Anillo de la redención
Walter Herrera wherrera@larepublica.net | Miércoles 14 junio, 2017
Nació en Washington pero a los ocho años su mamá, Wanda, y sus hermanos, Brianna, Anthony y Rayvonne, tuvieron que irse a Seat Plesant, Maryland, donde vivía su abuela Bárbara.
Una zona difícil, pero Kevin se curtió entre la pobreza y la delincuencia. Entendió que eso que a él lo acomplejaba, su altura, resultó en realidad una bendición.
Apenas quedan recuerdos de esa elección de 2005 de Seattle Supersonics en el segundo puesto, cuando Kevin Durant pasaba a formar parte de esa franquicia.
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Hoy todo es diferente. Impactan esos 2,11 metros que se derriten en el centro del Oracle Arena porque cumplió el anhelo de su vida: ser campeón de la NBA y, además coronarse como el MVP de las finales.
Y de la mano de Golden State Warriors, el lugar que él fue a buscar para poder darle forma a ese sueño que lo desvela. Aun cuando eso le costó algunos enemigos y calificativos de traicionero.
Desde su niñez tuvo que lidiar con inconvenientes más importantes que pudieron haber cambiado su rumbo pero no fue así.
Su padre biológico, Wayne Pratt, los abandonó a él, su madre y hermanos, cuando eran niños por problemas con las drogas.
En 2013, el hermano del MVP murió en un tiroteo. El número 35 que utiliza Durant en su dorsal es un homenaje a él. Big Chuck, como se le conocía, falleció a los 35 años y a partir de ese momento siempre está presente en todo momento.
Su hermano mayor lo ayudó en aquellas noches de frío en las que KD dormía en el piso de un departamento con sus hermanos y su mamá.
Cada jornada en el correo que trabajó Wanda, su madre, cargando bolsas de 25 kilos con correspondencia, parecen tener su premio con este anillo. Sabe todo lo que le debe a ella. Por eso lloró cuando recibió el premio al mejor jugador en 2014 y le agradeció: "Vos sos la verdadera MVP". Esta temporada no fue la excepción y fue la primera a quien abrazó efusivamente.
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Todos las largas horas en la Universidad, en Texas Longhorns, hoy son un recuerdo grato para esta bestia del básquetbol. Su fe en Dios resultó un motor para él, por eso decidió grabarse la piel, en el abdomen y en la espalda, con palabras de alabanzas.
Siempre luchó por llegar a la cima. Después de ser MVP en 2014 con Oklahoma, no dejó de entrenarse.
Pero KD finalmente llegó al Olimpo, concretó ese sueño que comenzó a germinar en las canchas de cemento, tableros de madera y redes metálicas en las calles de su barrio.
Los de la Bahía ganaron su segundo campeonato en tres años tras vencer a los Cleveland Cavaliers 129-120 en el juego 5 de la final.
MVP de las Finales
- 2017-Kevin Durant, Golden State Warriors
- 2016-LeBron James, Cleveland Cavaliers
- 2015-Andre Iguodala, Golden State Warriors
- 2014-Kawhi Leonard, San Antonio Spurs
- 2013-LeBron James, Miami Heat
- 2012-LeBron James, Miami Heat
- 2011-Dirk Nowitzki, Dallas Mavericks
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2010-Kobe Bryant, Los Angeles Lakers