A medio camino
Laura Centeno centeno.laura@gmail.com | Jueves 01 junio, 2017
A finales del año pasado me fui a tomar café con mis hijos y surgió el tema de los propósitos para el año nuevo, lo cual fue una linda oportunidad para reflexionar y compartir los compromisos de cada uno tratando de ser mejores personas en este 2017.
Ahora que estamos a mitad del camino, reviso las notas del celular (todo lo que conversamos quedó debidamente documentado por escrito) y esta semana me acordé de ese día en que apuntamos lo que esperábamos hacer para este 2017.
Una vez que revisé la lista de cada uno, me di cuenta en qué áreas he logrado avanzar y cuáles no, al igual que ellos. También observé que una de mis metas no podrá realizarse en el corto plazo para dar prioridad a otra de mayor urgencia, aunque para ser honesta, menos placentera pero que estoy con la total convicción de que me va a deparar frutos a futuro.
Ahora que estamos entrando a la mitad de año, saquemos el papelito, la nota o hagamos memoria de los propósitos que tuvimos a fin de año para verificar si vamos avanzando y si en estos 6 meses hemos trabajado para alcanzar estos propósitos, qué cosas han cambiado que nos haya impedido cumplir algo o cuáles son las prioridades del momento para ajustarnos a este mundo veloz sin sentir que estamos fracasando, que el tiempo nos va ganando o que vamos nadando contra corriente.
Analicemos y reajustémonos. No es tarde para enmendar las cosas que no hemos cumplido. En algunos casos habrá que optar por la opción B,C, D y hasta la Z.
Recomendaciones para cumplir los propósitos del año:
- No olvidarlos nunca: Tienen que estar presentes, visibles, no los archive, busque la forma de tenerlos en un lugar donde pueda recordarlos a diario (post it, la puerta de la refrigeradora, recordatorios en el celular, fotos donde pueda visualizar eso que tanto estamos deseando cumplir).
- Compártalos con alguien de confianza: Tener la posibilidad de compartir nuestras metas hace que de una forma u otra nos veamos comprometidos a cumplir. Ya no es simplemente un deseo que se quedó en nuestra mente, sino que alguien más podría estar pendiente de nuestros avances.
- Tener mente abierta al cambio: Si una meta no podrá ser ejecutada, por tener otras de mayor urgencia o importancia, tachémosla y apuntemos lo que realmente sea alcanzable (sin frustraciones).
- No soñemos, hagamos: Para poder cumplir lo que uno quiere, es necesario “arrollarse las mangas” y hacer que las cosas sucedan. Todo propósito requiere de acciones muy puntuales, que con el avance del tiempo se puedan ir viendo avances, cambios y que ese objetivo día a día sea cada vez más palpable y cercano.
- Diversifiquemos: A veces nos obsesionamos con alcanzar el éxito en un asunto en particular o lograr algo excepcional y ambicioso pero esto nos consume tiempo y energía descuidando otros temas que también son importantes. Tratemos de proponernos metas realizables tanto a nivel profesional, personal, espiritual, familiar y de salud. No pongamos todos los huevos en la misma canasa.
La felicidad está en hacer malabares para buscar el equilibrio en la vida.
Ojalá que ya esté desempolvando su lista, revisándola y editándola porque nos quedan seis meses más para cumplir lo que queremos. No es tarde, haga los cambios que ocupe hacer y sigamos adelante que para atrás ni para agarrar impulso.