Día Internacional de la Mujer son todos
Jeannette Ruiz Delgado jeruiz@bncr.fi.cr | Lunes 14 marzo, 2022
Un año más para conmemorar esta importante fecha, donde recordamos a esas mujeres que luchan día a día para salir adelante en cualquier espacio, sin importar el estrato social.
Escribir sobre este tema parece reiterativo pues seguimos teniendo muchas asimetrías entre las posibilidades reales de hombres y mujeres para lograr éxito en el campo laboral y personal, el tiempo pasa y por más esfuerzos que hacemos, aún quedan muchos retos. Muestra de las brechas entre hombres y mujeres son las diferencias de remuneración recibidas al realizar las mismas tareas en puestos de trabajo similares, lo que constituye una gran inequidad.
En los países de Latinoamérica se habla de que la pobreza tiene rostro de mujer, debemos luchar de frente contra esa terrible realidad, el país tiene un gran reto para brindar oportunidades reales a estas mujeres, especialmente a jefas de hogar en condición de vulnerabilidad. Para ello las políticas públicas deben centrarse en el acompañamiento financiero y no financiero, que permita poner en marcha actividades productivas que puedan llegar a ser exitosas.
Un ejemplo de ello son las limitaciones que tienen las mujeres, especialmente las que se encuentren en estado de vulnerabilidad, para tener acceso a la red de cuido que les daría el soporte, cuando tienen bajo su cuidado a niños pequeños, personas con discapacidad o adultos mayores, para poder incursionar en el mercado laboral. Esto a pesar de la existencia de una red de cuido institucional, sin embargo, debe fortalecerse para que sea realmente accesible a todas las mujeres que la requieren.
El nuevo gobierno de la República tiene grandes retos en esta área, las mujeres necesitamos de mucho apoyo institucional para salir adelante. Siempre hemos demostrado ser muy responsables en el trabajo, ser buenas administradoras y sobre todo eficientes en lo que hacemos, porque muchas veces nuestras familias dependen de nuestro liderazgo, lo cual practicamos en el seno del hogar y sin ninguna duda es un plus para realizar el trabajo remunerado, donde cumplimos a cabalidad el compromiso que adquirimos en las actividades que desarrollamos, ya sea en el ámbito privado o público.
Aunque el 8 de marzo sea reconocido como el día internacional de la mujer, diría que todos los días son el día internacional de la mujer, reconocido así por mujeres y hombres. La gran mayoría de las veces, nuestras responsabilidades han comenzado en el hogar, acompañando a nuestras familias en todos los procesos de formación, y búsqueda de una vida mejor y ahí el acompañamiento masculino es fundamental, por esto no es una conmemoración de las mujeres, sino de la sociedad en general y donde nuestro aporte es fundamental en la vida de las personas, ya sea dentro del hogar, la comunidad, nuestro trabajo o el aporte al país en general.
Hoy más que nunca tenemos el gran reto de salir adelante después de haber enfrentado una pandemia que puso a muchas familias a vivir una crisis de incertidumbre en lo laboral y la posible afectación de una enfermedad que ha causado muchas muertes y dolor.
Mantener el estado de bienestar y salud se convirtió en todo un desafío, muchas familias no lo lograron mantener y se generó un gran descontento y crisis entre la población. Mucho de esto descansó en las mujeres y ha generado mucha ansiedad, frustración, dolor, cansancio, sobre carga de trabajo, resumido en una sensación de impotencia y desgracia.
En esta temática las cosas van mejorando lentamente y recobramos una mediana normalidad, que esperemos pronto sea definitiva. Por lo pronto “esperanza” es la palabra.
Pasado este ingrato capítulo volvemos a tener amenazas, una crisis lejana ( Rusia-Ucrania), nos vuelve a impactar con aumentos de precios, empujados por el costo de los combustibles y de nuevo las mujeres administradoras del hogar vuelven a ser vulnerables, pero lo enfrentarán como siempre con valentía.
De nuevo vuelven a la mesa las desigualdades y la lucha seguirá hasta que decidamos como sociedad romper definitivamente con las diferencias e inequidades.
