Día Nacional del Déficit
Jonathan Prendas jonathan.prendas@gmail.com | Lunes 25 enero, 2021
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República
Celebrar significa hacer un alto en el camino para conmemorar un acontecimiento importante, quizá histórico; es tomarse un tiempo para reconocer, aplaudir y dar crédito por haber alcanzado una meta extraordinaria, determinante.
Con esa definición en mente, me parece inaudito que el gobierno celebre por lo alto el “honor” de tener el segundo déficit más alto del país desde la administración Carazo y ser la segunda nación más endeudada del área. Festeja que el pago por intereses de la deuda llegó en el 2020 a la cifra récord de ¢1,68 billones, o sea, el equivalente a un 4,82% del Producto Interno Bruto (PIB).
Tanto fue el alboroto y la fiesta del ministro de Hacienda y su equipo, la semana pasada, que solo faltó que el Ejecutivo propusiera el 18 de enero como el Día Nacional del Déficit, una nueva fecha patria para recordar el nuevo acto heroico de una administración PAC.
Estamos acostumbrados a que el partido en el gobierno sea incoherente y no tenga vergüenza, pero esta celebración es el colmo. Es ver cómo Alvarado y sus secuaces festejan que no hayamos caído al precipicio; que estamos a un paso, muy cerca, pero que aún no ha llegado la hora.
En Nueva República estaríamos felices de celebrar una notable disminución en la tasa de desempleo, que en octubre del 2020 afectaba directamente a más de 525 mil costarricenses y a sus familias, o bien una severa reducción de esa informalidad que hoy sufren más de un millón de personas.
También festejaríamos la reducción de la pobreza, cuya incidencia es de un 30%, lo que equivale a más de un millón y medio de personas pobres el año pasado; o bien aplaudir una baja en la delincuencia, que más bien aumentó 0,7% en el 2020 con respecto al 2019.
Qué bueno sería hacer una pausa para reconocer que Costa Rica es un mejor país para hacer negocios, pero más bien cayó 7 lugares en el índice Doing Business para el 2020, que publica anualmente el Banco Mundial; sería excelente apreciar que logramos disminuir los trámites y caminamos con decisión hacia un gobierno digital, pero el Ejecutivo hizo falsas promesas en este tema de simplificación y hemos avanzado poco.
Estaríamos muy animados de celebrar una mejora en la economía del país, pero eso tampoco sucede. En este punto en particular, entendemos que el gobierno no quiera hablar de reactivación económica porque reactivar significa estimular y vivificar algo que alguna vez estuvo activo, y bajo las administraciones PAC la economía costarricense no ha caminado, no se ha movido.
El festejo del enorme déficit por parte de este gobierno se explica fácil. El PAC ya entró en campaña electoral y, a falta de logros concretos, se inventa aciertos para tratar de convencer a la gente que va por buen camino. Pero el costarricense ya sabe, y siente en carne propia, el peso de las malas decisiones del gobierno, conoce las consecuencias del gasto, la irresponsabilidad fiscal de Luis Guillermo Solís -con su famoso “hueco fiscal”- y de su discípulo Carlos Alvarado y nota claramente un aumento de la pobreza, el hambre, el desempleo y la desesperanza.
Mentir, manipular, atribuirse dizque actos heroicos y casi que proponer el Día Nacional del Déficit no resuelve los problemas del país; el trabajo serio y enfocado sí lo hace. A esto le apuntamos en Nueva República.