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Sinceramente

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 16 agosto, 2013


El elegir sin responsabilidad no nos hace víctimas del sistema, nos hace victimarios de la democracia. La calidad del elegido marcará la diferencia en el sistema


Sinceramente

La calidad humana es la medida del desempeño de todos los sistemas. Capacidad, educación, experiencia y ética de trabajo, conducen a la persona a ser mejor en su puesto. Cuando escogemos a una persona para una posición buscamos el mejor perfil personal y profesional. Cuando encontramos al individuo adecuado lo procuramos conservar contra viento y marea.
Nunca recambiamos a alguien bueno por alguien a quien no conocemos, o que carece de experiencia, o de cuyas credenciales no estamos seguros. Nos quitamos de encima lo que no sirve, conservando lo bueno siempre.
Pero no podemos reelegir de manera consecutiva a los buenos diputados. Cada cuatro años los quitamos a todos. ¡Buenos y malos y pésimos a la calle! ¡Es irracional! Y los que llegan pierden un año en aprender cómo es la cosa. ¿Cómo es posible?
¿Cuál es el perfil deseable de un diputado? ¿Por qué dejamos que los buenos se vayan sin conservar a los expertos, a los que han tenido un desempeño de primera línea?
Los electores se quejan de que no les gusta el comportamiento de los diputados, pero ellos no han definido un perfil, un ideal de diputado. ¡Es irracional!
Cuando preguntamos por el diputado ideal la respuesta cajonera es “que sea honesto”, “que defienda los intereses del pueblo”. Eso está bien, pero un ignorante no sirve aunque sea honesto. Un vago no sirve aunque quiera defender los intereses del pueblo. El elector está muy despistado y confundido sobre lo que el país necesita.
Hacer las leyes no es cosa fácil. El sistema legal y las prioridades de Costa Rica son muy complejos. Estudiar proyectos no es asunto sencillo. Nos quedamos pasmados de los errores en las leyes, de los gazapos en las redacciones, de los votos por proyectos que los diputados no leyeron y con los que no comulgaban.
¿Pero elegimos estudiosos? ¿Pensaban los diputados como nosotros? ¿Eran de la confianza de la comunidad? Los elegimos sin conocerlos y los criticamos a pesar de que es nuestra responsabilidad tenerlos allí. ¡Es irracional!
Lo que sucede es que elegimos sin conocerlos y ellos contratan asesores, que son los verdaderos diputados, sin contar con nuestro asentimiento.
Muchas personas quieren reducir el número de diputados. Muchas personas consideran que no sirven. ¿Cuántos eligen diputados sabiendo lo que son y lo que piensan? El elegir sin responsabilidad no nos hace víctimas del sistema, nos hace victimarios de la democracia. La calidad del elegido marcará la diferencia en el sistema.
Si elegimos excelencia podremos pedir excelencia. Quiero retar a mis lectores para que piensen los nombres de los tres primeros puestos de diputado, actuales, de su partido en su provincia, su profesión y lo que piensan de economía, brecha social y desarrollo. Me cuentan si sabían los nombres y el pensamiento de sus candidatos.

Emilio Bruce

ebjreproduccion@racsa.co.cr

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