Logo La República

Jueves, 28 de noviembre de 2024



COLUMNISTAS


Mienten partidos y candidatos

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 21 agosto, 2013


Si se quiere rebajar el porcentaje (de la deuda política) tiene que reformarse la Constitución y ya no se puede


Pizarrón

Mienten partidos y candidatos

Mienten partidos y candidatos que dicen que rebajarán sus gastos electorales para hacer creer a ciudadanos y electores que el monto asignado a la llamada deuda política es muy elevado, y que de esa manera contribuyen a reducir dicho gasto.
El gasto que el Estado realiza apoyando los partidos que participan en procesos electorales, surge de tres elementos: 1- no deducir nada de los salarios o remuneraciones de los empleados públicos, como se hacía antes de 1949, 2- evitar que una persona o grupo de personas acaudaladas controlen el proceso electoral, financiando un partido o un candidato determinado, y 3- que el Estado asuma ese gasto electoral para democratizar la participación electoral.
Así se estableció constitucionalmente que se destinaría el 0,19% del Producto Interno Bruto (PIB) para campañas presidenciales y de diputados. Es una cifra de dinero muy elevada, que hoy supera los 40.000 millones de colones, destinada a cubrir gastos de participación de los partidos y satisfacer necesidades de capacitación y organización política.
Este gasto se condicionó desde 1956 para que solo los partidos que saquen un determinado porcentaje electoral de votos tengan acceso a él, porcentaje que se fue reduciendo hasta llegar a un 4% de votos válidos. Así, no todos los partidos que participan tienen derecho a ese gasto por la proporción de votos que saquen. Significa también que los votos de los partidos que no sacan el 4% se suman en proporción a los partidos que sí sacan dicho porcentaje.
Es decir, que los votos de los partidos E, F, G, H y J que no sacan el porcentaje se prorratea proporcionalmente entre los partidos A, B, C y D que si logran sacar porcentaje, lo cual es un robo de dinero institucionalizado en perjuicio de los partidos pequeños en función de los grandes, o lo que es lo mismo, el voto de un elector de un partido que no saca ese porcentaje no vale igual que el que si lo saca, que suma al valor de su propio partido el añadido de los otros miles de votos que no logran alcanzar el 4%.
Después por cálculo político, y por necesidad de negociación política en la Asamblea Legislativa, se estableció que los partidos que no sacan ese porcentaje pero que sí eligen un diputado tienen derecho a la deuda electoral.
Los partidos presentan obligadamente un presupuesto muy detallado de gastos, que no tiene modificaciones hacia arriba ni hacia abajo una vez presentado al TSE, contra el cual opera la posibilidad de participar en la distribución de estos gastos.
Ningún partido nunca ha presentado un proyecto de gasto electoral equivalente a todo el porcentaje disponible del PIB. De hecho, por más elevados que sean los cálculos de gasto proyectados de todos los partidos nunca han completado el total de ese porcentaje constitucional. Además, no todos los gastos los termina reconociendo el TSE.
Si se quiere rebajar el porcentaje tiene que reformarse la Constitución y ya no se puede. Cuando un candidato dice que va a gastar menos miente. Gasta lo que el partido defina que va a gastar, que siempre es menos que lo presupuestado en posibilidad de accederlo. Además, ¿qué sentido tiene decir que se gastará menos de la deuda si tienen abiertas las puertas de las donaciones y contribuciones? Con lo que da el Estado se debería prohibir todo tipo de donaciones. Esto sería más correcto.
 

Vladimir de la Cruz

NOTAS ANTERIORES








© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.