Binomio Villalobos-Suárez no tiene supervisión
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 29 junio, 2023
El enemigo número uno, para que Jorge Luis Pinto no continuara como técnico de la Selección fue Rodolfo Villalobos.
Acuerpó a los líderes del seleccionado: Navas, Borges y Ruiz, cortando toda posibilidad de que el técnico que hizo posible la gesta inolvidable del mundial brasileño, en complicidad con el esfuerzo de los jugadores, siguiera al frente de la Tricolor.
Desde luego que don Jorge Luis también se cayó solito del podio, cuando se trepó en el ventilador y dijo lo que dijo, en la conferencia en la que denunció que en Brasil, durmió con el enemigo.
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Desaparecido de escena Eduardo Li, el tesorero de la Federación que no vio, oyó, ni leyó nada de las travesuras de su Presidente, fue electo jerarca de la Casa de los Sustos gracias a una traición gestada por uno de los asambleístas.
Don Rodolfo se enamoró del puesto, se embriagó con el poder, lo concentró y se convirtió en un líder dominante que luego se reelige -como indirectamente lo manifestó la señora Peggy Guillén, representante de Grecia..
Sin interferencias, sostiene a Rónald González como técnico, sigue el circo con Gustavo Matosas, firma a Luis Fernando Suárez y amarra contactos con FIFA.
A punto de derrumbe y precipicio, la Tricolor milagrosamente se clasifica al Mundial en Qatar y es aquí cuando Villalobos construye su organigrama.
Millones de dólares que caen de Qatar callan bocas en comisiones y asociaciones afiliadas a la Federación. Se forma una tripleta de amigos, que “organiza” el sendero previo al viaje a Qatar: Rodolfo Villalobos, Luis Fernando Suárez y Jafet Soto.
Escogen la nómina mundialista con varias sorpresas; surgen nuevos legionarios tipo express, se monta el juego de despedida con Nigeria, donde la afición despedaza a Johan Venegas.
Suárez manifiesta que no le agradan los fogueos cercanos al Mundial, pero acepta un partido en Irak donde salta la liebre.
El agente que organiza el juego, es hermano del representante del técnico Suárez. El partido se cancela y a algunos se les cayó un negocio de miles de dólares.
El colombiano no se inmuta; había firmado un contrato para seguir como técnico de Costa Rica hasta el Mundial 2026. El papelito tenía una cláusula “intrascendente”. El despido de don Luis supuestamente cuesta $400.000.
Don Rodolfo consigue un trabajito en FIFA cuatro años con salario millonario.
¿Estarán de verdad preocupados por los ridículos de la Selección Nacional?
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