Argentinos apostaron por continuidad
| Martes 30 octubre, 2007
Argentinos apostaron por continuidad
Cristina Fernández, ganadora de los comisiones presidenciales, no logró afianzarse en los grandes centros urbanos del país
Buenos Aires
EFE
Los argentinos apostaron por la continuidad del modelo del presidente Néstor Kirchner con un voto mayoritariamente a favor de la primera dama, Cristina Fernández, que será la segunda presidenta de la historia de su país.
Fernández, de 54 años, sumaba un 44,66% de los votos cuando se han escrutado el 94,16% de las mesas, lo que supone una ventaja de más de 20 puntos sobre el segundo candidato más votado y hace innecesaria una segunda vuelta electoral, según datos oficiales provisionales.
En segundo lugar se sitúa la centro-izquierdista Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, con el 23,08%, y en tercero el centro-progresista Roberto Lavagna, de Una Nación Avanzada, con el 16,98%, con el mismo porcentaje de mesas escrutadas.
Con esa estimación de votos, la primera dama duplica los obtenidos por su esposo, Néstor Kirchner, en las elecciones del 2003.
Sin embargo, no logró afianzarse en los grandes centros urbanos de Argentina, según los resultados oficiales provisionales.
En la capital, la ganadora es Carrió, con una ventaja sobre Cristina Fernández de más 10 puntos, y en otras ciudades importantes, como Córdoba, Rosario, Mar del Plata y Bahía Blanca, la primera dama también fue superada por otros candidatos.
El oficialista Frente para la Victoria (FPV) sí cosechó un claro triunfo en las elecciones a gobernador de la provincia de Buenos Aires, donde su candidato, el hasta ahora vicepresidente del país, Daniel Scioli, obtuvo casi el 50% de los sufragios.
Además de presidente y vicepresidente del país para los cuatro próximos años, los argentinos votaron este domingo para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado y los electores de ocho provincias escogieron gobernador.
En las elecciones a gobernador el kirchnerismo se impuso totalmente, siempre según los resultados provisionales.
El FVP sumó a su mapa electoral las provincias de Mendoza, Misiones y Salta, hasta ahora gobernadas por otras fuerzas, y mantuvo las otras cinco.
El cómputo de los votos para senadores y diputados será más lento y complicado, debido a que el elector podía votar de manera diferente en las presidenciales y legislativas, y en estas últimas mezclar a candidatos de distintas listas.
Fernández, que fue candidata por Kirchner, no trató en ningún momento de la campaña de desvincularse de su marido, ni consecuentemente lo hizo cuando proclamó su victoria.
Acompañada de Kirchner, a quien se refirió como su “amor” y su “compañero de toda la vida”, Fernández hizo referencia a los momentos difíciles en que su marido asumió la presidencia y dijo que con “sus aciertos y errores” ha demostrado ser “un hombre profundamente comprometido con su país y su pueblo”.
La candidata, que asumirá el 10 de diciembre junto con el vicepresidente, Julio Cobos, convocó a todos los argentinos sin odios ni rencores a participar en su proyecto de gobierno y dijo sentirse “doblemente responsable”, por ser presidente y por ser mujer.
Fernández interpretó su triunfo como un apoyo a la gestión de Kirchner, quien fue elegido con un 22% de los votos y cuatro años después goza de una popularidad del 45%.
Según el analista Rosendo Fraga, lo positivo del gobierno de Néstor Kirchner ha sido que reconstituyó el poder político presidencial, debilitado por la crisis 2001-2002, y que supo aprovechar el crecimiento económico.
Lo negativo es que aumentó el desequilibrio de poderes a favor del Ejecutivo, que su política disminuyó la pobreza pero no la desigualdad y que no se logró una plena reinserción en el plano internacional, de acuerdo con Fraga.
Otro analista, Fabián Perechodnik, cree que el Gobierno de Cristina Fernández tendrá una corta “luna de miel” con el electorado, precisamente por ser visto como una continuidad del de Kirchner.
Cristina Fernández heredará los problemas que Kirchner dejó sin resolver y tendrá que afrontarlos más temprano que tarde, dijo Perechodnik.
Otro analista, Ricardo Rouvier, opina que “la opinión pública ve una unidad de conceptos en el matrimonio Kirchner, no ve conflictos entre ellos”, pero augura que Fernández no tolerará un “modelo de conducción bicéfala”.
“Hemos ganado ampliamente, tal vez con la mayor diferencia entre la primera y segunda fuerza desde el advenimiento de la democracia”, sostuvo la próxima presidenta de Argentina y la primera que habrá sido elegida en las urnas para ese cargo.
La primera presidenta de Argentina fue María Estela Martínez, como Cristina Fernández también esposa de presidente, quien fue elegida vicepresidenta y desde ese cargo asumió la Jefatura del Estado a la muerte de su marido, Juan Domingo Perón, en 1974.
Fernández prometió un “combate sin tregua contra la pobreza y la desocupación” y avanzar en la reconstrucción del tejido social e institucional.
La oposición denunció irregularidades y hasta “fraude” en la jornada electoral, debido a que en algunos centros de votación del país faltaron boletas (papeletas) de los partidos contrarios a Kirchner, pero el gobierno consideró que el proceso fue ejemplar.
