trámites simples y valores éticos en todos los niveles de la administración pública y también en el sector privado. El país debe ser inteligente en la prevención, implacable en la detección y los líderes o jerarcas debemos ser ejemplo en lo que se refiere a valores éticos y morales.
¿Cuáles mejoras deben promoverse en la Contraloría?
Debemos generar mayor oportunidad y efectividad a nuestro trabajo. Para ello, se requiere desahogar a la Contraloría de funciones que no agregan valor, o bien que no corresponden a sus competencias. Desde hace semanas estamos trabajando para proponer las reformas legales, reglamentarias o las que sean necesarias para eliminar estas funciones.
Por otra parte, debemos concentrarnos en lo relevante, el control no es un fin en sí mismo, no debemos atomizarlo.
¿Es necesario modificar la ley de contratación administrativa para agilizar los procesos?
Más que modificar la actual ley, es importante que se conozca y aplique bien, que se aprovechen las figuras contractuales ahí establecidas las cuales vinieron, de alguna manera, a proveer una gama de oportunidades para contratar de manera distinta y de acuerdo con las necesidades de las instituciones. Tenemos serias deficiencias en la planificación de las adquisiciones y en la ejecución de los contratos, más que problemas con la ley.
¿Debería la Contraloría emitir controles previos de supervisión?
Los jerarcas de las instituciones públicas son los responsables de primera línea de prever corrupción, malas decisiones y evitar despilfarros, para eso es el control interno. Si un jerarca no hace eso está incumpliendo con sus responsabilidades.
¿El Congreso debe nombrar al contralor y subcontralor?
Además de estar constitucionalmente dispuesto, es apropiado y necesario que una elección de esta índole se encuentre en manos del Poder Legislativo. De esta manera se favorece, en mayor medida, la independencia de los jerarcas de la Contraloría respecto de sus fiscalizados.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Se perdió la confianza y hay desencanto sobre la institucionalidad del país
Fue extraordinario. Mi aspiración era ser subcontralora, pero conforme avanzó el proceso de nombramiento —en el que participé— fui consultada en varias ocasiones si aceptaría el cargo de contralora. Lo decidí cuando se me dijo que era una candidata de consenso.
Varios aspectos influyeron para mi elección: una trayectoria de muchos años en temas afines al control y la fiscalización, casi ocho años como subcontralora y, definitivamente, una hoja de vida íntegra.
¿El principal problema del país?
Me preocupa que como sector público no estamos logrando, en varias áreas, los resultados que la ciudadanía necesita y espera; por múltiples razones: falta de visión, fallas en la gestión, crisis de valores, corrupción e impunidad, ausencia de decisiones para no asumir riesgos y clientelismo. Esto ha generado una pérdida de confianza y desencanto cada vez mayor en la institucionalidad, que es grave para el país.
¿Se puede frenar la corrupción en la función pública?
Es posible frenarla y disminuirla si como país nos imponemos lograr ese reto. Para ello requerimos además de oportunos y efectivos controles, y marco legal, mucha más transparencia e información, trámites simples y valores éticos en todos los niveles de la administración pública y también en el sector privado. El país debe ser inteligente en la prevención, implacable en la detección y los líderes o jerarcas debemos ser ejemplo en lo que se refiere a valores éticos y morales.
¿Cuáles mejoras deben promoverse en la Contraloría?
Debemos generar mayor oportunidad y efectividad a nuestro trabajo. Para ello, se requiere desahogar a la Contraloría de funciones que no agregan valor, o bien que no corresponden a sus competencias. Desde hace semanas estamos trabajando para proponer las reformas legales, reglamentarias o las que sean necesarias para eliminar estas funciones.
Por otra parte, debemos concentrarnos en lo relevante, el control no es un fin en sí mismo, no debemos atomizarlo.
¿Es necesario modificar la ley de contratación administrativa para agilizar los procesos?
Más que modificar la actual ley, es importante que se conozca y aplique bien, que se aprovechen las figuras contractuales ahí establecidas las cuales vinieron, de alguna manera, a proveer una gama de oportunidades para contratar de manera distinta y de acuerdo con las necesidades de las instituciones. Tenemos serias deficiencias en la planificación de las adquisiciones y en la ejecución de los contratos, más que problemas con la ley.
¿Debería la Contraloría emitir controles previos de supervisión?
Los jerarcas de las instituciones públicas son los responsables de primera línea de prever corrupción, malas decisiones y evitar despilfarros, para eso es el control interno. Si un jerarca no hace eso está incumpliendo con sus responsabilidades.
¿El Congreso debe nombrar al contralor y subcontralor?
Además de estar constitucionalmente dispuesto, es apropiado y necesario que una elección de esta índole se encuentre en manos del Poder Legislativo. De esta manera se favorece, en mayor medida, la independencia de los jerarcas de la Contraloría respecto de sus fiscalizados.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net