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Atrévase Ministra

Arturo Jofré arturojofre@gmail.com | Viernes 09 enero, 2009


Atrévase Ministra

Arturo Jofré

¿Por qué no nos atrevemos a decir la verdad y en grande sobre los efectos nocivos del tabaco? Un ejemplo concreto: veo en una cajetilla de cigarrillos de un país latinoamericano como el nuestro, que en su cara principal trae una foto a colores de una boca que muestra dos líneas de dientes horribles, con encías destruidas, realmente da asco y pena verla. Debajo de esa foto y en letras grandes se lee: “Estos cigarrillos te causan cáncer, infartos, enfisema, dañan tu boca, tus dientes y todo tu organismo”. Atrás de la cajetilla se lee en letras enormes “Yo tengo mal aliento” y “El humo del tabaco se impregna en todo tu cuerpo y te mata día a día”. A un costado dice: El humo de cada cigarrillo que tú fumas contiene, entre otros productos tóxicos:

• Alquitrán: producto que te produce cáncer.
• Nicotina: producto que te hace adicto.
• Monóxido de carbono: gas tóxico igual al que emana de los tubos de escape.
• Arsénico: químico utilizado como veneno para ratas.

La mitad del paquete está destinado a la publicidad preventiva del Ministerio de Salud respectivo, con la verdad en grande. Lo comparo con uno de los paquetes de cigarros ticos y hay que buscar uno de los costados para poder leer algunas frases preventivas, como si actuáramos con miedo y nos diera pena exponer la verdad.
Esta publicidad, así como las campañas educativas preventivas que realiza el Ministerio de Salud en nuestro país, es importante, pero su efecto se da solo en una parte de la población. Lo estamos viendo con la nueva Ley de Tránsito, las campañas educativas no fueron suficientes para una cultura que había echado raíces por generaciones. En el caso del tabaco el detonante es la adicción.
El ejemplo que nos dio Uruguay, al ser el primer país latinoamericano en ratificar el Convenio para el Control del Tabaco, no es casual. Al leer una entrevista realizada a la representante del Ministerio de Salud de ese país, ella responde que el tener un presidente médico fue decisivo, ya que desde el inicio empezó a lanzar decretos contra el fumado. Con o sin un presidente médico, Uruguay o Costa Rica tenían que ser los primeros, ya que ambos países se parecen mucho en su visión social, de salud pública, de educación y de desarrollo humano.
Después de varios años la Asamblea Legislativa ratificó el Convenio contra el Tabaco, por lo que ahora se requieren acciones concretas que produzcan cambios radicales. Hay que hacerlo por dos razones: una económica, ya que no es justo que estemos financiando a la Caja de Seguro Social para que destine miles de millones de colones al año para tratar a los pacientes con enfermedades provocadas por el tabaco. Otra humana: no solo en las calles muere la gente, así como se pudo con la Ley del Tránsito, tenemos que poder con este desafío.
Ha llegado la hora de actuar con decisión y no seguir con medidas pusilánimes, no sea que ahora que hemos ratificado el convenio todo se vuelva humo, ya que el poder de la industria del tabaco no es ficticio.

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