Cuarentena de acciones
Jonathan Prendas jonathan.prendas@gmail.com | Lunes 07 diciembre, 2020
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República
En el área de la salud, la cuarentena es un aislamiento que se realiza durante un tiempo para evitar o limitar el riesgo de que se extienda una enfermedad. En la política nacional, es un alejamiento de la realidad por parte del gobierno para eludir la toma de acciones que solucionen los problemas del país. Se trata de un confinamiento de ideas y decisiones claves de parte de un Ejecutivo mezquino, débil y egoísta que no piensa en el bienestar de todos los costarricenses.
La inacción se manifiesta en la parálisis, en la incapacidad de hacerle frente a los desafíos que sufre nuestra sociedad y de tomar las medidas que corresponden para que sus efectos no sigan castigando a la gente. La pasividad, con fuertes bases ideológicas, ha provocado un altísimo desempleo, pobreza y una enorme grieta en las finanzas públicas.
El presidente y su equipo olvidan que gobiernan Costa Rica porque el pueblo los eligió, y que gobernar implica decidir, negociar, guiar y liderar con visión de largo plazo. La responsabilidad de quien gana las elecciones es dirigir los esfuerzos de todos para generar progreso, desarrollo y productividad, más que representar a un equipo económico que, necesitado de recursos, solo piensa en impuestos.
La oposición, como lo entiende Nueva República, está llamada a ejercer sus funciones de control político y de denuncia. En este período en el que la agenda legislativa se basa fundamentalmente en los proyectos propuestos por el Ejecutivo, su rol también debe concentrarse en enrumbar el camino, insistir en las decisiones que traerán reactivación económica, empleo y bienestar.
El gobierno, particularmente el ministro de la presidencia, no entiende que la oposición no es solo un grupo de diputados en la Asamblea Legislativa, sino una importante cantidad de costarricenses que también nos eligió para que los representemos, los defendamos, para que velemos por el país y evitemos su debacle.
En Nueva República estamos claros en que la indignación y la lucha contra la inoperancia del Estado no se puede manifestar solo con hashtags, sino con propuestas, y se las hemos hecho llegar al Ejecutivo: los diputados del partido hemos pedido 47 proyectos de ley, todos de bien para el país. Tampoco puede focalizarse en diagnósticos, demos y en el falso grito de “hagamos algo”, como si a estas alturas del partido no supiéramos cuáles son los problemas que nos aquejan y cuáles son las soluciones que nos convienen a todos.
Las valoraciones son útiles para tomar decisiones, pero ya se han hecho suficientes; relacionándolo con el argot futbolístico, no es tiempo para revisar el VAR una y otra vez sin tener la valentía de sacar tarjetas, anular los goles mal hechos, señalar las posiciones prohibidas o empezar el partido con una nueva actitud. Ya no podemos ser solo especialistas en diagnósticos, mucho menos en aquellos que son equivocados o que están concebidos para proteger los intereses de unos cuantos en detrimento de la mayoría.
La cuarentena populista del PAC, sin agenda nacional ni rumbo, es una política abundante en palabras y escasa en hechos, paralizada, cuyos principales rasgos son la soberbia, la intolerancia, la falta de transparencia en la gestión pública y la concentración de poder.
En el mes de la abolición del Ejército, es momento de exigir que sean abolidas esas prácticas oficialistas que promueven el estancamiento, la polarización y la miseria. ¡Que termine ya esa cuarentena PAC de ideas y acciones! Es el momento de actuar para salir de la crisis.