Psicoterror laboral
| Sábado 01 febrero, 2014
Las empresas tienen la obligación moral de establecer mecanismos de protección laboral a sus empleados frente a los riesgos psicosociales
Psicoterror laboral
El acoso laboral es la tendencia de individuos o grupos a utilizar de forma persistente un comportamiento agresivo e irracional en contra de un compañero o subalterno.
De acuerdo con la organización estadounidense Workplace Bullying Institute en 2007, el 49% de la población activa laboralmente en EE.UU., había sido afectado por el acoso en su lugar de trabajo, como víctimas o como testigos.
En Costa Rica, hacen falta estudios al respecto, sin embargo, el especialista mundial en la materia, el sueco Dr. Heinz Leymann, da a conocer las tácticas comunes del acoso laboral o “psicoterror”: 1. Acusaciones falsas e injustas. 2. Intimidación. 3. Restar importancia públicamente a las ideas y proyectos del colaborador. 4. Aislamiento y obstáculos a la comunicación (correo electrónico y teléfono suspendidos o monitoreados). 5. Cabildeo por parte del agresor para que el resto del equipo se vuelva en contra del atormentado. 6. Ausencia de contacto visual por parte del acosador hacia su víctima. 7. Asignación de trabajo indeseable y retiro de actividades primordiales, sustituidas por otras inferiores a la capacidad y competencia del acosado. 8. El agresor realiza actividades sociales o laborales, en equipo, de las que excluye a la víctima, asegurándose de que se entere de las mismas. Lo que pretende es inducirle a renunciar.
Para el Dr. Leymann, muchos acosadores son psicópatas, quienes tienen una distorsión de la realidad, no son conscientes del daño ocasionado. Usualmente se defienden con el argumento de que la víctima es “sensible, acomplejada y negativa”.
El acosador es un individuo con problemas para sobresalir por sí mismo, con sentimientos graves de inferioridad y dificultad constante para relacionarse con otros; por lo que necesita manipular perversamente a los trabajadores destacados, quienes, con su capacidad profesional, evidencian la mediocridad de las jefaturas y colegas.
Muchas veces, el acoso empieza cuando una víctima reacciona contra el autoritarismo de un superior o colega y no se deja avasallar. Es una persona valiente. No es extraño que una vez que sacan al agredido de sus casillas, se convierta en lo que el torturador pretende convertirlo.
Para la psicoanalista francesa Marie Hirigoyen, el acoso también se da por envidia: el deseo de poseer lo que la víctima tiene, como por ejemplo admiración, carisma y una mayor educación académica. El trabajador eficiente evidencia fallas y propone mejoras, creando una mejor cultura de empresa, lo que significa un detonante y amenaza fatal para ciertas jefaturas, colegas y para el típico acosador.
Las consecuencias en la salud de la víctima son devastadoras: estrés postraumático, depresión, drogodependencia, y suicidio.
Las empresas tienen la obligación moral de establecer mecanismos de protección laboral a sus empleados frente a los riesgos psicosociales, entre ellos, el acoso. Esta obligación debe ser legal también, por lo que en Costa Rica urge un marco jurídico que establezca derechos, obligaciones y duros castigos al psicoterror en el trabajo y a quien lo ejerza.
Ricardo Sossa
Periodista y politólogo