Ciberacoso sigue en aumento
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Lunes 28 octubre, 2013
30,7% de los adolescentes latinoamericanos aseguró haber sufrido de ciberacoso
Ciberacoso sigue en aumento
Redes sociales son los principales medios en los que se presenta este tipo de hostigamiento
Los niños y adolescentes están cada vez más expuestos a Internet, una herramienta que no solo los entretiene, sino que les permite hacer tareas con facilidad.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios, así como ha incrementado su uso también lo han hecho sus peligros.
El término se refiere al hostigamiento a través de medios informáticos como redes sociales, correo electrónico o sitios web. Consiste en molestar, amenazar, humillar o acosar a una persona utilizando dichos medios, lo cual resulta dañino para la víctima, que generalmente tiene entre 12 y 20 años.
El estudio determinó que más de la mitad de los casos reportados se dio en forma de burlas, mientras que otras formas comunes son las amenazas, insultos, apodos denigrantes y publicación de información, fotos o videos privados de la víctima, según detalló la firma.
En cuanto a los medios en los que se dio la situación de maltrato, predominaron las redes sociales como Facebook, Twitter y Google+, con el 82,7% de los votos.
“Cabe destacar que la mayoría de los encuestados que reportaron haber sido víctimas de cyberbullying, declararon no haber pedido ayuda (82,1% de los casos). Este punto es preocupante si se tiene en cuenta que una de las principales formas de combatir el ciberacoso es mediante la intervención de un adulto, ya sea un familiar, un maestro, o cualquier mayor de confianza de la persona afectada”, dijo Sebastián Bortnik, gerente de Educación y Servicios de ESET Latinoamérica.
Una investigación realizada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos reveló que para los participantes era más difícil superar el acoso virtual, por que para hacerlo debían desprenderse de las redes sociales o el celular.
“El bullying siempre ha existido, pero actualmente se ven consecuencias mayores y las secuelas se observan en la baja autoestima, depresión, ansiedad y estrés altos, bajo rendimiento académico, desmotivación para ir a clases y la presencia de dolores de cabeza o problemas estomacales, como excusa para ausentarse de lecciones”, dijo la Dra. Melissa Céspedes, psicóloga del Hospital Clínica Bíblica.
Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net
@mgonzalezLR