Apetito, TV y salud
Carmen Juncos cjuncos@larepublica.net | Lunes 02 abril, 2012
Con Sumo
Apetito, TV y salud
Como en general queremos tener mejor salud y vivir más años con ella, les cuento sobre temas quizás ya comentados pero ahora confirmados por la ciencia.
El descubrimiento de una molécula llamada CREBI, que se activa en el cerebro de ratones sometidos a una dieta muy baja en calorías, activa a su vez genes ligados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro. El único problema es que la reducción calórica a que fueron sometidos los roedores fue extrema, ya que solo se les permitió comer el 30% de lo que ingieren habitualmente.
Por eso, ahora los científicos de la Universidad del Sagrado Corazón en Roma, Italia, que hicieron el descubrimiento, buscan un modo de poner en funcionamiento a CREBI, sin tener que llevar una dieta tan severa como la que llevaron los ratones. Tal vez por medio de un fármaco.
Por otro lado, investigadores del Instituto Max Planck para el Avance de la Ciencia (Alemania), probaron científicamente que cuando vemos imágenes de comida los procesos físicos que controlan la percepción del apetito se estimulan involuntariamente porque aumenta la concentración sanguínea de grelina, también conocida como la hormona del hambre.
Así, algunos afirman que el aumento en la obesidad puede relacionarse con la gran cantidad de programas de televisión y revistas donde se muestran deliciosos platos y su forma de prepararlos. No pienso que esto pueda simplificarse de ese modo, pero… al menos, veamos esos programas cuando ya hemos saciado el apetito ¡para no correr riesgos!
Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net
Apetito, TV y salud
Como en general queremos tener mejor salud y vivir más años con ella, les cuento sobre temas quizás ya comentados pero ahora confirmados por la ciencia.
El descubrimiento de una molécula llamada CREBI, que se activa en el cerebro de ratones sometidos a una dieta muy baja en calorías, activa a su vez genes ligados a la longevidad y al buen funcionamiento del cerebro. El único problema es que la reducción calórica a que fueron sometidos los roedores fue extrema, ya que solo se les permitió comer el 30% de lo que ingieren habitualmente.
Por eso, ahora los científicos de la Universidad del Sagrado Corazón en Roma, Italia, que hicieron el descubrimiento, buscan un modo de poner en funcionamiento a CREBI, sin tener que llevar una dieta tan severa como la que llevaron los ratones. Tal vez por medio de un fármaco.
Por otro lado, investigadores del Instituto Max Planck para el Avance de la Ciencia (Alemania), probaron científicamente que cuando vemos imágenes de comida los procesos físicos que controlan la percepción del apetito se estimulan involuntariamente porque aumenta la concentración sanguínea de grelina, también conocida como la hormona del hambre.
Así, algunos afirman que el aumento en la obesidad puede relacionarse con la gran cantidad de programas de televisión y revistas donde se muestran deliciosos platos y su forma de prepararlos. No pienso que esto pueda simplificarse de ese modo, pero… al menos, veamos esos programas cuando ya hemos saciado el apetito ¡para no correr riesgos!
Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net