Contrario a Costa Rica, la ofensiva de Panamá es potente físicamente
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 02 julio, 2024
Considero muy “jalado del pelo” el argumento táctico que se señaló, de que la Selección Nacional decidió jugar más a la ofensiva contra Colombia y no defenderse a ultranza como lo hizo frente a Brasil, con solo una variante en la formación titular.
De la alineación que enfrentó a los brasileños y que pudo sostener un 0-0, alabado y cuestionado en el planeta fútbol según los intereses de cada quien, solo salió el volante central Jefferson Brenes, para dar paso al mediocampista “ofensivo” Warren Madrigal.
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Varios analistas y estrategas costarricenses, consideraron qué con esta única variante, el técnico Gustavo Alfaro, dio una señal de que frente a los invictos cafeteros, la Selección Nacional presentaba una propuesta táctica ofensiva y que el equipo no se encerraría en retaguardia como lo hizo frente a Brasil.
¡Nada más alejado de la realidad!
Cómo lo hemos comentado en varias de nuestras últimas Notas, el joven Warren Madrigal forma parte de un grupo de futbolistas muy técnicos y habilidosos que integran la zona ofensiva de la Tricolor, carentes de potencia física y sin el biotipo ideal que debe reunir un delantero nato, para “fajarse” cara a cara, arriba y abajo, contra defensores centrales de 1.85 metros de estatura para arriba.
La zona ofensiva de la Selección Nacional, solo tiene un jugador de 1.85 metros de estatura: Josimar Alcócer. Freddy Góndola, de Panamá, mide 1.86 y José Fajardo, Cecilio Waterman e Ismael Díaz de la selección canalera, todos miden más de 1.80 metros.
De los atacantes de Costa Rica, solo dos miden 1.80 metros: Alvaro Zamora y Anthony Contreras.
El contar con una zona ofensiva joven, técnica, pero baja de estatura, limita, por no decir que renuncia al fútbol aéreo, dominado y controlado fácilmente por la retaguardia rival. Además, nuestros delanteros tienen más similitud con jugadores como los excelentes mediocampistas también panameños, Adalberto Carrasquilla y Edgar Bárcenas, lo que deja a la Tricolor ayuna de ofensivas coordinadas y asociadas.
Cero remates directos a marco en dos juegos, retratan lamentablemente lo expuesto con anterioridad. No tenemos un 10, tipo Elías Aguilar, ni un 9 tipo José Fajardo. Analizaremos las variantes que ordene don Gustavo para el juego de hoy con Paraguay, si es que se presentan, para machacar con el tema.
La Selección Nacional urge de una zona ofensiva con otro biotipo físico.
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