Desarrollo tecnológico...falta mucho por escalar
Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Martes 31 mayo, 2011
Laura Chinchilla quiere que el país sea como Suecia, Singapur o Noruega
Desarrollo tecnológico… falta mucho por escalar
Nivel de inversión en educación e investigación es principal carencia de nuestro sistema
Cuando TeliaSonera, la quinta empresa más grande de Telecomunicaciones de Europa, comenzó a desarrollar la primera red de Cuarta Generación (4G) en el mundo, tomó a Oslo (Noruega) y Estocolmo (Suecia) como las ciudades que servirían de punta de lanza para la expansión de esta tecnología.
Año y medio después de arrancar con su comercialización, más de 20 grandes ciudades en esos dos países poseen este tipo de tecnología, capaz de soportar velocidades de entre 100 y 150 megabytes por segundo (mbps) en los celulares.
Esto ha colaborado con mantener a esas dos naciones a la vanguardia en cuanto a acceso tecnológico. Hacer videoconferencias en tiempo real desde un celular, enviar pesados archivos de fotos o vídeos por mensaje y correo, o simplemente mirar televisión en cualquier sitio con un tiempo de espera mínimo para que la imagen “baje”, es cosa normal entre sus habitantes.
Al mismo tiempo que TeliaSonera expandía la red 4G durante el último año y medio a través de los países nórdicos, al otro lado del mundo, un país con casi la misma población que Noruega comenzaba a poner el pie en el acelerador para implementar “lo último” de la tecnología que había llegado a Latinoamérica: la Tercera Generación (3G).
Con velocidades mucho más modestas de menos de un mbps, la red 3G vino a dar un renovado impulso al acceso tecnológico para los costarricenses, quienes estaban todavía condenados al uso de equipos ya declarados obsoletos en el resto del mundo, como la recién eliminada tecnología TDMA y la cada vez menos utilizada GSM.
Así, mientras en las naciones nórdicas las oportunidades tecnológicas avanzan a la velocidad de la gacela, Costa Rica intenta hacer lo suyo, y aunque sea a saltos de rana, existe un norte ya definido: llegar a ser o al menos intentarlo como Suecia, Singapur o Noruega.
“De ahora en adelante, Costa Rica no compite con Latinoamérica, no se compara con Latinoamérica… nuestro punto de comparación serán Suecia, Singapur y Noruega… esos van a ser nuestros estándares y trabajaremos en esa dirección”, dijo la gobernante Laura Chinchilla, cuando firmó el primero de los contratos de apertura celular.
En ese sentido el punto de partida para cualquier comparación tiene que ver con el nivel socioeconómico de la población. Los costarricenses en promedio ganan de tres a cinco veces menos al año que sus pares nórdicos, lo cual no deja de ser una limitante para obtener acceso a nuevas tecnologías.
Para mejorar el nivel de ingresos de los ciudadanos, los analistas coinciden en dos puntos básicos: mejorar los niveles de educación y aumentar la inversión en el sector.
“Dotar a la educación con el 8% del PIB es un paso en la dirección correcta, la reforma del sector de telecomunicaciones es otro adelanto, la constitución de un regulador para el sector está también en la dirección acertada, los ingresos al Fondo de Telecomunicaciones fortalecerán también nuestra educación pública, pero hace falta investigación y desarrollo”, apuntó Juan Manuel Campos, analista de Ciber Regulación Consultores.
En las próximas semanas Chinchilla dará a conocer un plan con el cual aduce que luchará por reducir la brecha digital y dar mayores oportunidades de acceso a los costarricenses. Mientras esto sucede, las naciones nórdicas han avanzado a pasos de gigante.
Basta con comparar indicadores como la cantidad de conexiones a banda ancha, la penetración celular e Internet móvil, donde las diferencias son marcadas.
Pero aunque el país lograra dar el salto para más o menos equipararse o al menos acercarse en cuanto a oportunidades de acceso, también se debe tomar en cuenta la calidad de esos servicios.
En las naciones que de acuerdo con Chinchilla son ahora nuestro “estándar”, una conexión de banda ancha funciona para conexiones de más de 1,5 mbps, la cual es la más básica que se puede obtener. Aquí, por el contrario, de las más exclusivas a nivel residencial y personal es la de un mbps, y de hecho la mayor disponible en celulares 3G.
Otro de los aspectos a tomar en cuenta tiene que ver con la simetría del servicio. Esto quiere decir que cuando la velocidad de subida y bajada es la misma, así el cliente puede aprovechar todo el ancho de banda que contrata para bajar material o colgarlo en la red.
Actualmente la mayoría de los operadores de Internet en el país no garantiza esta simetría. En las naciones nórdicas existen operadores que garantizan velocidades simétricas. Telenor de Noruega, por ejemplo ofrece una fibra simétrica que va de ocho mbps a 50 mbps (router inalámbrico incluido) a costos a partir de los €55.
