BCR quiere limpiar su imagen con nuevos negocios
Brandon Flores bflores@larepublica.net | Viernes 11 mayo, 2018
Tras el caso del cemento chino, que terminó con la destitución de miembros de su junta directiva, el Banco de Costa Rica (BCR) pretende limpiar su imagen con una estrategia de negocios agresiva.
El más reciente movimiento fue la fusión de su marca Kristal con los servicios regulares, de esta forma ahora todo lo que ofrece la “banca rosa”, está en las 200 sucursales del BCR en todo el país, incluyendo las de centros comerciales.
Además, la entidad tiene todo prácticamente listo para absorber lo que resta de Bancrédito, gracias a la firma de un convenio con la entidad interventora de ese banco estatal declarado en cierre técnico.
Ese movimiento le generaría al BCR un aumento de aproximadamente ¢35 mil millones a su patrimonio, aunque sigue por detrás del Nacional como la entidad financiera pública más grande en este rubro.
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“La motivación recae en aumentar negocios relacionados con Cartago, aumentar el patrimonio, los inmuebles que posee Bancrédito, la administración del impuesto de salida del país, entre otros”, indicó Douglas Soto, gerente de la entidad financiera.
Los anteriores diputados dejaron aprobado un texto sustitutivo que clarifica las reglas y excepciones, por un plazo de tres años, las cuales permitirán la fusión de las dos instituciones.
Algunos analistas consideran que es una movida bastante inteligente y que lo más conveniente para el sistema financiero nacional es que se aplique cuanto antes.
“Me gustaría que se haga realidad, porque eliminaría el ruido negativo que genera este tema. Segundo, porque limitaría la erosión patrimonial que se produce con el deterioro de lo que aún queda de la cartera crediticia de Bancrédito. Y tercero, porque permitirá renegociar las nuevas condiciones de pago de la deuda que se arrastra con Hacienda”, comentó Alberto Franco, economista de Ecoanálisis.
Por otra parte, recientemente el banco incluyó en su flotilla 24 vehículos carbono compensados, con los cuales pretende mitigar el impacto ambiental sustituyendo varias unidades que ya excedieron los 200 mil kilómetros.
Todas estas acciones surgen como terapia para que el banco deje atrás los cuestionamientos e investigaciones sobre varios créditos otorgados al empresario Juan Carlos Bolaños para la importación de cemento.
Los cuestionamientos provocaron que su exgerente, Mario Barrenechea, ahora descuente prisión preventiva y varios de sus altos jerarcas salieran por la puerta de atrás.
No obstante, la cartera de crédito nunca se vio comprometida, pues esos empréstitos representaban menos del 1% de los fondos del banco.
“Es indudable que la imagen del BCR sufrió. No obstante, la gente tiene que estar tranquila, pienso que al ser un banco nacional, hay una especie de protección implícita por parte de los ciudadanos, debido al cariño y sobre todo a la garantía del Estado. Si fuera un banco privado, sería otro escenario”, aportó Patricia Pérez, asesora financiera.
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Si el proyecto de la absorción avanza, quedarán solo tres entidades en la banca pública (BCR, Nacional y Popular), buscando ser la más sólida.