Después del COVID 19
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 17 julio, 2020
Opinión
La mayoría seremos nuevas personas después de la pandemia del COVID 19.
Este coronavirus se expandió en el planeta con tal velocidad y fuerza que en pocos días demostró a las sociedades del mundo cuán vulnerables y débiles somos aunque creamos lo contrario.
Si la globalización tuvo la virtud de que empezáramos a producir en cualquier país, a consumir productos de cualquier sitio, que nos acercáramos a otras culturas mediante los viajes, que el desarrollo de la tecnología y la ciencia nos facilitara la vida y las comunicaciones, entre muchas otras cosas, con la misma eficacia ha producido pandemias como la actual.
Pareciera que la mayor parte de los países y sus gobiernos no estaban suficientemente preparados para enfrentar este nuevo tipo de producto globalizado: las enfermedades contagiosas.
El problema llegó de sorpresa y al inicio muchos no creyeron que sería una pandemia. Hasta que la realidad se impuso.
El mundo ha tenido otras pandemias en su historia, pero cayeron en el olvido porque aparecieron medicamentos y vacunas para controlarlas. Para el COVID 19 no las hay -por ahora- y es altamente contagioso.
Ojalá seamos un mundo mejor después de esta pandemia. Que hayamos aprendido, por ejemplo, que otras podrían aparecer. Que este u otros fenómenos mundiales nos afectarán siempre a todas las personas, aunque a unas más que a otras.
Una lección de humildad.
Donde hubo mejor sistema de salud pública, mayor capacidad de oportuna y adecuada reacción, mayor disciplina en la población y sistemas de cooperación entre entidades públicas, privadas, agrupaciones y personas, se pudo actuar rápido y gestionar mejor la pandemia.
Shutterstock / La República
El teletrabajo, que deberíamos haber tenido desde hace tiempo, se tuvo que implementar con urgencia, aunque no sea posible en todos los tipos de labores.
Con solo esta acción, bajó de inmediato la contaminación que produce el transporte que funciona con gasolina o diésel.
Dejamos de ser personas estresadas perdiendo parte de su vida en aglomeraciones vehiculares en las calles.
Menos viajes de trabajo (los aviones contaminan) y más teleconferencias.
Esto, que empieza debido al actual coronavirus, se puede continuar mejorando para beneficio de todos: empresas, familias y planeta.
Mayor salud física, mental, emocional significaría menos carga sobre el sistema público de salud (CCSS), que durante décadas se descuidó generándose, entre otras cosas, vergonzosas e inadmisibles listas de espera para las personas enfermas.
Habrá probablemente más actividades productivas locales que garanticen cadenas de abastecimiento, ante la evidente posibilidad de que otra pandemia amenace de nuevo al mundo en cualquier momento.
Investigación y vacunas, científicos altruistas de todo el mundo compartiendo por medio de la tecnología sus conocimientos. Inteligencia artificial a pleno uso, sin fronteras.
El antiguo siglo XX cambiará hacia un nuevo paradigma mundial.
Convirtamos la estadía obligada en casa en un hermoso tiempo para descansar más, compartir en familia y reflexionar en la forma en que podríamos insertarnos felizmente en ese nuevo modelo de vida, que podría construir un siglo 21 mejor que los anteriores.
#QuedateEnCasa
Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz
Editores jefes y Directores de proyectos
Fotos: Shutterstock / La República