La constante amenaza de violencia en el hogar y sus posibles terribles consecuencias, como los feminicidios, sigue siendo uno de los problemas sociales, contra las mujeres, que a pesar de la legislación no se ha logrado detener y que tenemos como sociedad que enfrentar con determinación.
En el caso de las mujeres con cargos de toma de decisiones tenemos muchas responsabilidades, primero hacerlo bien en el puesto que ostentamos y motivar a otras mujeres a luchar para lograr estos puestos, a pesar de que la lucha tiene muchas aristas. Ahí es donde tenemos que ser solidarias y comprometernos a apoyar la buena gestión, que permita escalar posiciones dentro de las organizaciones.
Ante ese panorama, tenemos grandes desafíos, como luchar contra la desigualdad e inequidad en los puestos de trabajo y abrir nuevos espacios para que muchas mujeres se sientan motivadas y sin temor a asumir estas posiciones.
Nuestro país ha legislado y ha intentado disminuir las brechas de género, sin embargo, las discusiones que buscan equidad, aún no se logran al 100%, hay cambios culturales que se deben hacer y promover a partir de leyes, que permitan acceso a trabajo en condiciones de equidad. La próxima Asamblea Legislativa tendrá la mayor cantidad de mujeres de la historia, esperemos que a partir de esa conformación se puedan seguir cerrando esas brechas.
Cuando se legisló para promover participación equitativa de mujeres en juntas directivas de órganos, incluso privados, se solicitó el veto a la norma y habían varios argumentos, uno de ellos lo difícil de conseguir mujeres para ciertas juntas directivas, por falta de interés de participar o por ser actividades de participación masculina, al final la ley fue vetada. Es ahí donde debemos hace una gran tarea para empoderar a las mujeres y permitirles ser parte de estos foros. En este caso, no debería ser una ley la que exija esas conformaciones con participación femenina, debería ser un ejercicio natural. En el caso de la Junta Directiva General del Banco Nacional de Costa Rica que está integrada por siete miembros, en la actualidad cuenta con la participación de cuatro mujeres y tres hombres, en un espacio que fue en el pasado mayoritariamente masculino. Igualmente tenemos a la primera mujer subgerente de la historia.
Otro reto esta relacionado con el desarrollo de habilidades, tanto blandas, como duras, que sin lugar a dudas además de ayudar con el empoderamiento femenino, ayudará a mejorar el tejido social.
Otro desafío para las mujeres es ser solidarias y acompañarnos en nuestras luchas, permitiéndonos crecer en nuestro entorno laboral. También está la brecha de competencias, donde nos hacen demostrar capacidad frente a los competidores masculinos con un mayor nivel de exigencia. No nos permitimos entre nosotras mismas demostrar acompañamiento, la búsqueda de mecanismos para que podamos crecer y aportar en nuestras profesiones y tareas personales lo mejor que tenemos.
En cuanto al acceso al crédito, desde el Banco Nacional hemos promovido desde el programa BN MUJER, acompañamiento financiero y no financiero a las mujeres. De los 2.035.000 clientes activos del Banco, 1.053.000 son mujeres. De estas mujeres 125 mil son empresarias, siendo sus aliados y compañeros de negocios. Hemos capacitado a 1.200 mujeres en temas empresariales, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. El apoyo es irrestricto al emprendedurismo, la innovación, sabiendo que el trabajo colaborativo de las mujeres para lograr el éxito no tiene limites.
Hace poco más de una semana, el Banco Nacional anunció la colocación de un Bono Social, con el BID , BID Invest y FinDev de Canadá, cuyo objetivo es apoyar pequeñas y medianas empresas, especialmente financiadas en el portafolio de BN mujer, buscando con ello tener un impacto social positivo.
En este día internacional de la mujer, que se conmemora el 8 de marzo , a pesar que todos los días son días de la mujer, debemos luchar para revertir esos retos, ser solidarias, buscar acompañamiento si es necesario, para lograr nuestras metas, pero sobre todo para cambiar la cultura de nuestro entorno y lograr equidad y paridad real, no por cuotas de género, sino por reconocimiento e idoneidad.