Arranca lucha por superar mala imagen portuaria
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Martes 26 febrero, 2013
Dos nuevos muelles se empezaron a construir ayer
Arranca lucha por superar mala imagen portuaria
Usuarios ahorrarán con mayor eficiencia
Después de la tempestad, el sol vuelve a brillar en los puertos costarricenses.
Ello porque ayer se dio la orden de inicio para la construcción de dos muelles, luego de varios años de no invertírseles suficientes recursos en mejoras.
Además vienen dos nuevos proyectos, con los que el país aspirará a ponerse al día en lo que a muelles se refiere.
Para el usuario son grandes noticias pues podrá traer sus productos más rápido y ahorrarse las multas que le cobran actualmente por el tiempo que se atrasa la naviera en atracar. Además tendrá alguna economía por el menor número de fletes que deberá hacer en el futuro.
Con la inversión que se está realizando se procura que Costa Rica deje de ser el quinto entre los países con los puertos más deficientes del mundo.
La última medición en esa materia colocó a Costa Rica en la casilla 137 de 142 naciones evaluadas. Solo supera a países en extrema pobreza o a los que no tienen acceso al mar.
Las buenas nuevas portuarias las llevó ayer la presidenta Laura Chinchilla, en una maratón que realizó desde muy temprano por el oeste y el este del país.
A las 9 a.m. estaba dando el banderazo para el inicio de las obras en el nuevo muelle granelero en Caldera, en Puntarenas.
Con una inversión de $34 millones, la estructura permitirá aumentar en un 135% la productividad de ese complejo portuario.
Eso será posible ya que, al contar con dos metros más de profundidad que los puestos de atraque actuales y una plataforma de 180 metros, podrá atender barcos de hasta 210 metros de longitud y 42 mil toneladas de peso muerto, muy por encima de la capacidad de los que atracan actualmente.
Para el usuario eso le permitirá pagar un solo barco cuando tenga que importar o sacar mucha carga, lo que le abaratará el costo del flete.
Además podrá ponerse de acuerdo con otros productores para entre todos trasegar su carga en un solo barco. Así también obtendrán una economía.
Por su parte, el ahorro de los importadores podría trasladarse a los consumidores finales cuando adquieren productos en las góndolas de los supermercados.
La Sociedad Portuaria Granelera de Caldera, a cargo de la obra, ofreció tener operando la terminal en unos 16 meses, ocho menos de lo convenido en el contrato.
Una vez que concluyó el acto en el Pacífico, la mandataria voló al este costarricense, concretamente a Limón, para hacer lo propio en Moín.
Allá también dio luz verde para que se arranque con la construcción de un muelle petrolero propiedad de la Refinadora Costarricense de Petróleo.
La inversión en el Caribe será de $96 millones y con ello se garantizará el embarque de un buque con hasta 56 mil barriles de crudo.
El consumidor de combustibles se beneficiará con el aumento de la capacidad del puerto petrolero y de los tanques de almacenamiento de los derivados del crudo.
La principal ventaja es que el país se garantiza más capacidad de acopio y por lo tanto le permitirá tener más producto en caso de que haya escasez.
A su vez, al igual que en el puerto de Caldera, al poder atracar barcos de mayor tamaño se ahorrará en el flete y eso se trasladaría al precio de los combustibles.
Pero ahí no terminan las buenas nuevas portuarias, ya que la holandesa APM Terminals avanza en los estudios ambientales para construir la terminal portuaria más grande del istmo en Moín, mediante concesión.
Será un puerto que medirá hasta 1,5 kilómetros y recibirá una inversión por el orden de los $1 mil millones.
La meta es que las obras comiencen en octubre de este año y que se ponga a operar en el mismo mes pero de 2016.
Por su parte, Japdeva está a la espera de que los diputados le aprueben un plan que le permita endeudarse por $55 millones para ampliar su muelle y equiparlo con maquinaria moderna.
Danny Canales
dcanales@larepublica.net