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Diez medidas, un país

Carlos Camacho ccamacho@grupocamacho.com | Martes 26 junio, 2018


Diez medidas, un país

La semana anterior el Gobierno de la Republica anunció una serie de medidas de orden administrativo —diez en total— que son, absolutamente coherentes con la pretensión de que los contribuyentes y al ciudadanía en general tengamos confianza en que el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, debe ser aprobado a la brevedad, ya que dichas medidas son señales inequívocas que en esta administración Alvarado Quesada, se está tocando de manera armónica la melodía de se acabó el statu quo, con la solicitud de nuevos recursos, en el que todos tendremos que soportar un cambio de nuestra forma y fondo de la tributación personal y empresarial, así como la propia administración en manos especialísimas de la señora Ministra de Hacienda, se han depositado actos que nos dan confianza a quienes vemos el tema país, así como a quienes desde fuera puedan estar atentos a los movimientos del país en las materias fundamentales de equilibrar el sector privado, quedando aún pendientes las de reactivación de la actividad económica real que nos saquen del letargo en que venimos sumidos en los últimos años. La reactivación económica de la economía real en manos del sector privado, estimulado ante todo por la certeza jurídica y la mejora de los términos de competencia y competitividad, vistas las medidas que luchen contra los evasores que producen competencia desleal, tanto interna como externa, respecto de esta ultima las aduanas siendo las víctimas y las cómplices, a la vez secuestrando al comerciante honesto que los hay siendo la mayoría.

Las diez medidas anunciadas por el Ejecutivo, van desde las acciones de embargos para los morosos, las acciones tendentes de emplazar a 117 mil contribuyentes que han declarado curiosos resultados cero en sus declaraciones de impuestos, aquellas que pretenden detectar la identidad de los difuntos que aún cobran del gobierno pensiones y beneficios, indispensables acciones de la policía fiscal con más de mil operativos —deberían ser muchísimos más aún— esto develará en función ex post, interesantes preguntas de dónde estaban los responsables de las aduanas nacionales cuando a su vista y paciencia seguían perpetrándose actos de contrabando que llevan más tiempo que la propia Segunda República, en manos de las mismas familias y bandas de delincuentes. De igual forma la inmediata acción para poner en uso el registro de accionistas que aludiremos en el párrafo siguiente, tanto como las vigilantes acciones por la tributación digital en tres medios concretos: factura electrónica universalizada para lo que se requiere a la vez suprimir el refugio de evasores disfrazados en el régimen simplificado, el manejo del buzón electrónico para notificaciones y las denuncias anónimas que ojalá sean analizadas por personas que no pertenezcan a las bandas que tienen secuestradas a las Administraciones Tributarias, tanto de impuestos internos como de aduanas.

La utilización de la información del registro de accionistas permite la detección de los grupos económicos, cuya existencia no comporta ninguna transgresión legal, excepto cuando en el abuso de las formas múltiples que permite un grupo económico, se han trasladado de manera artificial y artificiosa, bases imponibles de una jurisdicción o régimen privilegiado utilidades que otra hora habrían debido tributar en correspondencia al concepto de cadena de valor. Es fundamental que los contribuyentes reconozcan la diferencia entre las facultades de la Administración, de usar la herramienta de orden legal de conocer los beneficiarios hasta nivel de persona física en cualquier momento y la de la existencia misma del registro de accionistas, este segundo aún pendiente de implementar, pero la facultad de Tributación de activar requerimientos particularizados, está en efecto a partir de la publicación del reglamento en el mes de mayo pasado.

Ante las diez acciones del Poder Ejecutivo, no podemos más que reiterar la coherencia asombrosa que vemos por primera vez en la solicitud de nuevos impuestos y la activación de mecanismos en el Ministerio de Hacienda. Ahora bien, a los contribuyentes, esto nos debe llevar a dos conclusiones claras, la primera ya dicha, que es momento de valentía para afrontar una trasnochada reforma fiscal, así como que es tiempo de revisar nuestras actuaciones, estructuras, medios de cumplimiento y aseguramiento del buen gobierno corporativo tributario, que es claro que se ha aumentado el riesgo de detección y que toda acción de prevención pondrá a sus empresas y sus declaraciones personales en mejor condición que el contribuyente que haya sido requerido por la misma Administración Tributaria.  Las medidas de corrección preventiva son altamente recomendadas en estos momentos, en un ambiente de turbulencia, quedarse paralizado aumenta la probabilidad de que el riesgo móvil incremental lo embista, actúe.

Las diez acciones deben rescatar la confianza, deben a la vez dar certidumbre al Poder Legislativo que depositarán en manos de una nueva jerarca de Hacienda que tiene no solo con claridad técnica, sino con las agallas suficientes para someterse al riesgo de los grupos de interés, los grupos de presión y los sindicatos, sin duda, no hay forma de sacar un país adelante sin esta valentía denotada por la señora Ministra a quien auguramos una larga permanencia en su posición, a la vez que tome conciencia de sus cercanos detractores, los que le saludan de frente y le cavan fosas intestinas cuando le dan las espalda, sea esta tanto una advertencia como un deseo sincero de que las cosas cambien, pues sea la reforma tributaria, las diez medidas anunciadas, o la contención del gasto mediante acciones que tocan algunas —faltan muchas más— las gollerías históricas, como las exenciones que se han retado, las limitaciones a los pluses salariales, la claridad con la que mira la Ministra la singular oportunidad de esta reforma fiscal para que sea el marco de una reforma del Estado, no limitando este concepto como en el pasado a referirse al gobierno, sino como una reforma integral al aparato social y económico del país.

Esperamos que se cumplan los propósitos publicados, seremos fieles y activos fiscales de su cumplimiento, pues todo esto vale la pena para el rescate de un solo país, Costa Rica.

ccamacho@grupocamacho.com

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