"Acabamos de ver una monstruosidad"
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Lunes 05 julio, 2010
Así se refirió José Miguel Corrales, creador de Sala IV sobre reciente fallo de esta instancia
“Acabamos de ver una monstruosidad”
Además se arrepiente de haber permitido que forme parte del Poder Judicial
Cuando promovió y creó en los años 80 el proyecto de ley que le daría vida en 1989 a la Sala Constitucional, José Miguel Corrales, ex diputado y ex candidato a la Presidencia de la República por Liberación Nacional, jamás se imaginó en lo que se iba a convertir esta instancia.
Tras casi 21 años de vida, Corrales considera que la Sala IV se extralimita en sus funciones interviniendo en la política electoral del país.
A raíz de recientes fallos de los magistrados como por ejemplo el caso de la ex diputada Maureen Ballestero, en el cual se ordena a la Asamblea Legislativa reformar la Constitución en un plazo determinado, LA REPUBLICA conversó con Corrales para conocer sus impresiones sobre la instancia que él creó.
¿La Sala Constitucional ha cumplido con las razones por las que fue creada?
Cuando la Sala resuelve la materia de los derechos individuales y sociales que están en la Constitución y en los Tratados Internacionales, la Sala es verdaderamente grande y es capaz de revolucionar el país.
Hay quienes consideran que se extralimita en sus funciones. ¿Qué opina usted al respecto?
Totalmente de acuerdo; en la materia electoral es vergonzosa, funesta y fatal. Incluso, en algunos casos, un magistrado era al mismo tiempo abogado de Casa Presidencial, cuando se negociaba el tema del TLC con Estados Unidos. Por otra parte, la Sala IV no puede reformar la Constitución, como lo hizo en el caso de la reelección de Oscar Arias, esa es una atribución del Congreso y eso fue una monstruosidad.
¿Será necesaria una reforma?
No, porque cuando los seres humanos fallan, ya no hay nada que hacer, si vos ves que por disposiciones de ley está prohibido y pese a ello, un juez resuelve en contra de la ley, está cometiendo el delito de prevaricato, pero qué pasa, uno los acusa y el Poder Judicial no hace nada, rechaza la denuncia. Estamos fallando los seres humanos, no las leyes.
¿El problema va más allá de la Sala IV, sería en el Poder Judicial en su totalidad, según le entiendo?
Efectivamente, yo he denunciado a miembros de los Supremos Poderes por el delito de prevaricato, primero, a los magistrados de la Sala Constitucional y luego a los del Tribunal de Elecciones, pero el asunto llega a la Sala III y los absuelve.
¿Por qué incluyeron a la Sala Constitucional dentro del Poder Judicial?
Hoy quiero decirle que estoy totalmente arrepentido, me equivoqué de cabo a rabo. El Poder Judicial se nos hizo otra cosa. En aquellos momentos, el Poder Judicial tenía mucha credibilidad y por eso lo decidimos así.
¿Entonces qué se debe hacer para solucionar el problema?
El pueblo es el que debe decidir, yo voy a presentar un proyecto de ley al Tribunal Supremo de Elecciones, que se llama “Referéndum revocatorio de poder”, el cual consiste en permitir que si yo elijo a una persona por medio del voto, por medio del voto también la puedo quitar.
¿La Asamblea Legislativa no puede reformar a la Sala Constitucional?
Ningún proyecto de ley que sea enviado al Plenario para reformar a la Sala IV se va a aprobar, téngalo por seguro.
Algunos analistas y diputados dicen que la Sala IV quiere ser el Primer Poder de la República ¿Usted qué opina?
Es cierto parcialmente, resulta que los congresistas para quitarse la responsabilidad, todo se lo preguntan a la Sala.
¿Considera usted que la Sala Constitucional co-legisla?
Claro, acabamos de ver una monstruosidad. Ellos diciéndole a la Asamblea que tienen que reformar la Carta Magna con todo y plazo. Es la violación más evidente a la autonomía e independencia de los poderes.
El fallo por el caso de Maureen Ballestero, ¿es una intromisión en los Supremos Poderes?
Por supuesto, se está extralimitando en sus funciones, la Sala lo único que tenía que decir en el caso de Maureen Ballestero, es que no hay ningún Tribunal capacitado para poderla juzgar y punto.
