Confianza del consumidor
| Martes 07 abril, 2009
Confianza del consumidor
La evidencia empírica, como se dice en la jerga económica, nos ha demostrado, así como la teoría económica, que en momentos de crisis serias como la depresión de los años 30 (del siglo pasado), en donde la producción mundial se contrajo, la política fiscal tiene mayor relevancia que la monetaria, ya que lo que se busca es que no decrezca la producción, pues con ello se agudiza el desempleo, entre otros signos externos. Por eso no es extraño notar cómo en otros países, en estos meses, se ha venido reduciendo drásticamente la tasa de interés, entre otras acciones políticas.
En este sentido, también es importante considerar la traducción que presenta don Jorge Guardia en donde muestra la posición del profesor en economía de MIT, Ricardo Caballero en el periódico Financial Times, indicando que la actual crisis no se debe a un problema de falta de liquidez, sino de confianza, por una serie de consideraciones que claramente señala en este artículo.
En este sentido llama la atención la inacción en nuestro país. Pues es clara la falta de políticas para devolver el poder adquisitivo del consumidor, motor de cualquier economía.
Si bien recientemente se logró la aprobación de la capitalización de la banca estatal, no se entiende por qué no se han efectuado otras acciones para que no decrezca o, al menos, se minimice el impacto de la capacidad de compra de la población. En lugar de eso, se nota como se mantiene una política de tipo de cambio en donde no se varía día con día, sino que hay que estar con una varita mágica, tratando (algunos días) de saber cuál irá a ser el tipo de cambio, pues hasta tres diferentes se han presentado en ventanilla en un mismo día.
Por otra parte, las tasas de interés en nuestro país han ido claramente al alza, se ha hecho un manejo administrativo de precios de los hidrocarburos que ha sido para entregar más dinero a RECOPE y no a los consumidores. Si bien es cierto, a nivel internacional los precios de los productos agrícolas se han venido a la baja en estos meses, como bien se puede observar en la página electrónica del Consejo Nacional de Producción, no han servido para trasladarle ese beneficio al consumidor. En este sentido me pregunto ¿de qué valen las leyes que se han aprobado en el pasado para que esto no suceda?, o, ¿es que se aplican solo en función a voluntad política y no administrativa, según nuestro ordenamiento jurídico?
Estas acciones políticas sin duda han afectado nuestra capacidad de compra, por eso no es de extrañar si las estadísticas del mes de diciembre de 2008 reflejan una caída en la actividad económica.
Lo curioso es que este dinero se está quedando en manos de muy pocos y en ciertas instituciones estatales, sin que fluya al consumidor. Este tipo de acciones, sumadas a las noticias negativas que nos llegan a diario del extranjero, hacen prever que nuestro panorama para el próximo año sea más negativo.
En este sentido quisiera llamar la atención, con todo respeto, a las autoridades estatales, y en particular al equipo presidencial, para que tomen en cuenta las implicaciones del modelo que estamos viviendo en este país, ya que con medidas administrativas se puede atenuar la confianza de nuestros consumidores, en donde se nos reponga en algo nuestra capacidad de compra y de esta manera, quizá los efectos de la crisis no sean tan agudos a como se prevé sucederán, con la producción y el empleo, de seguir las actuales condiciones.
Lic. Randall Castro Vargas
Economista
2-356-987
La evidencia empírica, como se dice en la jerga económica, nos ha demostrado, así como la teoría económica, que en momentos de crisis serias como la depresión de los años 30 (del siglo pasado), en donde la producción mundial se contrajo, la política fiscal tiene mayor relevancia que la monetaria, ya que lo que se busca es que no decrezca la producción, pues con ello se agudiza el desempleo, entre otros signos externos. Por eso no es extraño notar cómo en otros países, en estos meses, se ha venido reduciendo drásticamente la tasa de interés, entre otras acciones políticas.
En este sentido, también es importante considerar la traducción que presenta don Jorge Guardia en donde muestra la posición del profesor en economía de MIT, Ricardo Caballero en el periódico Financial Times, indicando que la actual crisis no se debe a un problema de falta de liquidez, sino de confianza, por una serie de consideraciones que claramente señala en este artículo.
En este sentido llama la atención la inacción en nuestro país. Pues es clara la falta de políticas para devolver el poder adquisitivo del consumidor, motor de cualquier economía.
Si bien recientemente se logró la aprobación de la capitalización de la banca estatal, no se entiende por qué no se han efectuado otras acciones para que no decrezca o, al menos, se minimice el impacto de la capacidad de compra de la población. En lugar de eso, se nota como se mantiene una política de tipo de cambio en donde no se varía día con día, sino que hay que estar con una varita mágica, tratando (algunos días) de saber cuál irá a ser el tipo de cambio, pues hasta tres diferentes se han presentado en ventanilla en un mismo día.
Por otra parte, las tasas de interés en nuestro país han ido claramente al alza, se ha hecho un manejo administrativo de precios de los hidrocarburos que ha sido para entregar más dinero a RECOPE y no a los consumidores. Si bien es cierto, a nivel internacional los precios de los productos agrícolas se han venido a la baja en estos meses, como bien se puede observar en la página electrónica del Consejo Nacional de Producción, no han servido para trasladarle ese beneficio al consumidor. En este sentido me pregunto ¿de qué valen las leyes que se han aprobado en el pasado para que esto no suceda?, o, ¿es que se aplican solo en función a voluntad política y no administrativa, según nuestro ordenamiento jurídico?
Estas acciones políticas sin duda han afectado nuestra capacidad de compra, por eso no es de extrañar si las estadísticas del mes de diciembre de 2008 reflejan una caída en la actividad económica.
Lo curioso es que este dinero se está quedando en manos de muy pocos y en ciertas instituciones estatales, sin que fluya al consumidor. Este tipo de acciones, sumadas a las noticias negativas que nos llegan a diario del extranjero, hacen prever que nuestro panorama para el próximo año sea más negativo.
En este sentido quisiera llamar la atención, con todo respeto, a las autoridades estatales, y en particular al equipo presidencial, para que tomen en cuenta las implicaciones del modelo que estamos viviendo en este país, ya que con medidas administrativas se puede atenuar la confianza de nuestros consumidores, en donde se nos reponga en algo nuestra capacidad de compra y de esta manera, quizá los efectos de la crisis no sean tan agudos a como se prevé sucederán, con la producción y el empleo, de seguir las actuales condiciones.
Lic. Randall Castro Vargas
Economista
2-356-987