COMENTARIO: ¿Qué ofrecerá al mundo una China socialista moderna?

Bajo el liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh), que acaba de cumplir su centenario, China busca convertirse en un "gran país socialista moderno" para mediados del siglo XXI.

Se espera que el impulso de la modernización de la segunda mayor economía del mundo y el país líder en comercio de bienes produzca enormes dividendos al mundo, que está sufriendo la pandemia de COVID-19, el aumento del proteccionismo y la creciente amenaza del cambio climático.

Como resaltó Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh, "el desarrollo de China es una oportunidad para el mundo".

NUEVA OPCIÓN

Transformándose y superándose, una China moderna viene con un método, un camino y un modelo completamente nuevos, que brindan nuevas posibilidades para un mundo en constante cambio.

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El ascenso pacífico de China, sin precedentes tanto en escala como en velocidad, ha demostrado en la práctica que nunca ha existido un modelo de desarrollo único que convenga a todos, así como que el estilo adoptado por los países occidentales no es la única ruta viable hacia la modernidad.

Aunque la teoría de la modernización tiene su origen en Occidente, la modernización no equivale de ninguna manera a la occidentalización. Beijing está decidido a no seguir el camino occidental de agresión, colonización y expansión, así como a no saquear o colonizar países extranjeros ni tampoco transferir conflictos y crisis internos a otros países en el proceso de alcanzar su modernización.

Sin embargo, China no intenta vender su propia ruta de desarrollo al mundo. El modelo chino de modernización ofrece una nueva opción a otros países y naciones que tengan el deseo de acelerar su desarrollo al tiempo que preservan su independencia.

El comunicado de la sexta sesión plenaria del XIX Comité Central del PCCh señala que el partido gobernante más grande del mundo "ha liderado al pueblo en abrir un camino con peculiaridades chinas hacia la modernización, crear un nuevo modelo para el avance humano y ampliar los medios para alcanzar la modernización de los países en desarrollo".

INMENSAS OPORTUNIDADES

Cuando una población de 1.400 millones de habitantes cruce el umbral de la modernidad, se desatarán enormes oportunidades globales. Esto es especialmente cierto dado que se espera que China continúe contribuyendo, según los expertos, con entre el 25 y el 30 por ciento del crecimiento económico mundial durante los próximos cinco a diez años.

Vista de la plaza sur del Centro Nacional de Exposiciones y Convenciones (Shanghai), sede principal de la IV Exposición Internacional de Importaciones de China, en Shanghai, este de China. (Xinhua/Wu Huiwo)

Los líderes chinos han reiterado la voluntad de la nación de invitar a los países de todo el mundo a "subir al tren expreso del desarrollo de China".

La reciente cuarta edición de la Feria Internacional de Importaciones de China, que atrajo a casi 3.000 empresas de 127 países y regiones, ratificó la voluntad de China de abrir aún más su enorme mercado. A través de esta "plataforma de nivel mundial", los acuerdos tentativos para compras de bienes y servicios para un año alcanzaron más de 70.000 millones de dólares.

China ha repetido que no cambiará su determinación de abrirse en un nivel superior. Con el compromiso de acortar su lista negativa para la inversión extranjera y proteger los derechos de propiedad intelectual, el país apunta a perseguir una nueva ronda de apertura institucional y sistémica, creando un sistema de mercado que esté en línea con las reglas, regulaciones, modos de gestión y estándares internacionales.

Veinte años después de la incorporación de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), su nivel arancelario general ha caído al 7,4 por ciento desde el 15,3 por ciento en 2001, por debajo del 9,8 por ciento que prometió el país al ingresar en la organización.

Las multinacionales también están dejando sus huellas en la próspera economía digital de China, cuyo volumen de mercado aumentó a los 5,4 billones de dólares con un crecimiento del 9,6 por ciento anual en 2020, ocupando el segundo lugar en el mundo, según un informe de la Academia de la Tecnología de la Información y la Comunicación de China.

En un mundo cada vez más fluido, la reforma, una tarea común que afrontan casi todos los países, es una de las razones más importantes detrás de la transformación de China. El académico y comentarista político británico Martin Jacques ha descrito este proceso en el país asiático como "la transformación económica más notable de la historia moderna".