¿Afecta la gobernabilidad del país?
Por supuesto.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
“Acabamos de ver una monstruosidad”
Además se arrepiente de haber permitido que forme parte del Poder Judicial
Cuando promovió y creó en los años 80 el proyecto de ley que le daría vida en 1989 a la Sala Constitucional, José Miguel Corrales, ex diputado y ex candidato a la Presidencia de la República por Liberación Nacional, jamás se imaginó en lo que se iba a convertir esta instancia.
Tras casi 21 años de vida, Corrales considera que la Sala IV se extralimita en sus funciones interviniendo en la política electoral del país.
A raíz de recientes fallos de los magistrados como por ejemplo el caso de la ex diputada Maureen Ballestero, en el cual se ordena a la Asamblea Legislativa reformar la Constitución en un plazo determinado, LA REPUBLICA conversó con Corrales para conocer sus impresiones sobre la instancia que él creó.
¿La Sala Constitucional ha cumplido con las razones por las que fue creada?
Cuando la Sala resuelve la materia de los derechos individuales y sociales que están en la Constitución y en los Tratados Internacionales, la Sala es verdaderamente grande y es capaz de revolucionar el país.
Hay quienes consideran que se extralimita en sus funciones. ¿Qué opina usted al respecto?
Totalmente de acuerdo; en la materia electoral es vergonzosa, funesta y fatal. Incluso, en algunos casos, un magistrado era al mismo tiempo abogado de Casa Presidencial, cuando se negociaba el tema del TLC con Estados Unidos. Por otra parte, la Sala IV no puede reformar la Constitución, como lo hizo en el caso de la reelección de Oscar Arias, esa es una atribución del Congreso y eso fue una monstruosidad.
¿Será necesaria una reforma?
No, porque cuando los seres humanos fallan, ya no hay nada que hacer, si vos ves que por disposiciones de ley está prohibido y pese a ello, un juez resuelve en contra de la ley, está cometiendo el delito de prevaricato, pero qué pasa, uno los acusa y el Poder Judicial no hace nada, rechaza la denuncia. Estamos fallando los seres humanos, no las leyes.
¿El problema va más allá de la Sala IV, sería en el Poder Judicial en su totalidad, según le entiendo?
Efectivamente, yo he denunciado a miembros de los Supremos Poderes por el delito de prevaricato, primero, a los magistrados de la Sala Constitucional y luego a los del Tribunal de Elecciones, pero el asunto llega a la Sala III y los absuelve.
¿Por qué incluyeron a la Sala Constitucional dentro del Poder Judicial?
Hoy quiero decirle que estoy totalmente arrepentido, me equivoqué de cabo a rabo. El Poder Judicial se nos hizo otra cosa. En aquellos momentos, el Poder Judicial tenía mucha credibilidad y por eso lo decidimos así.
¿Entonces qué se debe hacer para solucionar el problema?
El pueblo es el que debe decidir, yo voy a presentar un proyecto de ley al Tribunal Supremo de Elecciones, que se llama “Referéndum revocatorio de poder”, el cual consiste en permitir que si yo elijo a una persona por medio del voto, por medio del voto también la puedo quitar.
¿La Asamblea Legislativa no puede reformar a la Sala Constitucional?
Ningún proyecto de ley que sea enviado al Plenario para reformar a la Sala IV se va a aprobar, téngalo por seguro.
Algunos analistas y diputados dicen que la Sala IV quiere ser el Primer Poder de la República ¿Usted qué opina?
Es cierto parcialmente, resulta que los congresistas para quitarse la responsabilidad, todo se lo preguntan a la Sala.
¿Considera usted que la Sala Constitucional co-legisla?
Claro, acabamos de ver una monstruosidad. Ellos diciéndole a la Asamblea que tienen que reformar la Carta Magna con todo y plazo. Es la violación más evidente a la autonomía e independencia de los poderes.
El fallo por el caso de Maureen Ballestero, ¿es una intromisión en los Supremos Poderes?
Por supuesto, se está extralimitando en sus funciones, la Sala lo único que tenía que decir en el caso de Maureen Ballestero, es que no hay ningún Tribunal capacitado para poderla juzgar y punto.
¿Afecta la gobernabilidad del país?
Por supuesto.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net