Comer conscientemente

Dentro de los principios de Mindfulness o en su traducción más sencilla, vivir plenamente en el presente, se explica la importancia de comer conscientemente, en donde nos enfocamos al 100% a degustar los alimentos con curiosidad, poniendo todos nuestros sentidos a la atención total en el acto propio de comer.

Yo soy la peor, tengo la costumbre de comer rápido y haciendo otras actividades, por eso cuando hago el propósito de comer conscientemente, la experiencia es tan grata. Así que te invito a poner en marcha esta práctica que nos ayuda a mejorar nuestra relación con los alimentos y a cuidar a nuestro cuerpo y nuestra mente.

1. Planificá tus comidas:  Tratá de no comer al azar lo que se va apareciendo durante el día, sino que pensemos en alimentos que sean nutritivos, que estén dentro de nuestro plan de alimentación saludable y que al mismo tiempo sean ricos para nuestro paladar.  Hay que dedicar rato para hacer un buen planeamiento, desde el momento en que vamos al supermercado. Ya sabemos lo que debemos y lo que no debemos incluir en el carrito. También requiere nuestro tiempo para preparar las comidas con poca grasa y los condimentos naturales que más nos gusten, en fin, ponerle cariño a la cocina, buscar recetas sanas y hacer modificaciones creativas para mejorar la preparación en gusto y valor nutricional. También requiere tiempo para preparar de ser posible en una lonchera todas las comidas. En mi caso desde el desayuno y a veces hasta la cena, debo dejarla lista el día antes porque paso fuera todo el día.  Ahí me aseguro que cuente con suficientes porciones de proteína, carbohidratos, fruta, vegetales y lácteo para todos los tiempos de comida. Si vas a comer en restaurantes, desde luego que debes elegir lugares donde ya sabés que es bueno en sabor, calidad de preparación y que disponga de un menú que se adapte a tus necesidades de consumo alimenticio y gustos particulares.

2. Agradecé por tus alimentos: Por más humilde que parezca ser tu plato, pensar en todos los procesos desde la producción en el campo y quienes intervinieron con su trabajo para hacer llegar la comida a tu mesa, es motivo para dar las gracias. El agradecimiento es el sentimiento más poderoso de bienestar que genera energía positiva, nos relaja y nos da una sensación de plenitud y abundancia. Para los que somos creyentes, tiene mucho sentido la costumbre de una pequeña oración antes de comer.

3. Saboreá cada bocado:  con curiosidad, asombro y plenitud. Tomar el rato para ir un bocado a la vez, degustándolo, sintiendo la textura, el olor, el sabor de cada ingrediente en la boca, y cómo lo digerimos hace que la experiencia sea súper placentera para todos los sentidos, por eso supongo que a tantas personas nos encanta la cata de vinos, café, chocolates, etc., porque ese momento lo dedicamos al 100% a enfocarnos en degustar conscientemente. Dejemos llevarnos por el gozo del sabor de la comida y la bebida que tenemos en frente.

4. Comé lentamente: Si hacemos los pasos 1 a 3 conscientemente, fijo vamos a durar el doble durante la experiencia de mindful eating. Así que no te precipités y disfrutá el momento, sin prisas y con calma. Comer lento nos ayuda a sentirnos saciados porque los alimentos tardan aproximadamente 20 minutos en llegar al estómago. Si comes rápido, es probable que comas más de la cuenta o no te sintás completamente satisfecho en el momento de terminar.

5. No permitás interrupciones: No comás frente al tele, ni con el celular, ni leyendo, mucho menos trabajando. No dejés que nada distraiga este delicioso momento, hagámoslo único y especial. Viví la experiencia al 100%. Lo único permitido es compartir con otras personas y aprovechar el rato para una buena tertulia y disfrutarlo bien acompañado (a).

Ojalá que puedas poner en práctica el mindful eating y que me contés qué tal estuvo la experiencia. No te vas a arrepentir, garantizado.

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