Menos médicos: Caja llena de administrativos
Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Miércoles 18 abril, 2012
450 mil personas esperan ser atendidas
Menos médicos: Caja llena de administrativos
Nuevas contrataciones tuvieron respaldo estatal, dice institución
En los últimos cinco años el número de médicos creció en tan solo un 16%.
El número de burócratas de la institución aumentó en 11 mil personas, de las cuales un 44% es en puestos administrativos.
Mientras que los empleados de enfermería y técnicos de salud representaron un 40%.
Esta repartición tan desigual tiene consecuencias en la atención de la salud de los asegurados, fin para el cual fue creada la Caja.
La entidad tiene actualmente poco más de 8.200 doctores, de los actuales 50 mil empleados.
Sin embargo, estos médicos son insuficientes para atender a los más de 450 mil pacientes que están en listas de espera.
Cada asegurado tarda en promedio hasta tres meses para ser diagnosticado por un médico.
Sin embargo, ese periodo se convierte en años cuando se trata de una intervención quirúrgica o un tratamiento especial.
La respuesta de la Caja ante este panorama sigue aumentando la contratación de personal administrativo, en vez de más médicos.
Durante el primer trimestre del año, el ente autónomo incorporó 400 nuevos trabajadores, de estos casi la mitad son administrativos.
La institución defiende que todas las nuevas contrataciones tuvieron el aval de la Contraloría General de la República.
Incluso Eduardo Doryan, expresidente de la Caja, defendió su actuación, dado que contó con el respaldo legal para hacer nuevas contrataciones.
Por otra parte, la entidad ha hecho caso omiso a la congelación de plazas recomendada por la Comisión de Notables hace casi un año.
Esta medida ayudaría a disminuir el alto crecimiento de los gastos de la entidad.
Sin embargo, la Caja sigue la ruta que hizo detonar la crisis financiera de la cual aún no se recupera.
Por ahora, se ha recortado la inversión en equipo médico y atención de la infraestructura existente como medida de contención del gasto.
Para este año hubo una reducción del 33% en la necesidad de reemplazo de maquinaria de hospitales y clínicas.
La decisión afectaría la atención de los asegurados y la calidad de la salud del país, determinó la Contraloría.
Los servicios afectados por los recortes son aquellos que necesitan el pago de especialistas como pediatras, cirujanos, obstetras, anestesiólogos y de medicina interna.
Hay un riesgo alto de que las clínicas y hospitales no puedan atender las consultas y emergencias entre 4 p.m. y 7 a.m. a partir de julio, denunció el Colegio de Médicos.
“No existen recursos económicos suficientes para cubrir todos los servicios y en algunos centros médicos el dinero se acabará en cuestión de días”, afirmó Alexis Castillo, presidente del Colegio.
Sin embargo, la Caja niega que haya un recorte en los recursos de los centros hospitalarios.
“Apostamos a una mayor eficiencia en la ejecución presupuestaria, de manera que el plan de gasto se ajuste a la productividad de cada hospital”, dijo Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la entidad.
Por otra parte, el resultado del aumento de trabajadores es que la planilla alcanza casi ¢950 mil millones, la mitad del presupuesto de la institución.
La contención en el gasto no ha llegado a la cantidad de plazas.
El incremento de empleados en la Caja ha provocado un aumento real del 52% en la planilla, en los últimos cinco años.
Actualmente los salarios del ente autónomo devoran casi la mitad del presupuesto de ¢2 millones de millones este año.
El crecimiento anual de los trabajadores de la institución fue en promedio de más del 5%, en el último lustro, frente al 3% del sector privado.
La entidad autónoma tiene uno de los regímenes laborales más robustos del Estado que incluye una cesantía de 20 años, mientras que para la mayoría de los trabajadores es de ocho.
