Bicentenario de Costa Rica: el sistema de salud como fundamento del Estado social
La prevención y acción en salud es sin duda una excelente inversión y uno de los legados más importantes que podemos heredar a nuestras generaciones
Inés Revuelta Sánchez inesrevuelta@gmail.com | Viernes 03 septiembre, 2021
El sistema de salud costarricense es uno de los baluartes más importantes para sostener el Estado social. El acceso universal a la salud como derecho humano, debe fortalecerse en dos aspectos muy puntuales: el acceso universal para todas las personas sin distingo de condición social como vínculo para reducir las desigualdades y el contar con una atención descentralizada, oportuna, eficiente y de calidad.
Si bien es cierto la sostenibilidad del sistema de salud frente a la atención de la pandemia por el COVID-19 ha consumido recursos y esfuerzo humano, es precisamente la robustez del sistema lo que ha permitido reducir los impactos en vidas humanas.
Ahora bien, podríamos preguntarnos, ¿Cuáles son los retos en este Bicentenario de Costa Rica para lograr un abordaje integral de nuestro sistema de salud? A partir de aquí y a pesar de la complejidad del sistema, podríamos esbozar algunas acciones en concreto:
- Apostar a la prevención: las políticas públicas de atención a la niñez, juventud, deporte, actividad física, recreación, cultura y salud mental, deben ser el centro de la gestión gubernamental si se desea atender las grandes pandemias y sindemias de la humanidad como lo son el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, la drogadicción, los suicidios, la depresión y muchas de las enfermedades del corazón, incluyendo coronarias e infarto, presión arterial, colesterol y accidentes cerebrovasculares entre otros; esta prevención debe asumirse de forma integral desde tempranas edades escolares.
-Políticas públicas en salud con enfoque de género: ya no es de recibo, que se sigan reproduciendo dentro del sistema de salud los mismos estereotipos sociales de discriminación hacia las mujeres y colectivos sexo-diversos. La prevención del embarazo adolescente y el acceso a una educación sexual integral y oportuna, conduce a personas más informadas y tomando mejores decisiones para sus proyectos de vida. Debemos alejar de nuestro sistema sanitario el oscurantismo con el que se siguen abordando los temas de salud sexual y reproductiva y las cargas morales que se depositan de forma desigual en los hombros de las mujeres. Estas políticas deben proyectarse desde la temprana infancia de modo que ninguna niña o joven carezca de la información y los recursos así como de la formación en principios y valores integrados a este ámbito, para asumir de manera informada y respetuosa sus decisiones en materia de salud y optimizar su calidad de vida.
-Un sistema de salud descentralizado con la misma calidad profesional y técnica que tienen las poblaciones del Valle Central: El gran esfuerzo de la Caja Costarricense del Seguro Social por invertir en hospitales y centros de salud regionales, debe acompañarse con un equipo humano calificado, equipamiento técnico y disponibilidad de atención para las poblaciones rurales. El éxito en el fortalecimiento del sistema de salud y la reducción de las desigualdades, parte precisamente, de un sistema altamente descentralizado que mejore los indicadores de salud, especialmente en aquellos cantones con los menores índices de desarrollo humano.
La prevención y acción en salud es sin duda una excelente inversión y uno de los legados más importantes que podemos heredar a nuestras futuras generaciones en la Patria del Bicentenario.