Despegue del café está casi listo
Ernesto Villalobos evillalobos@larepublica.net | Sábado 10 septiembre, 2011
Ubicación geográfica como estrategia para levantar estatus
Despegue del café está casi listo
Aumentará producción en 500 mil fanegas
El sector cafetalero prepara un arsenal que le permita volver a ocupar los lugares destacados que otrora fueron suyos en la producción nacional.
Como una de sus armas, los técnicos del instituto del Café de Costa Rica (Icafé), tienen todo listo para comenzar a otorgar el grado de Indicación Geográfica, que permite distinguir el producto nacional como poseedor de características únicas en el mundo.
Asimismo el sector pretende incrementar la producción anual, en 500 mil fanegas de fruta (equivalente a la misma cantidad de sacos de 46 kilos, en grano ya beneficiado) en los próximos cinco años.
La indicación geográfica es una certificación registral de calidad, vinculada al origen, que cumple un rol de preponderancia y distinción en las economías de mercado, al ofrecer al consumidor final información sobre la procedencia del producto.
Esta característica que implícitamente se refiere a la calidad, reputación y otras características propias y únicas vinculadas específicamente a ese origen, otorga un valor agregado al grano que lo posea.
Ejemplo de ello es el café de Colombia, el vino chileno, chocolates belgas y suizos, y quesos holandeses y franceses.
En el país, solamente el banano disfruta de ese distintivo.
“Este es un gran logro que el Icafé entrega al país y al sector cafetalero nacional”, admitió Ronald Peters, director ejecutivo del instituto cafetalero.
Permite a las más de 50 mil familias productoras diferenciar su grano en los mercados internacionales, obteniendo mejores reconocimientos económicos y enalteciendo los esfuerzos, sacrificios y constancia que día a día depositan en favor de la altísima calidad del café que producen, sostuvo Peters.
La indicación geográfica podrá ser utilizada por quienes producen, procesan y exportan café desde el territorio costarricense.
Para lograrlo, el producto deberá ser empacado e identificado como Indicación Geográfica “Café de Costa Rica Diseño”.
Dicha protección registral amparará la producción cafetalera nacional, de conformidad con los requisitos para este tipo de certificación.
Además, jugará un papel de suma importancia en el mercado europeo, donde se recompensa sustancialmente a los productos que la ostentan.
Como complemento al reconocimiento geográfico, la intención del gremio es recuperar los índices de cosecha.
La producción nacional era de 3,15 millones de fanegas en el período 2001-2002 y cayó a 1,94 millones de fanegas en el año cafetero 2009-2010.
Entre 2010 y 2011 se recuperó ligeramente a 2,03 millones de fanegas.
“Aunque ese volumen de producción se considera de equilibrio, pues mayor cantidad pondría en peligro parte de la cosecha ante la posible falta de recolectores, apuntamos a aumentarla en medio millón de fanegas para 2016”, afirmó Peters.
A finales de 2010 se anunció un plan de renovación de cafetales, pues muchas plantas ya superaron los 20 años en cosecha, que es su periodo de vida productiva.
Ernesto Villalobos
evillalobos@larepublica.net
Despegue del café está casi listo
Aumentará producción en 500 mil fanegas
El sector cafetalero prepara un arsenal que le permita volver a ocupar los lugares destacados que otrora fueron suyos en la producción nacional.
Como una de sus armas, los técnicos del instituto del Café de Costa Rica (Icafé), tienen todo listo para comenzar a otorgar el grado de Indicación Geográfica, que permite distinguir el producto nacional como poseedor de características únicas en el mundo.
Asimismo el sector pretende incrementar la producción anual, en 500 mil fanegas de fruta (equivalente a la misma cantidad de sacos de 46 kilos, en grano ya beneficiado) en los próximos cinco años.
La indicación geográfica es una certificación registral de calidad, vinculada al origen, que cumple un rol de preponderancia y distinción en las economías de mercado, al ofrecer al consumidor final información sobre la procedencia del producto.
Esta característica que implícitamente se refiere a la calidad, reputación y otras características propias y únicas vinculadas específicamente a ese origen, otorga un valor agregado al grano que lo posea.
Ejemplo de ello es el café de Colombia, el vino chileno, chocolates belgas y suizos, y quesos holandeses y franceses.
En el país, solamente el banano disfruta de ese distintivo.
“Este es un gran logro que el Icafé entrega al país y al sector cafetalero nacional”, admitió Ronald Peters, director ejecutivo del instituto cafetalero.
Permite a las más de 50 mil familias productoras diferenciar su grano en los mercados internacionales, obteniendo mejores reconocimientos económicos y enalteciendo los esfuerzos, sacrificios y constancia que día a día depositan en favor de la altísima calidad del café que producen, sostuvo Peters.
La indicación geográfica podrá ser utilizada por quienes producen, procesan y exportan café desde el territorio costarricense.
Para lograrlo, el producto deberá ser empacado e identificado como Indicación Geográfica “Café de Costa Rica Diseño”.
Dicha protección registral amparará la producción cafetalera nacional, de conformidad con los requisitos para este tipo de certificación.
Además, jugará un papel de suma importancia en el mercado europeo, donde se recompensa sustancialmente a los productos que la ostentan.
Como complemento al reconocimiento geográfico, la intención del gremio es recuperar los índices de cosecha.
La producción nacional era de 3,15 millones de fanegas en el período 2001-2002 y cayó a 1,94 millones de fanegas en el año cafetero 2009-2010.
Entre 2010 y 2011 se recuperó ligeramente a 2,03 millones de fanegas.
“Aunque ese volumen de producción se considera de equilibrio, pues mayor cantidad pondría en peligro parte de la cosecha ante la posible falta de recolectores, apuntamos a aumentarla en medio millón de fanegas para 2016”, afirmó Peters.
A finales de 2010 se anunció un plan de renovación de cafetales, pues muchas plantas ya superaron los 20 años en cosecha, que es su periodo de vida productiva.
Ernesto Villalobos
evillalobos@larepublica.net