Aprender con la emoción
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 18 noviembre, 2016
Un hormigueo plaga los gimnasios del colegio y la escuela de San Lorenzo en Tarrazú. Se han aglutinado 300 estudiantes en ambas instalaciones, quienes están a minutos de presenciar un acto lúdico de aprendizaje a un precio muy alto y paradójico pagado más de un siglo atrás: sangre y muerte de costarricenses por la libertad, hoy, orgullo patrio.
Es la Campaña Nacional de 1956, no en conferencia magistral; es la historia convertida en arte, esta vez en teatro.
La obra no empieza, pero los estudiantes están ansiosos, los niños y niñas de kínder y primaria articulan sus rostros por el sacudir emocionando de sus cuerpos, cuando asombrados ven resucitar héroes nacionales del siglo XIX y quienes al unísono aparecen en escena cantando a ritmo militar: “Sigan marchando con amor por la tierra que los vio nacer…”. Van rumbo a la muerte, van por la libertad.
“Recordar es bueno, así a nadie se le olvida, aunque sea en el frío de la muerte”, dice Juan Santa María.
Los ojos se vuelven “ojotes”, las emociones brincan: risas, exaltación del ánimo, lágrimas que latiguean mejillas hasta el cuello; una experiencia que marcará a los estudiantes para siempre, una forma lúdica de aprendizaje que nunca en sus vidas olvidarán, después de hoy, la Campaña del 56 no será más una historia de memoria que un día aprendieron para un examen, será una experiencia de vida, una inclaustración en su cultura cívica e identidad nacionales.
“Candilejas” estuvo allí: es el proyecto “Héroes visitan comunidades” del Museo Histórico Cultural Juan Santa María, que presenta la obra teatral “Libertad, Sangre y Fuego”, escrita y dirigida por John Sánchez Alfaro, visitando los centros educativos más recónditos de todo el país desde 2015 y hasta el año 2018.
El teatro se transforma en herramienta de la pedagogía, en este caso, llevando a “las tablas” la historia que contribuyó en la construcción del libre Estado Nación que Costa Rica es hoy.
Priscilla Alfaro, Directora del Museo, contó que el proyecto es parte del Plan de Desarrollo que encabeza el Ministerio de Cultura y Juventud, decidiendo hacer “no una charla, sino algo más lúdico”.
Aprender a través de emociones, dice Carmen Carrasco, psicóloga y Directora del Centro que lleva su nombre, significa un resonar “en nuestra cinemateca interna, toda vez que escenas de cine o teatro se asemejan a nuestros contenidos. Ya no pensamos, ahora sentimos a tropel, y ‘entendemos’ con los sentidos, las añoranzas e ilusiones renacidas...la puesta en escena de una obra, nos hace sentir, para vivir y aprender ante la posibilidad de editar nuevas interpretaciones”, concluye Carrasco.
Adriana Araya en “Dimensión lúdica” consta que enseñar con lúdica es una forma de aprender para siempre, caracterizada por “alegría, esperanza, creación, asombro, caos y orden...”.
Al finalizar la obra, los estudiantes de primaria, Justin Ureña y Juan Elizondo, cuentan que no sabían que Costa Rica peleó una batalla naval (1857) contra “gringos filibusteros” y “¡que la ganamos!”, dicen atropellándose para tomar la palabra debido al orgullo que los envuelve por el valor heroico de nuestros abuelos, recién aprendido a través del teatro.
El concepto cultura viene del latín que significa “cultivo-siembro”, lo cual hace pensar, dice Araya, en “cosecha, creación, construcción social del ser humano en constante movimiento, que educa para conservar y renovar la vida”.
No solo la vida, sino el sentimiento y los valores cívicos de estos estudiantes han quedado sellados hoy. Con una bullaranga de aplausos y gritos como telón, nunca olvidarán esta parte de nuestra historia, porque la aprendieron a través de sus emociones, más que con su cerebro.
Carmen Juncos y Ricardo Sossa
Editores jefes y Directores de proyectos
Fuente: Araya Góchez, Adriana. “La dimensión lúdica del ser humano en el aprendizaje”. EUNED. 2016. • Fotos: Ricardo Sossa