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Código Verde: ¿Hipocresía ambiental?

Luis Diego Coronado laguilar@larepublica.net | Viernes 18 mayo, 2012





¿Hipocresía ambiental?

¿Compromiso o moda? Muchas empresas se titulan como verdes porque realizan alguna práctica sobre este tema; sin embargo, no es suficiente

La conciencia de que los recursos naturales se están agotando es cada vez más grande, hasta el punto de que se ha convertido en “moda” realizar alguna práctica ecológica como reciclar, comer alimentos orgánicos o limpiar con productos sin químicos.
Por ello muchas empresas lanzan campañas para ayudar a la preservación del medio, y a la vez aprovechar que el tema está en boca de todos para promocionarse.
Ahora, realizar una acción ambiental se convierte en parte de una guerra publicitaria para posicionarse con la tendencia de “ser una empresa verde”.
Pero, habría que preguntarse si de verdad están ayudando a la preservación del país, o solo están generando una estrategia de mercadeo para no quedarse atrás.
Y es que resulta muy difícil que con tan solo un cambio aislado en una práctica empresarial o con el lanzamiento de un producto “verde” vayan a convertirse de un día para otro en cero huella de carbono.
Se debe tener claro que para ser una “empresa verde” hay que tomar acciones que mitiguen el impacto ambiental, pero que sobre todo involucren a los consumidores y ciudadanos.
No basta con colocar basureros de separación de residuos, ni tener un título que los llame empresa ecológica, sino más bien lograr que sus usuarios se sientan identificados con las acciones establecidas y que a simple vista se pueda constatar que se están tomando las medidas necesarias.
“Hay empresas cuya huella ambiental ha crecido durante muchísimos años, entonces ven como remedio de su alto impacto, como parte de sus políticas de responsabilidad social, llevar residuos a todas estas campañas de reciclaje que hay”, y eso no es suficiente, afirmó Yamileth Astorga, directora del Programa de Gestión Ambiental Integral de la Universidad de Costa Rica.
“La responsabilidad social empresarial es una plataforma que sostiene los valores de la ética de la empresa, donde nacen mercadeo, recursos humanos y otros departamentos, entonces cuando yo aplico la tendencia ambiental a todos estos departamentos sí es exitosa y sí está bien hecha la estrategia, es decir, hay que empezar por cambiar los hábitos en la empresa y con los empleados. Pero cuando yo lo asumo como una estrategia para posicionarme como una empresa ambiental en el mercado, sí tenemos una acción publicitaria e irresponsable”, afirmó Laura Montero, directora académica de la escuela de publicidad de la ULACIT.
“Ahora está de moda ser carbono neutral, lo cual es muy fácil: como siguen teniendo emisiones, se les hace muy difícil bajar esa cuota, entonces pagan por servicios ambientales”, afirmó Astorga. Muchas empresas prefieren ayudar económicamente a parques nacionales, fundaciones ambientales o unirse a campañas de siembra de árboles para supuestamente compensar sus emisiones contaminantes.
“El Estado sí está realmente comprometido, pero muchas empresas privadas sí tienen muchos intereses económicos sobre todo con el tema de carbono neutral. Utilizan esta estrategia para posicionar sus productos en el mercado y que la gente les compre creyendo que son amigables con el ambiente”, aseguró Sara Cascante, ingeniera forestal del Centro de Derecho Ambiental y de los Recursos Naturales.
El compromiso no puede basarse solamente en ayudar económicamente a organizaciones, sino en mitigar su impacto contaminante dentro de su empresa.
“En los años 90 hablábamos de la generación de fruta cosmética, ‘lavado de cara verde’, que significaba que por dentro seguían causando grandes impactos al ambiente pero por fuera presumían de ser una empresa amigable”, afirmó Astorga. En materia ambiental nunca es mucho lo que se hace, solamente lo necesario, concluyó.

Luis Diego Coronado
lcoronado@larepublica.net






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