Además incluye altos incentivos en dedicación exclusiva, vacaciones y antigüedad laboral.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Menos médicos: Caja llena de administrativos
Nuevas contrataciones tuvieron respaldo estatal, dice institución
Los médicos son los profesionales menos importantes en la Caja Costarricense de Seguro Social, dado que crece menos la cantidad de doctores, en comparación con otro tipo de personal.
Aunque la crisis financiera sigue, la institución no cesa de contratar personal administrativo, y opta por un recorte de la inversión en la atención de pacientes. En los últimos cinco años el número de médicos creció en tan solo un 16%.
El número de burócratas de la institución aumentó en 11 mil personas, de las cuales un 44% es en puestos administrativos.
Mientras que los empleados de enfermería y técnicos de salud representaron un 40%.
Esta repartición tan desigual tiene consecuencias en la atención de la salud de los asegurados, fin para el cual fue creada la Caja.
La entidad tiene actualmente poco más de 8.200 doctores, de los actuales 50 mil empleados.
Sin embargo, estos médicos son insuficientes para atender a los más de 450 mil pacientes que están en listas de espera.
Cada asegurado tarda en promedio hasta tres meses para ser diagnosticado por un médico.
Sin embargo, ese periodo se convierte en años cuando se trata de una intervención quirúrgica o un tratamiento especial.
La respuesta de la Caja ante este panorama sigue aumentando la contratación de personal administrativo, en vez de más médicos.
Durante el primer trimestre del año, el ente autónomo incorporó 400 nuevos trabajadores, de estos casi la mitad son administrativos.
La institución defiende que todas las nuevas contrataciones tuvieron el aval de la Contraloría General de la República.
Incluso Eduardo Doryan, expresidente de la Caja, defendió su actuación, dado que contó con el respaldo legal para hacer nuevas contrataciones.
Por otra parte, la entidad ha hecho caso omiso a la congelación de plazas recomendada por la Comisión de Notables hace casi un año.
Esta medida ayudaría a disminuir el alto crecimiento de los gastos de la entidad.
Sin embargo, la Caja sigue la ruta que hizo detonar la crisis financiera de la cual aún no se recupera.
Por ahora, se ha recortado la inversión en equipo médico y atención de la infraestructura existente como medida de contención del gasto.
Para este año hubo una reducción del 33% en la necesidad de reemplazo de maquinaria de hospitales y clínicas.
La decisión afectaría la atención de los asegurados y la calidad de la salud del país, determinó la Contraloría.
Los servicios afectados por los recortes son aquellos que necesitan el pago de especialistas como pediatras, cirujanos, obstetras, anestesiólogos y de medicina interna.
Hay un riesgo alto de que las clínicas y hospitales no puedan atender las consultas y emergencias entre 4 p.m. y 7 a.m. a partir de julio, denunció el Colegio de Médicos.
“No existen recursos económicos suficientes para cubrir todos los servicios y en algunos centros médicos el dinero se acabará en cuestión de días”, afirmó Alexis Castillo, presidente del Colegio.
Sin embargo, la Caja niega que haya un recorte en los recursos de los centros hospitalarios.
“Apostamos a una mayor eficiencia en la ejecución presupuestaria, de manera que el plan de gasto se ajuste a la productividad de cada hospital”, dijo Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la entidad.
Por otra parte, el resultado del aumento de trabajadores es que la planilla alcanza casi ¢950 mil millones, la mitad del presupuesto de la institución.
La contención en el gasto no ha llegado a la cantidad de plazas.
El incremento de empleados en la Caja ha provocado un aumento real del 52% en la planilla, en los últimos cinco años.
Actualmente los salarios del ente autónomo devoran casi la mitad del presupuesto de ¢2 millones de millones este año.
El crecimiento anual de los trabajadores de la institución fue en promedio de más del 5%, en el último lustro, frente al 3% del sector privado.
La entidad autónoma tiene uno de los regímenes laborales más robustos del Estado que incluye una cesantía de 20 años, mientras que para la mayoría de los trabajadores es de ocho.
Además incluye altos incentivos en dedicación exclusiva, vacaciones y antigüedad laboral.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net