Cristina Fernández, ganadora de los comisiones presidenciales, no logró afianzarse en los grandes centros urbanos del país
Buenos Aires
EFE
Los argentinos apostaron por la continuidad del modelo del presidente Néstor Kirchner con un voto mayoritariamente a favor de la primera dama, Cristina Fernández, que será la segunda presidenta de la historia de su país.
Fernández, de 54 años, sumaba un 44,66% de los votos cuando se han escrutado el 94,16% de las mesas, lo que supone una ventaja de más de 20 puntos sobre el segundo candidato más votado y hace innecesaria una segunda vuelta electoral, según datos oficiales provisionales.
En segundo lugar se sitúa la centro-izquierdista Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, con el 23,08%, y en tercero el centro-progresista Roberto Lavagna, de Una Nación Avanzada, con el 16,98%, con el mismo porcentaje de mesas escrutadas.
Con esa estimación de votos, la primera dama duplica los obtenidos por su esposo, Néstor Kirchner, en las elecciones del 2003.
Sin embargo, no logró afianzarse en los grandes centros urbanos de Argentina, según los resultados oficiales provisionales.
En la capital, la ganadora es Carrió, con una ventaja sobre Cristina Fernández de más 10 puntos, y en otras ciudades importantes, como Córdoba, Rosario, Mar del Plata y Bahía Blanca, la primera dama también fue superada por otros candidatos.
El oficialista Frente para la Victoria (FPV) sí cosechó un claro triunfo en las elecciones a gobernador de la provincia de Buenos Aires, donde su candidato, el hasta ahora vicepresidente del país, Daniel Scioli, obtuvo casi el 50% de los sufragios.
Además de presidente y vicepresidente del país para los cuatro próximos años, los argentinos votaron este domingo para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado y los electores de ocho provincias escogieron gobernador.
En las elecciones a gobernador el kirchnerismo se impuso totalmente, siempre según los resultados provisionales.
El FVP sumó a su mapa electoral las provincias de Mendoza, Misiones y Salta, hasta ahora gobernadas por otras fuerzas, y mantuvo las otras cinco.
El cómputo de los votos para senadores y diputados será más lento y complicado, debido a que el elector podía votar de manera diferente en las presidenciales y legislativas, y en estas últimas mezclar a candidatos de distintas listas.
Fernández, que fue candidata por Kirchner, no trató en ningún momento de la campaña de desvincularse de su marido, ni consecuentemente lo hizo cuando proclamó su victoria.
Acompañada de Kirchner, a quien se refirió como su “amor” y su “compañero de toda la vida”, Fernández hizo referencia a los momentos difíciles en que su marido asumió la presidencia y dijo que con “sus aciertos y errores” ha demostrado ser “un hombre profundamente comprometido con su país y su pueblo”.
La candidata, que asumirá el 10 de diciembre junto con el vicepresidente, Julio Cobos, convocó a todos los argentinos sin odios ni rencores a participar en su proyecto de gobierno y dijo sentirse “doblemente responsable”, por ser presidente y por ser mujer.
Fernández interpretó su triunfo como un apoyo a la gestión de Kirchner, quien fue elegido con un 22% de los votos y cuatro años después goza de una popularidad del 45%.
Según el analista Rosendo Fraga, lo positivo del gobierno de Néstor Kirchner ha sido que reconstituyó el poder político presidencial, debilitado por la crisis 2001-2002, y que supo aprovechar el crecimiento económico.
Lo negativo es que aumentó el desequilibrio de poderes a favor del Ejecutivo, que su política disminuyó la pobreza pero no la desigualdad y que no se logró una plena reinserción en el plano internacional, de acuerdo con Fraga.
Otro analista, Fabián Perechodnik, cree que el Gobierno de Cristina Fernández tendrá una corta “luna de miel” con el electorado, precisamente por ser visto como una continuidad del de Kirchner.
Cristina Fernández heredará los problemas que Kirchner dejó sin resolver y tendrá que afrontarlos más temprano que tarde, dijo Perechodnik.
Otro analista, Ricardo Rouvier, opina que “la opinión pública ve una unidad de conceptos en el matrimonio Kirchner, no ve conflictos entre ellos”, pero augura que Fernández no tolerará un “modelo de conducción bicéfala”.
“Hemos ganado ampliamente, tal vez con la mayor diferencia entre la primera y segunda fuerza desde el advenimiento de la democracia”, sostuvo la próxima presidenta de Argentina y la primera que habrá sido elegida en las urnas para ese cargo.
La primera presidenta de Argentina fue María Estela Martínez, como Cristina Fernández también esposa de presidente, quien fue elegida vicepresidenta y desde ese cargo asumió la Jefatura del Estado a la muerte de su marido, Juan Domingo Perón, en 1974.
Fernández prometió un “combate sin tregua contra la pobreza y la desocupación” y avanzar en la reconstrucción del tejido social e institucional.
La oposición denunció irregularidades y hasta “fraude” en la jornada electoral, debido a que en algunos centros de votación del país faltaron boletas (papeletas) de los partidos contrarios a Kirchner, pero el gobierno consideró que el proceso fue ejemplar.