Derogar acuerdo sobre educación religiosa pide Escuela Ecuménica de la UNA
Karla Barquero karlabarquero.asesora@larepublica.net | Viernes 05 marzo, 2021 11:14 a. m.
Que la educación religiosa ayude a convivir en la diversidad es lo que buscan los docentes de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la UNA, quienes consideran que el Consejo Superior de Educación debe derogar el acuerdo que establece dos etapas—confesional y ecuménica o ecléctica—en la educación religiosa.
“El Consejo Superior de Educación debe diseñar programas que, lejos de separar a docentes y estudiantes según sus creencias, les ayuden a convivir y aprender respetando la diversidad cultural y religiosa que nos caracteriza”, afirman Kattia Castro, Nelise Wielewski y José Mario, docentes de la Escuela Ecuménica.
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Se trata del acuerdo 24-2017, mediante el cual el Consejo Superior de Educación solicitó al Ministerio de Educación elaborar nuevos programas de educación religiosa, en dos etapas: confesional (educación general básica), y ecuménica o ecléctica (educación diversificada).
Para los docentes, el acuerdo se basa en una mala interpretación de la resolución 2023-2010 de la Sala Constitucional, que abordó la necesidad del cambio en el enfoque y contenidos y que indicaba “en el terreno educativo, el Estado costarricense está llamado y obligado a respetar el principio de la neutralidad religiosa. Los poderes públicos deben asumir una posición aconfesional en el terreno educativo para promover y fomentar la diversidad y libertad religiosa”, señalaron los magistrados.
Los docentes consideran que la etapa confesional en la educación general básica, propuesta por el Consejo contradice dicho voto.
La implementación de una educación confesional en educación básica implicaría el nombramiento de docentes de distintas religiones y confesiones cristianas, pues el estudiantado está compuesto por niños y niñas de distintas creencias.
“¿Cuáles iglesias, además de la católica, y cuáles grupos religiosos tienen la posibilidad de formar profesionalmente a sus docentes de educación religiosa? ¿estaremos volviendo a “catolizar” la educación pública?”, cuestionan los académicos.
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En cuanto a la segunda etapa—propuesta para la educación diversificada—advierten sobre la posibilidad de que se convierta también en confesional, debido a que el término ecumenismo se refiere al diálogo entre personas cristianas.
Aún más problemática califican la llamada educación ecléctica en el acuerdo del Consejo.
“¿Quién tiene derecho a decidir —y con qué criterios— qué es lo mejor de cada tradición religiosa?”, preguntan.
Por otra parte, hacen énfasis en que la enseñanza de una determinada religión no es tarea de un Estado republicano y democrático como Costa Rica, sino de las iglesias y grupos religiosos. Pero sí es obligación del Estado garantizar la libertad de culto, de creencia y no creencia.
"Al Estado, entonces le corresponde ofrecer una educación que ayude a comprender los hechos religiosos, a resolver conflictos religiosos, a aprender y convivir gracias a la diversidad. La educación religiosa debería, en todas las etapas, ayudar a convivir en la diversidad. La separación de estudiantes y docentes basada en creencias religiosas terminará limitando el aprendizaje e impidiendo la convivencia”, advierten los docentes.
Además, consideran que el reconocimiento de Costa Rica como estado pluricultural y multiétnico en el artículo 1 de la Constitución Política debe reflejarse en el sistema educativo y particularmente en la educación religiosa.