Sus perspectivas sobre el país no mejoran
Calificadoras de riesgo aún no le creen a Costa Rica
Existe amenaza latente de una rebaja de complicarse intenciones de financiamiento
Ronny Gudiño ronnygudino.asesor@larepublica.net | Jueves 15 abril, 2021
Ver para creer, esa es la postura que tienen las calificadoras de riesgo sobre el futuro fiscal de Costa Rica.
Fitch y Standard & Poor’s (S&P), sostuvieron la respectiva calificación de B con perspectiva negativa en semanas recientes; lo que implica que ven riesgos para la consolidación fiscal y la estabilización de la deuda.
Mientras que Moody’s tampoco ha hecho mención a una mejora en la nota o perspectivas del país.
De esta manera muestran que el hecho de lograr un acuerdo de empréstito con el FMI no es suficiente para generar automáticamente una mejora en la calificación, pero que en caso de que este fracase sí podría implicar una desmejora que acabaría por golpear al país.
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Una imagen a la baja genera menores inversiones, un aumento local en el tipo de cambio y de las tasas de interés en los mercados extranjeros.
Ahí es donde surge el mayor problema, pues si caen las calificaciones se dificulta la posibilidad de que entes internacionales giren recursos al país y, si lo hacen, sería a tasas de interés mayores.
Tampoco se puede exceder en el financiamiento interno, pues las tasas locales también se verían presionadas.
Para entender los motivos por los que no se mejora el puntaje, Fitch, por ejemplo, apunta a una incapacidad de larga data para alcanzar consensos sobre cómo abordar temas como el déficit fiscal, el aumento de los pagos de intereses y un calendario de amortización de alto riesgo.
Por eso, aún con un acuerdo entre gobierno y el FMI, desconfían que las medidas están supeditadas a la obtención del visto bueno del Congreso y al apoyo político para la consolidación fiscal más allá de la actual administración.
Observando criterios de otras calificadoras; LA REPÚBLICA habló en diciembre con Gabriel Torres, senior credit officer de Moody's, quien dejó frases como las siguientes.
"No se aprobó nada grande todavía y la deuda sigue aumentando, a pesar de que ya son seis meses. Se agota el tiempo, y sí, muchos son problemas que anteceden a este gobierno, pero aunque ahora no es ni positivo ni negativo, entre más tiempo pase sin grandes cambios, se tornará negativo", comentó.
Después del cambio de calificación a B con perspectiva negativa que S&P dio al país, Lisa Schineller, directora de las calificaciones soberanas, señaló la falta de consenso político en medidas fiscales entre las falencias de Costa Rica, aspecto que meses después Fitch todavía reprocha.
"En 2022 hay una elección con la que surge una pregunta, la voluntad de consolidar las cuentas fiscales, hay señales de compromiso para contener gastos, pero tenemos dudas, porque no tiene que ser solo con el Ministerio (Hacienda), sino el ambiente político más grande, necesita también del Congreso y su apoyo a la consolidación", dijo Schineller.
Pero no todo está sentenciado, pues entre los aspectos que llevarían a una mejora, se presume que debe visualizarse un mayor compromiso político con la consolidación fiscal.
Esto implica reducir la fragmentación política, por ejemplo, con una mejora significativa en la relación entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa.
IMAGEN LASTIMADA
La imagen del país fue golpeada por las calificadoras de riesgo en el 2020.
- Fitch Disminuyó a B con perspectiva negativa
- Moody’s Rebajó a B2 con perspectiva negativa
- S&P Evaluó con B con perspectiva negativa