Comunicación y liderazgo para la gestión de la crisis
Pablo Duncan pduncan@clcglobal.cr | Lunes 07 septiembre, 2020
Vivimos en una coyuntura sanitaria y económica en la que se pone a prueba la capacidad de las organizaciones de adaptarse ante los retos de su entorno, con ética, consciencia y disciplina. Desde nuestra actividad profesional como asesores corporativos en comunicación y en capital humano, hemos propuesto a nuestros clientes soluciones que se traducen en acompañamiento y apoyo para sus equipos, con el objetivo de mejorar sus condiciones, la interacción y flujo de información desde el teletrabajo, la construcción de nuevas formas de atender a los clientes, entre otras.
Lamentablemente, también hemos tenido que asesorar y participar en procesos de desvinculación laboral por los impactos económicos de la pandemia. En estas dolorosas decisiones sufre todo el equipo, tanto las personas que se van, como aquellos que permanecen y deben seguir adelante hacia el propósito común de la organización.
Justamente por ese propósito, es necesario construir escenarios adecuados para manejar las desvinculaciones con ética y prudencia, y apoyar a las personas que permanecen para que puedan mantener la motivación de seguir adelante, juntos. Con el fin de atender esta situación en CLC Comunicación afiliada de Llorente y Cuenca y Factor Humano nos aliamos para unir nuestro expertise en comunicación y en gerencia de recursos humanos en dos áreas clave en tiempos de crisis como los que vivimos.
Ante los despidos surgen amenazas a la productividad, desmotivación, “culpa del sobreviviente”, desenfoque, cuestionamientos al compromiso con la organización (¿realmente quiero ser parte de esta empresa?), entre otros. El primer paso para prevenir los efectos más nocivos de dichas amenazas es gestionar los despidos con ética, en pleno apego a la legalidad y con mirada humanista. Tanto colaboradores, como proveedores y clientes, están poniendo atención a cómo las organizaciones tratan a su equipo (incluso a los que tienen que desvincular) en estos momentos.
Después de ayudar a quienes hay que desvincular (con programas conocidos como outplacement), nos corresponde atender al grupo que ha quedado en la organización. Compartimos 6 consejos para quienes lideran equipos, combinando la perspectiva de capital humano y comunicación, para apoyar con estas experiencias:
1. Permítase reconocer las emociones encontradas. Los procesos de reestructuración que conllevan despidos demandan energía significativa y avivan muchas emociones. El buen liderazgo requiere que la persona líder se sienta bien y cuente con la energía para poder inspirar a los demás, por lo que cuidarse es una de las principales responsabilidades del liderazgo.
2. Escuche. Genere diálogos, no monólogos. ¿Qué le preocupa al equipo? Con menos personas, probablemente se tendrán que alcanzar las mismas metas o mayores. Quien colabora en la empresa tiene mucho que aportar en las soluciones a los desafíos. En nuestra experiencia hemos encontrado magníficos ejemplos en los que esta interacción lleva a reinventar los procesos y eliminar actividades y procesos innecesarios. Es el momento de conversar con puertas abiertas y permitir que entre todos se identifiquen los retos y las respuestas.
3. No hay espacio para el silencio. Todo lo que no sea expresamente dicho se sustituye con inferencias y potencial desinformación. El momento después de un despido es crítico. Deben existir espacios y herramientas oportunas para atender las dudas que definitivamente surgirán. Lo que hagamos en las primeras horas es parte del mensaje que recibirá nuestro equipo sobre la forma en la que se administrará el cambio.
4. Sustituir la incertidumbre con información. Es preciso ofrecer, incluso en medio de tanta incertidumbre, una visión realista de lo que se vislumbra en el horizonte. No se vale generar falsas expectativas, perola organización debe saber aquello que sea fundamental sobre lo que sigue, lo cual puede presentarse a manera de escenarios. Ese proceso de comunicación es clave, y debe complementarse también con los avances alcanzados.
5. Mensajes claros. Es el momento de recibir ayuda experta para lograr una comunicación que transmita metas claras, los planes y las prioridades de negocio. Lograr en esta etapa que la comunicación sea bien entendida en medio de la distracción, el temor y la incertidumbre es invaluable.
6. Mucha comunicación para reforzar el propósito. El liderazgo es clave para navegar durante la tormenta. Este es el momento en el que debe comunicar más, dialogar más y estar más cerca de la gente para recordarles la misión que los une. No hay incentivo más fuerte que trabajar por un propósito importante, algo que le de sentido de unidad al grupo, que les permita “ponerse la camiseta” con gran motivación, entrega y compromiso.
El liderazgo en tiempos de crisis requiere grandes capacidades y mejores estrategias de comunicación, tanto hacia lo externo como hacia lo interno de las organizaciones. La comunicación oportuna, continua, respaldada por el liderazgo y fundamentada en el diálogo y la participación, fomenta equipos multidisciplinarios bien calibrados y genera compromiso y pertenencia, lo cual facilita las transformaciones hacia procesos más efectivos y eficientes. El desafiante proceso de gestionar y avanzar después de la dura realidad de la reorganización y las desvinculaciones debe afrontarse con un liderazgo basado en la ética, la comunicación efectiva y el apoyo mutuo.
Sol Echeverría, Socia Directora Factor Humano
Pablo Duncan, Socio Director CLC Comunicación