Crónica de la crisis internacional de contenedores y sus secuelas en Costa Rica (parte 1 de 4)
Jairo Mena Arce jmena@azofras.com | Martes 28 febrero, 2023
Todos los indicadores parecieran decirnos que la crisis de contenedores ya va de salida; el Índice Global de Contenedores de Freightos Baltic ya acumula más de diez semanas con lo que pareciera un nuevo precio de equilibrio mundial; esto luego de un 2022 con un lento pero constante descenso de tarifas. De igual manera, el Índice Mundial de Contenedores de Drewry muestra un comportamiento similar.
Previo a la crisis que inició a finales del 2020, el costo de flete de contenedores mantuvo un precio promedio mundial de mercado de US$1.500 por más de cuatro años. Para setiembre del 2021 alcanzó su precio más alto por arriba de los US$11.000; esto significó un aumento de más de 7 veces. Pero la situación fue más grave aún para rutas específicas; cuando el destino era Asia, los precios de fletes superaron los US$20.000.
En el caso específico de Costa Rica, se llegaron a reportar precios de hasta US$25.000 por contenedor. Esta situación representó un dilema de rentabilidad para muchos importadores, ya que no era rentable importar mercadería cuyo valor era superado por el costo de traerlo al país. Sin duda, una amenaza más que tangible para que aumentaran los precios internos.
La mejor forma de explicar en qué consistió la crisis de contendores es comparando el sistema logístico de transporte mundial con un reloj suizo. La perfecta armonía entre los actores permitía una sincronización tal, que cuando una embarcación llegaba a un puerto, este descargaba lo necesario, redistribuía a otras embarcaciones y recargaba de forma que el buque continuaba su curso cumpliendo con todos los encargos, como el reloj dando la hora.
Todo se complicó en el momento en que se presentaron cierres de puertos por contagios de COVID-19, bloqueos por protestas, compras masivas provocadas por la pandemia, el aumento del comercio electrónico y los cambios en los patrones de consumo de las personas (entre otras cosas). Fue como quitarle piezas al reloj y colocarle otras que no le encajaban. El sistema simplemente dejó de funcionar y provocó que los contenedores se acumularan dónde no se necesitaban y escasearon dónde eran más demandados.
El sistema logístico experimentó una escases de contenedores sin precedentes. Con un impacto mayor en las tarifas para las rutas comerciales de las regiones en desarrollo; recorridos más largos involucra trasbordos y requieren más barcos. Además, estos países generalmente mantienen balanzas comerciales negativas; es decir, cuyas importaciones son mayores a sus exportaciones; aspecto que agrava aún más la situación.