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Comercio libre con Colombia: Mejores precios, mayor competencia

Bernal Rodríguez brodriguez@larepublica.net | Viernes 25 enero, 2013


Quienes resultarían ganadores con el acuerdo comercial serán los consumidores nacionales, los cuales tendrán acceso a mayor variedad de productos y a precios más bajos debido a la eliminación de aranceles de importación. Uno de los impulsores es Alvaro Gómez, director PROEXPORT en Colombia - Costa Rica, quien insiste en la existencia de oportunidades para ambas partes. Archivo / La República.


¿Quiénes ganan, quiénes pierden?

Comercio libre con Colombia: Mejores precios, mayor competencia

Acuerdo estaría listo este semestre

El propuesto tratado de libre comercio con Colombia traerá beneficios para los consumidores costarricenses, al mismo tiempo que atraería más inversiones colombianas a este país, lo cual genera empleo.
Por su parte, varios productores nacionales enfrentarán una nueva competencia, la cual les obligará a ser más eficientes.
Actualmente, los negociadores de ambos países están definiendo los detalles del propuesto acuerdo, así que no hay formar de precisar, cuáles sean los productos más afectados, por un eventual cambio en las reglas del comercio bilateral.
No obstante, con base en las tendencias que ha demostrado Costa Rica en la negociación de otros acuerdos recientes, es de esperar que se reduzcan las barreras a la importación desde Colombia en varios sectores.
En lo que a las importaciones se refiere, un área en la cual bajarían los precios es la de la ropa, que actualmente enfrenta un arancel promedio del 15%.

El alza en las importaciones en este sector no afectaría a la producción nacional, que ha decrecido significativamente en los últimos años, debido a los bajos precios de la competencia asiática, sobre todo de China, que además ya cuenta con el acceso libre al mercado costarricense.
No solo esto, la que queda en la confección de ropa en Costa Rica, podría sobrevivir, aun tras un tratado con Colombia.
Por cierto, la empresa Casino, con su planta ubicada en Área Metropolitana, es una inversión colombiana que emplea al país para exportar a otros mercados como el norteamericano.
El mismo nivel impositivo se aplica a la cerveza, así como los jugos, así que la desaparición del arancel causaría una rebaja bastante fuerte en el costo de la importación de esos productos colombianos.
De ser así, los productores locales tendrían que reducir sus costos.
Por otro lado, las empresas costarricenses en esos sectores tendrían el acceso libre a un mercado, que es diez veces más grande que el nuestro, se trata de no menos de 47 millones de habitantes, cuyo poder adquisitivo además está no muy por debajo del de acá, mientras está creciendo más rápido.
En 2011, el poder adquisitivo promedio colombiano era de $9.600, con un incremento desde 2008 del 12%, en comparación con $11.900 en Costa Rica, con un crecimiento en ese lapso del 8%, según datos del Banco Mundial.
Al igual que Costa Rica, Colombia actualmente cobra un arancel de alrededor del 15% a la importación de cerveza, así como de los jugos.
Podría también haber una apertura mutua en los lácteos; sin embargo, es quizás probable que no se toque este sector, que ha quedado por fuera en todos los tratados que ha negociado Costa Rica, incluidos Estados Unidos, China, y la Unión Europea.
Otro sector local, que han expresado sus reservas acerca del libre comercio con Colombia, ha sido el industrial, dado que los costos de producción colombianos a menudo son menores, dado el bajo precio de la energía eléctrica.
Sin embargo, los aranceles que actualmente cobra Costa Rica en el caso de los metales, plásticos y vidrios de hecho son bajos o inexistentes, de modo que la situación no cambiaría, con cualquier tratado que se negocie.
En lo que a la inversión se refiere, un TLC impulsaría la inversión directa en Costa Rica de parte de las empresas colombianas, lo cual implica la creación de empleo.
La ventaja de un acuerdo tal, es que tiende a incrementar la seguridad jurídica de los inversionistas, provenientes del otro país.
Por cierto, en los últimos años, Colombia ha sido uno de los más importantes inversores en Costa Rica, evidenciado el año pasado por la adquisición de parte de Banco Davivienda de los activos locales de HSBC.
Antes de eso, estuvo el caso de la compra de la fábrica de galletas Pozuelo por Nacional de Chocolates, así como la adquisición de la cadena de supermercados Megasuper por Corporación Olímpica, que son los ejemplos más conocidos de una racha de inversiones colombianas en Costa Rica.

Bernal Rodríguez
brodriguez@larepublica.net







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