Drenajes fallan a pocas semanas de habilitada la Rotonda del Bicentenario

El sistema de drenajes en la nueva Rotonda del Bicentenario, en Guadalupe, sería lo que está generando el problema de filtración de agua en este paso.

Esa es la principal hipótesis que maneja la administración tras los análisis preliminares, según reconoció Carlos Jiménez, ingeniero a cargo de la unidad ejecutora del proyecto.

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El defecto se da a pocas semanas de la puesta en servicio de este tramo de la carretera de Circunvalación, habilitado el pasado 24 de marzo y por el que transitan más de 50 mil vehículos por día.

Es decir que está dentro del año de plazo que establece el contrato para que la administración reporte inconsistencias en la obra y le exija a la empresa constructora su reparación.

La construcción de este paso a desnivel le fue encomendada a la empresa Puentes y Calzadas Grupo de Empresas y tuvo un costo de $19,5 millones.

Ya la administración instruyó a la Unops, empresa de la Naciones Unidas que apoya en la gestión del proyecto, para que realice las inspecciones y determine las soluciones que se necesitarán, destacó Jiménez.

Tras las valoraciones iniciales que se han realizado, la unidad ejecutora considera que la filtración se estaría presentando porque el agua que emerge entre los pilotes que dan soporte al paso a desnivel no se estaría encauzando correctamente por los drenajes realizados.

Para corroborarlo, Jiménez adelantó que sería necesario retirar algunas de las pantallas o paredes con que se cubrieron los pilotes para poder llegar al origen.

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De mantenerse la hipótesis de la administración tras los estudios que realice la Unops, las correcciones que se necesitarán no serían de gran complicación, estima el ingeniero, aunque insistió en que son suposiciones preliminares.

La Rotonda del Bicentenario tiene 790 metros de longitud, cuatro carriles en el paso a desnivel, una rotonda en la parte superior, aceras a ambos lados, bahías para autobuses, un nuevo puente peatonal, nuevos sistemas de drenaje pluvial, entre otras novedades.

La obra forma parte de un programa que busca dotar a la capital de un anillo periférico que agilice la circulación, reduzca los tiempos de desplazamientos y genere ahorros en combustible, mantenimiento de la flota vehicular y emisión de dióxido de carbono.

Incluye la construcción de los últimos cinco kilómetros del anillo, en la fase norte, para comunicar La Uruca con Blancos, la sustitución de las rotondas y de las intersecciones reguladas por semáforo por pasos a desnivel que garanticen una circulación más fluida en todos los sentidos.