El PCCh ha mostrado una sobresaliente capacidad de reforma con el compromiso de esfuerzos continuos a favor de esta causa.

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En su plan clave de desarrollo para los próximos uno a tres lustros, destinado a dirigir el avance del país hacia la modernización, China ha prometido una serie de medidas de reforma, incluyendo un sistema de mercado de alto nivel, más dinámicas de mercado, así como una mayor capacidad de gobernanza económica del Gobierno.

Como señaló el economista estadounidense David Blair, una China próspera resulta algo positivo para el resto del mundo "porque ofrece mercados, innovación y competencia". La profunda reforma de China y su inquebrantable búsqueda de un desarrollo de alta calidad beneficiarán al mundo al ofrecer nuevas oportunidades de inversión en su enorme mercado, cada día más abierto.

Detrás de las políticas domésticas y las medidas de modernización de China, incluyendo la vitalización rural y el nuevo paradigma de desarrollo de la "circulación dual", se encuentran inmensas oportunidades de inversión.

China cuenta con el mayor grupo de ingresos medios del mundo, con más de 400 millones de personas. También se espera que los consumidores chinos remodelen el panorama económico global.

La prueba más reciente del robusto mercado de consumo de China se revela en la demanda nacional de bienes importados que se mantuvo sólida durante el festival de compras en línea de este año por el Día de los Solteros (también conocido como "Doble Once"), a pesar de las interrupciones de la cadena de suministro causadas por la COVID-19.

El execonomista en jefe de Goldman Sachs, el británico Jim O'Neill, expresó a Xinhua que los consumidores chinos continuarán siendo el factor más importante para el desarrollo económico de China y también para la economía mundial en la próxima década.

AGENDA VERDE

A medida que China se esfuerza por volverse más ecológica, ninguna empresa extranjera inteligente querría perder la oportunidad de inversión en las próximas décadas y un mercado más amplio apoyado por el compromiso del país de reducir sus emisiones de carbono.

Desde que los líderes de China anunciaron el año pasado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono para 2060, China ha cumplido con su palabra.

Voluntarios patrullan un área forestal en la provincia de Zhejiang, este de China, el 20 de julio de 2021. El área forestal que cubre unas 22 hectáreas fue creada en 2017 con el objetivo de ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono y lograr la neutralidad de carbono. (Xinhua/Xu Yu)

El último ejemplo de los esfuerzos ecológicos del país se produjo en la 26ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), donde Beijing comunicó que va a fomentar a un ritmo más rápido su sistema económico ecológico, circular, con bajas emisiones de carbono, así como que seguirá adelante con el ajuste de su estructura industrial y frenará el desarrollo irracional de proyectos de alta emisión y uso intensivo de energía.

Luego de que el país en vías de desarrollo más grande del mundo complete la reducción más drástica de las emisiones de carbono en sólo 30 años, no sólo beneficiará la transición masiva de la economía china a una con bajas emisiones de carbono, sino que también tendrá una gran importancia para el resto del mundo.

El diario South China Morning Post escribió en un reciente artículo de opinión que la serie de medidas prácticas de China podría resultar en un modelo atractivo para otras naciones en desarrollo.

NUEVO MÉTODO

Cincuenta años después de la restauración de su legítimo asiento en la ONU, la República Popular China está acercándose al centro del escenario mundial. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, describió al país asiático como un "firme partidario del multilateralismo".

El país más poblado del planeta ha demostrado su profunda comprensión del mundo cambiante al proponer un nuevo método de las relaciones internacionales, basado en la cooperación de beneficio mutuo y el principio de lograr un crecimiento compartido a través del debate y la colaboración sobre la gobernanza mundial.

China no tiene la intención de subvertir el actual orden internacional o reemplazarlo por uno que domine. China se ha comprometido a ser un constructor de la paz mundial, un contribuyente al desarrollo global y un defensor del orden internacional.

El orden internacional y el sistema de gobernanza que China considera que conviene mejor al mundo, y a la gente de todos los países, es aquel "que debería ser decidido por todos los países a través de consultas y no por un solo país o unos pocos países", según Xi.