Por supuesto el tema de los precios no puede quedarse de lado. Aquí, Costa Rica sí goza de tarifas que resultan menos costosas, pero que evidentemente están acordes con el nivel de ingresos per cápita de la población y el tipo de servicio que se está obteniendo.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net
Desarrollo tecnológico… falta mucho por escalar
Nivel de inversión en educación e investigación es principal carencia de nuestro sistema
Cuando TeliaSonera, la quinta empresa más grande de Telecomunicaciones de Europa, comenzó a desarrollar la primera red de Cuarta Generación (4G) en el mundo, tomó a Oslo (Noruega) y Estocolmo (Suecia) como las ciudades que servirían de punta de lanza para la expansión de esta tecnología.
Año y medio después de arrancar con su comercialización, más de 20 grandes ciudades en esos dos países poseen este tipo de tecnología, capaz de soportar velocidades de entre 100 y 150 megabytes por segundo (mbps) en los celulares.
Esto ha colaborado con mantener a esas dos naciones a la vanguardia en cuanto a acceso tecnológico. Hacer videoconferencias en tiempo real desde un celular, enviar pesados archivos de fotos o vídeos por mensaje y correo, o simplemente mirar televisión en cualquier sitio con un tiempo de espera mínimo para que la imagen “baje”, es cosa normal entre sus habitantes.
Al mismo tiempo que TeliaSonera expandía la red 4G durante el último año y medio a través de los países nórdicos, al otro lado del mundo, un país con casi la misma población que Noruega comenzaba a poner el pie en el acelerador para implementar “lo último” de la tecnología que había llegado a Latinoamérica: la Tercera Generación (3G).
Con velocidades mucho más modestas de menos de un mbps, la red 3G vino a dar un renovado impulso al acceso tecnológico para los costarricenses, quienes estaban todavía condenados al uso de equipos ya declarados obsoletos en el resto del mundo, como la recién eliminada tecnología TDMA y la cada vez menos utilizada GSM.
Así, mientras en las naciones nórdicas las oportunidades tecnológicas avanzan a la velocidad de la gacela, Costa Rica intenta hacer lo suyo, y aunque sea a saltos de rana, existe un norte ya definido: llegar a ser o al menos intentarlo como Suecia, Singapur o Noruega.
“De ahora en adelante, Costa Rica no compite con Latinoamérica, no se compara con Latinoamérica… nuestro punto de comparación serán Suecia, Singapur y Noruega… esos van a ser nuestros estándares y trabajaremos en esa dirección”, dijo la gobernante Laura Chinchilla, cuando firmó el primero de los contratos de apertura celular.
En ese sentido el punto de partida para cualquier comparación tiene que ver con el nivel socioeconómico de la población. Los costarricenses en promedio ganan de tres a cinco veces menos al año que sus pares nórdicos, lo cual no deja de ser una limitante para obtener acceso a nuevas tecnologías.
Para mejorar el nivel de ingresos de los ciudadanos, los analistas coinciden en dos puntos básicos: mejorar los niveles de educación y aumentar la inversión en el sector.
“Dotar a la educación con el 8% del PIB es un paso en la dirección correcta, la reforma del sector de telecomunicaciones es otro adelanto, la constitución de un regulador para el sector está también en la dirección acertada, los ingresos al Fondo de Telecomunicaciones fortalecerán también nuestra educación pública, pero hace falta investigación y desarrollo”, apuntó Juan Manuel Campos, analista de Ciber Regulación Consultores.
En las próximas semanas Chinchilla dará a conocer un plan con el cual aduce que luchará por reducir la brecha digital y dar mayores oportunidades de acceso a los costarricenses. Mientras esto sucede, las naciones nórdicas han avanzado a pasos de gigante.
Basta con comparar indicadores como la cantidad de conexiones a banda ancha, la penetración celular e Internet móvil, donde las diferencias son marcadas.
Pero aunque el país lograra dar el salto para más o menos equipararse o al menos acercarse en cuanto a oportunidades de acceso, también se debe tomar en cuenta la calidad de esos servicios.
En las naciones que de acuerdo con Chinchilla son ahora nuestro “estándar”, una conexión de banda ancha funciona para conexiones de más de 1,5 mbps, la cual es la más básica que se puede obtener. Aquí, por el contrario, de las más exclusivas a nivel residencial y personal es la de un mbps, y de hecho la mayor disponible en celulares 3G.
Otro de los aspectos a tomar en cuenta tiene que ver con la simetría del servicio. Esto quiere decir que cuando la velocidad de subida y bajada es la misma, así el cliente puede aprovechar todo el ancho de banda que contrata para bajar material o colgarlo en la red.
Actualmente la mayoría de los operadores de Internet en el país no garantiza esta simetría. En las naciones nórdicas existen operadores que garantizan velocidades simétricas. Telenor de Noruega, por ejemplo ofrece una fibra simétrica que va de ocho mbps a 50 mbps (router inalámbrico incluido) a costos a partir de los €55.
Por supuesto el tema de los precios no puede quedarse de lado. Aquí, Costa Rica sí goza de tarifas que resultan menos costosas, pero que evidentemente están acordes con el nivel de ingresos per cápita de la población y el tipo de servicio que se está obteniendo.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net