2 mil es el promedio de calorías diarias que debería consumir un adulto joven

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SALUD

Calorías, el combustible del cuerpo

Aunque muchas personas les huyen, son vitales para el funcionamiento del organismo

El exceso nunca es bueno, por ello un alto consumo de calorías le puede pasar la factura a su cuerpo.
De hecho reducir su ingesta, especialmente las vacías que no aportan nutrientes al cuerpo, es la meta de quienes quieren llegar a su peso ideal.
A pesar de ello y de que muchos las consideren las malas de la historia, se debe tener en cuenta su importancia para el organismo.
Una caloría es una unidad de energía que aporta un alimento y que el cuerpo utiliza para respirar, caminar, pensar y hasta dormir. Permiten a cada músculo u órgano cumplir su función.
Se puede decir que son sinónimo de combustible, ya que el cuerpo requiere una cantidad exacta, si se pasa puede subir de peso, si consumen menos lo pueden bajar, comentó Gloriana Arce, nutricionista del Centro de Nutrición Larisa Páez, quien explica que “no hay alimentos buenos ni malos, sino dietas mal balanceadas”.
Lo importante es consumir calorías de todos los grupos alimenticios, incluso se puede guardar espacio para las llamada calorías vacías o discrecionales.
Por ejemplo, en promedio un adulto joven que hace regularmente actividad física debe consumir al día 2 mil calorías, de esas 200 pueden dedicarse a esas calorías discrecionales, que podrían representar un chocolate o un postre pequeño.
Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud indican que los latinoamericanos obtienen su energía principalmente de proteínas, los carbohidratos y grasas.
“Este cálculo se hizo con base en grandes estudios poblacionales con estimaciones del consumo de alimentos que cubre los requerimientos de una población y con los cuales esta población es suficientemente activa, productiva y saludable y la mayoría de los estudios aproximan a 2 mil calorías”, explicó la nutricionista venezolana Marianela Herrera, Miembro titular de la Sociedad Científica Venezolana de Obesología.

Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net