Departamento médico de Saprissa anotó en la final
Walter Herrera wherrera@larepublica.net | Jueves 17 mayo, 2018
En un rango de 50 horas, el Deportivo Saprissa jugó los dos partidos más feroces y físicamente retadores de la temporada.
Primero disputó un juego de vida o muerte ante Alajuelense por el pase a la final y medio centenar de horas después utilizó a nueve de los mismos 11 para abrir el primer juego de la final ante Herediano.
Los florenses se dieron el lujo de ingresar descansados a Leonel Moreira, Randall Azofeifa, Esteban Granados, Yendrick Ruiz, Omar Arellano, Allan Cruz y Jairo Arrieta, quienes no tuvieron participación el sábado anterior en juego de trámite ante Santos.
La mala intención o astucia del Team para anunciar el juego un martes y no un miércoles y recibir a un agotado equipo saprissista no tuvo repercusiones.
El asistente morado, Víctor Cordero, lanzó elogios a todo el cuerpo técnico, aunque en un apartado especial recalcó la labor del departamento médico del Saprissa, incluyendo los masajistas, nutricionistas y preparadores físicos.
El jefe de este departamento, Esteban Campos, aseguró al final del encuentro que el énfasis en la recuperación con crioterapia, sauna, estiramientos y buena alimentación, entre otras cosas, le dio una fortaleza al cuadro tibaseño para pelear hasta el último minuto.
Por si fuera poco, los rojiamarillos montaron en el primer tiempo una ofensiva por el costado derecho con Omar Arellano y José Sánchez, con un juego vertical y punzante al acercarse al área.
Esta labor de perseguir el balón de lado a lado resulta agotadora, no solo físicamente por correr por toda la cancha, sino mentalmente, al tener que desgastarse sin tener la pelota y el ritmo de juego en su control.
La lluvia tampoco favoreció al manejo adecuado de la esférica que circulaba con mayor velocidad.
Aunque en su patio, los heredianos demostraron que ni el terreno ni cualquier factor climático era excusa para dar cátedra.
A los diez minutos de partido Yendrick Ruiz y Jairo Arrieta se combinaron en una serie de taquitos para dejar a Arellano de frente al arquero y definir a un costado para poner el 1-0 en una jugada digna de Champions League.
Ambos equipos luego intercambiaron ataques, pero no fue hasta la segunda mitad, con la salida de Arellano y Sánchez, que el ritmo bajó, entró en un limbo y aburrió a los espectadores. Esto favorecía a los visitantes que sentían en el 1-0 un marcador respetable y manejable en La Cueva.
Al 79’ se dio la jugada polémica del partido, que la provocó uno de los hombres más activos en la ofensiva morada, su capitán y el hombre de tres pulmones; Daniel Colindres, que en el ocaso del juego corrió la última línea como gacela al lado de Jhamir Ordain y sirvió atrás a Yostin Salinas para marcar el gol.
A pesar de que el balón salió completamente, Colindres tuvo la capacidad de luchar y no rendirse para ganarle la partida a Ordain y servir en bandeja de plata a su compañero al 79’.
El 1-1 en el marcador dejó la serie abierta, que se definirá el domingo en el Ricardo Saprissa a las 6 p.m.