Avanza la nueva modalidad laboral
Eric Briones Briones redaccion@larepublica.net | Miércoles 20 marzo, 2024
Dr. Eric Briones Briones
Doctor y Profesor en Derecho Laboral
No cabe la menor duda, que la nueva modalidad de trabajo, como lo es el teletrabajo -la cual se empezó a gestarse en los Estados Unidos de Norteamérica, desde los años 70 del siglo pasado -consecuencia de la crisis petrolera- pero que se disparó o catapultó en la cima con la llegada de la pandemia del Covid 19, sorprendiendo a algunos países que no tenían regulación alguna y otros como el Costa Rica, que si acaso, tenía una legislación formal, que no llegaba al año de su creación (ley no. 9738 y reglamento no. 42083-MP-MTSS-MIDEPLAN-MICITT, ambos del año 2019)- hoy, sigue con resistencia, por algunos sectores, que no entienden que esto vino para quedarse.
La resistencia a los cambios, que depara la ciencia y la tecnología, a través de la humanidad, es cíclica, pero a pesar de esto, la historia enseña, que el avance, nunca se ha detenido (tal vez, su discurrir sea más lento). Es muy comprensible, que siempre existan intereses de por medio, que se van a ver afectados, así, por ejemplo, con el movimiento del siglo XlX, denominado: “ludismo”, se afectaba la mano de obra humana; con el movimiento en contra de la luz, todo el negocio de las candelas, canfín y sus afines y con el teletrabajo, pues los alquileres de bienes muebles e inmuebles, comercio, etc.
Lo que se debe hacer y para salir de estos baches imparables y descontrolados -que generan los avances en el tiempo- es la concientización, aceptación y por ende la readaptación lo más pronto posible, antes que la toma de posiciones negativas, que al final, en nada contribuyen con los avances de la humanidad, como lo ha enseñado el tiempo a través de la historia.
En el caso del teletrabajo, recientemente, se va hacia la readaptación mundial, como forma de modalidad laboral ordinaria, que conlleva nuevos paradigmas para las partes de las relaciones laborales, tanto públicas como privadas, de lo cual Costa Rica, no se sustrae y avanza hacia la misma, poco a poco, pero a paso firme, mediante las constantes emisiones de decretos ejecutivos, para fomentar el teletrabajo de manera ordinaria en el sector público (no. 002-MTSS-MIDEPLAN de 6 de julio del 2022 y Decreto 44019-MEP, publicado 6 de junio del 2023, que admite impartir clases, bajo modalidades híbridas), así como, para los casos excepcionales que pueda vivir el país (directrices nos. 034 y 035, 15 de febrero del año 2024, ante el colapso vial, emitidas por presidente de la República y los ministros del MOPT, MTSS y MIDEPLAN).
Sin obviar, que la legislación igual, se está adaptando de manera ordinaria y a modo de ejemplo, se dio con la modificación a la Ley General de la Administración Pública (mediante ley no.10379) para permitir a los órganos colegiados celebrar las sesiones de manera virtual; lo cual va a tono con pronunciamientos de la CGR, en el sentido que, no se pueden utilizar fondos públicos, para la compra de “refrigerios” en las sesiones de juntas directivas y esto aún y cuando, no se pague una dieta o remuneración. Es que es dable, con el teletrabajo (en los casos en que sea posible, mediante reglas predefinidas y sin descuidar la razón de ser del servicio), evitar gastos de todo tipo, por cuanto, las barreras del tiempo y el espacio, se rompen, ya no son óbices, para desempeñar un trabajo, más óptimo, eficiente, eficaz y en resguardo de la hacienda pública, que es de todos.
Bajo el norte indicado, se están realizando estudios (como parte de este desarrollo de la modalidad, si bien lenta, pero segura) en donde, la Universidad del Sur de Australia, analizó de cómo el teletrabajo ha influido en la calidad de vida de las personas trabajadoras, generando en la mayoría de los casos, bienestar para su salud física y mental. Es que, al desplazarse al centro laboral, con los tiempos excesivos para llegar, va “de la mano de una peor salud mental y con puntuaciones más bajas en la valoración de nuestra propia salud”, concluyendo el estudio: “De todos modos, cabe decir que esas horas extra que nos guardamos, que no perdemos en el transporte, se está usando para trabajar más o para dedicarlo a los cuidados” (https://www.genbeta.com/actualidad/llevan-cuatro-anos-observando-teletrabajo-tienen-conclusion-muy-clara-trabajar-casa-nos-hace-felices).
Recientemente Uruguay actualiza su legislación para las zonas francas, pasando a conceder de manera más “abarcativa”, la modalidad remota/teletrabajo, por lo que pasa a conceder más horas permitidas de trabajo remoto, que presencial, por otra parte, pasa a permitir, que personas trabajadoras que laboran jornadas medias, puedan también teletrabajar, sin poder dentro de una misma jornada ordinaria diaria, implementar las 2 modalidades, para las zonas francas (https://www.elobservador.com.uy/nota/se-reglamento-el-teletrabajo-en-zonas-francas-cuales-son-los-cambios-y-a-quienes-afecta--20243122100).
Importante, destacar que ante esto, existen retos actualmente, que, como sociedad, se deben tomar en cuenta, entre ellos a saber: 1) Democratizar las tecnologías a nivel de los países del mundo y a nivel regional de cada uno de ellos, provocar distribución en equidad de las mismas internamente; 2) “Vacunarse” y actualizarse, por los constantes ataques cibernéticos, tomando las medidas que los expertos indiquen; 3) Cambiar estilos de vida, en protección de la salud física y mental, de la persona teletrabajadora; 4) Readaptación personal y social, ante la nueva realidad laboral, con cambios de mentalidad; 5) Modificar la concepción decimonónica del desempeño laboral, así como de los controles en el trabajo; esto, entre muchos desafíos más, que el tiempo irá enseñando.