Carros eléctricos quedan relegados
Ernesto Villalobos evillalobos@larepublica.net | Miércoles 08 diciembre, 2010
Estudios de viabilidad para migrar a tecnologías limpias, listos desde hace un año
Carros eléctricos quedan relegados
Inversión para lograr flotilla limpia demandaría unos $26,2 millones anuales, hasta 2021
Aunque la flotilla de transporte del Estado sobrepasa los 15 mil vehículos, solo 20 de ellos son eléctricos.
Esa realidad deja en evidencia que lejos de ser congruente con la supuesta voluntad de alcanzar la carbono neutralidad en 2021, el Gobierno prefiere seguir alimentando un monstruo que genera unas 75 mil toneladas de dióxido de carbono cada año.
Lo más cercano ese cambio, es la voluntad de incluir una recomendación para priorizar vehículos híbridos o eléctricos, en el Plan Nacional de Desarrollo, que impulsa la administración Chinchilla.
“No estamos en capacidad de exigir a los ministerios o instituciones que sustituyan su flotilla por unidades que aunque sabemos que funcionan con tecnología limpia, son mucho más caros. De momento incluimos inicialmente recomendaciones sobre esa opción, en el Plan Nacional de Desarrollo”, reconoció Teófilo de la Torre, ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones.
Desde 2009, el Estado tiene a la mano un estudio de factibilidad que aprueba y recomienda la sustitución de carros a gasolina o diésel, por unidades eléctricas.
“Desde su arribo al país coordinamos con la casa que importa los únicos vehículos eléctricos, los Reva, para hacer pruebas y tener un mejor panorama de la factibilidad de utilizarlos en instituciones del Estado. Los resultados de la evaluación fueron positivos y se hicieron de conocimiento de cada entidad, oportunamente”, señaló Alan Blanco, jefe de Transporte Eléctrico de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz.
Con base en las mediciones, Fuerza y Luz ya adquirió 18 Reva, y valora la posibilidad de sustituir más de sus vehículos a combustible fósil más antiguos, por los impulsados eléctricamente.
La flota de la Compañía de Fuerza y Luz es de 382 unidades.
Además del paso dado por la Compañía, solo el Banco Nacional compró dos carros eléctricos. Fuera de ello, la empresa ha recibido solo una solicitud de cotización del Instituto Costarricense de Electricidad, por 50 unidades.
“La primera vez que nos llamaron fue en enero de este año, para pedirme información del Reva. Más tarde, solicitaron dos carros para probarlos, y los tuvieron por casi un mes. Cuando fuimos a dejar el carro al Proyecto Geotérmico Miravalles —donde se probaría—, el entonces presidente ejecutivo me dijo que comprarían uno y luego los demás, pero la intención quedó ahí”, confirmó Andrés Echeverri, gerente general de Reva Costa Rica.
La diferencia entre la cantidad de contaminantes que emite un vehículo de diésel o gasolina y uno eléctrico como el que es posible conseguir en el país, es abismal.
Mientras un vehículo con motor de combustión de 1.600 c3 deja en el ambiente 4,5 toneladas métricas de CO2 al año, y un pick up de entre 2 mil y 3 mil c3 deja seis toneladas métricas, las emisiones del Reva apenas si llegan a 300 kilos por año.
Sobre la oportunidad de llevar a cabo ese cambio, de manera puntual para alcanzar la meta ambiental país, el Estado debería enfocarse en sustituir al menos un 10% de su flotilla cada año, durante el próximo decenio.
Para ese efecto, el país debería invertir $26,2 millones anuales, cifra que pareciera imposible para los recursos con que se cuenta.
Ernesto Villalobos
evillalobos@larepublica.net
Carros eléctricos quedan relegados
Inversión para lograr flotilla limpia demandaría unos $26,2 millones anuales, hasta 2021
Aunque la flotilla de transporte del Estado sobrepasa los 15 mil vehículos, solo 20 de ellos son eléctricos.
Esa realidad deja en evidencia que lejos de ser congruente con la supuesta voluntad de alcanzar la carbono neutralidad en 2021, el Gobierno prefiere seguir alimentando un monstruo que genera unas 75 mil toneladas de dióxido de carbono cada año.
Lo más cercano ese cambio, es la voluntad de incluir una recomendación para priorizar vehículos híbridos o eléctricos, en el Plan Nacional de Desarrollo, que impulsa la administración Chinchilla.
“No estamos en capacidad de exigir a los ministerios o instituciones que sustituyan su flotilla por unidades que aunque sabemos que funcionan con tecnología limpia, son mucho más caros. De momento incluimos inicialmente recomendaciones sobre esa opción, en el Plan Nacional de Desarrollo”, reconoció Teófilo de la Torre, ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones.
Desde 2009, el Estado tiene a la mano un estudio de factibilidad que aprueba y recomienda la sustitución de carros a gasolina o diésel, por unidades eléctricas.
“Desde su arribo al país coordinamos con la casa que importa los únicos vehículos eléctricos, los Reva, para hacer pruebas y tener un mejor panorama de la factibilidad de utilizarlos en instituciones del Estado. Los resultados de la evaluación fueron positivos y se hicieron de conocimiento de cada entidad, oportunamente”, señaló Alan Blanco, jefe de Transporte Eléctrico de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz.
Con base en las mediciones, Fuerza y Luz ya adquirió 18 Reva, y valora la posibilidad de sustituir más de sus vehículos a combustible fósil más antiguos, por los impulsados eléctricamente.
La flota de la Compañía de Fuerza y Luz es de 382 unidades.
Además del paso dado por la Compañía, solo el Banco Nacional compró dos carros eléctricos. Fuera de ello, la empresa ha recibido solo una solicitud de cotización del Instituto Costarricense de Electricidad, por 50 unidades.
“La primera vez que nos llamaron fue en enero de este año, para pedirme información del Reva. Más tarde, solicitaron dos carros para probarlos, y los tuvieron por casi un mes. Cuando fuimos a dejar el carro al Proyecto Geotérmico Miravalles —donde se probaría—, el entonces presidente ejecutivo me dijo que comprarían uno y luego los demás, pero la intención quedó ahí”, confirmó Andrés Echeverri, gerente general de Reva Costa Rica.
La diferencia entre la cantidad de contaminantes que emite un vehículo de diésel o gasolina y uno eléctrico como el que es posible conseguir en el país, es abismal.
Mientras un vehículo con motor de combustión de 1.600 c3 deja en el ambiente 4,5 toneladas métricas de CO2 al año, y un pick up de entre 2 mil y 3 mil c3 deja seis toneladas métricas, las emisiones del Reva apenas si llegan a 300 kilos por año.
Sobre la oportunidad de llevar a cabo ese cambio, de manera puntual para alcanzar la meta ambiental país, el Estado debería enfocarse en sustituir al menos un 10% de su flotilla cada año, durante el próximo decenio.
Para ese efecto, el país debería invertir $26,2 millones anuales, cifra que pareciera imposible para los recursos con que se cuenta.
Ernesto Villalobos
evillalobos@larepublica.net