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Arruinando a Costa Rica

Luis Alberto Muñoz redaccion@larepublica.net | Viernes 21 agosto, 2015


Hoy, al mejor estilo medieval, hay quienes creen que solo ganando ellos Costa Rica será mejor, arruinando este paraíso terrenal que heredamos

Entre cielo y tierra

Arruinando a Costa Rica

Costa Rica viene sufriendo de un infortunio, que es la principal causa de la parálisis y el enfrascamiento material e intelectual en las últimas décadas.
Desde una perspectiva meramente política, obedece a un choque, como si se tratase de un maniqueísmo, que ha llevado al país a una división.
Esta separación proviene de tiempos anteriores al referendo sobre el Cafta, y tiene enfrentados a quienes creen que la mejor ruta para la nación es una apertura de mercados, privatización y generación de mayores negocios a partir de bienes públicos, incluidas concesiones, minería, petróleo, y demás recursos.
En la acera del frente, se mantienen quienes defienden una visión de la Costa Rica Estatal, con un fuerte brazo institucional y empresas públicas cuya misión no solo sea la generación de ingresos, sino que formen parte de un plan de desarrollo conjunto para el país; además la protección de sectores sensibles, y el desarrollo de mercados internos.
Ambas visiones tuvieron un choque frontal tras el referendo mencionado y no se ha podido conciliar a partir de esto una visión común.
Por un lado, existen sectores aferrados a privilegios estatales, que viven de forma holgada de estos beneficios del sector público.
Por otro lado, grupos de intereses privados, que buscan nuevas oportunidades y por ende abrir mercados y romper estructuras de proteccionismo.
Y la lucha así continúa. Algunos de estos sectores tienen simpatizantes en puestos estratégicos en la burocracia institucional democrática, que van desde oficinas de trámites hasta altas instancias, tribunales, municipalidades, oficinas y juntas de empresas estatales.
Las rencillas salen a flor de piel en nuestra Asamblea Legislativa, donde el fraccionamiento y las múltiples posturas son el drama cotidiano.
Esa microsegmentación ha llegado hasta el seno de los partidos políticos y algunos, los más grandes y de mayor poder, están viviendo sus guerras internas y por ende no pueden llegar a acuerdos comunes.
El resultado es un colosal desastre democrático, donde el sistema está mutilado para tomar decisiones y se ha dispuesto cuidadosamente, al mejor estilo de los códigos napoleónicos, a generar un entrabamiento, ley sobre ley, en una maraña de intereses particulares y de grupos específicos.
Mientras tanto, el más ausente en todos los debates es el “bien común”, ese ideal de que la acción política verdaderamente puede aportar y retribuir al “bien de todos”, y que a partir de este estado, tanto particulares como sectores se verán beneficiados.
Hoy, en un contrasentido, al mejor estilo medieval, hay quienes creen que solo ganando ellos Costa Rica será mejor, y con esta mentalidad, sin importar la ideología que profesen, están arruinando este paraíso terrenal que heredamos.

Luis Alberto Muñoz Madriz
@luisalberto_cr

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