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Apertura tiene rostro: Claro y Movistar

Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Miércoles 15 diciembre, 2010




Digicel, Cable & Wireless y Tigo desistieron de participar en el mercado costarricense
Apertura tiene rostro: Claro y Movistar
En enero se conocerá oferta económica de las empresas y se espera que para octubre puedan comenzar a operar
9.40 a.m. El nerviosismo era latente. De un lado a otro de la sala George Miley, presidente de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) caminaba impaciente, mientras sobre la pared principal se proyectaba la imagen de un reloj que seguía su marcha imparable.
Era el momento esperado, luego de seis años de angustias, carreras y no pocos roces… muchas caras conocidas, pero ninguna que delatara sus intenciones de participar de la tan esperada competencia celular.
10 a.m. Era momento de sentarse en la mesa principal y comenzar a hablar.
Un salón completo del Hotel Intercontinental colmado de invitados, empresarios, algunos ex diputados, periodistas… todos expectantes de esas primeras palabras. Un breve agradecimiento a los presentes, un minuto de silencio en recuerdo del fallecimiento de José Gonzalo Acuña, ex miembro de la Sutel, y una breve explicación de cómo se llevará a cabo a partir de ahora el proceso de apertura… luego, a esperar…
Los murmullos y el silencio se cortan de repente. La llegada con paso firme y señorial de cuatro figuras parten por la mitad el salón, dos de ellos abrazan celosamente una caja, mientras avanzan a paso firme hacia el frente, en la mesa todos expectantes. ¡Llegaron los de Claro! dijo alguna voz perdida en el mar de sillas, mientras Ricardo Taylor, gerente en Costa Rica de la mexicana, se sentaba junto a sus acompañantes en una de las mesas principales.
El reloj avanzaba fiel a su ciclo. A un costado, Ken Mason, director de desarrollo empresarial de la irlandesa Digicel, y Denis Fahy, representante de la empresa en Costa Rica, intentaban pasar inadvertidos entre la multitud. Bajo su silla, un maletín negro dejaba entrever la existencia de algunos sobres tipo manila que nunca sacarían. Su silencio se mantuvo hasta el final y a como llegaron sigilosamente también salieron.
Media hora había pasado desde que el acto había comenzado y no había señal de otro interesado.
En la mesa principal seguían expectantes los miembros de la comisión dictaminadora que a partir de ahora analizará las propuestas, cuando la puerta se abrió en forma repentina, y otros cuatro rostros hasta ahora desconocidos cruzaron el salón hacia el frente, con cajas en sus brazos.
Eran los de la empresa Telefónica de España, representados en el país por Azules y Platas S.A. Jorge Abadía, directivo, encabezaba el grupo. Tras dejar su oferta y esperar el final del acto, se marchó con el mismo silencio que sus competidores irlandeses.
Nadie más en la sala se atrevió a mover sus fichas y entrar en la competencia contra estas dos gigantes de las telecomunicaciones.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net






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