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Miércoles, 11 de diciembre de 2024



FORO DE LECTORES


ECONOMÍA 2023

Manuel Zúñiga García mazuga5@gmail.com | Viernes 31 marzo, 2023


MZ


Manuel Zúñiga García

Economista

Ante la flexibilización de las restricciones sanitarias por la COVID – 19 (C-19), la economía viéndose un tanto más liberada, continuó creciendo. Revistemos algunos apartados.

Producción. El año pasado la economía costarricense creció 4,3% (en 2021, 7,8%). Algunas actividades con buen desempeño son manufacturas, servicios (hospedaje, alimentación, transporte, almacenamiento, empresariales, comunicación). Otras con modestia, comerciales y financieras. En contraste, las actividades agrícola y construcción están deprimidas, exhiben tasas de variación interanual negativas, por trece y diez meses, en ese orden. La resucitación de estas actividades absorberá más trabajo tanto dentro y fuera de la gran área metropolitana.

En enero pasado el índice mensual de actividad económica creció interanualmente 4%. Es un buen resultado soportado por el crecimiento del régimen especial de zonas francas en un 23% (conectadas al mercado externo); pero, lo no tan bueno, es el crecimiento de 3% del régimen definitivo (alineadas al mercado interno). Este dislocamiento, debe corregirse, homologando la efectividad de la política pública para sustentar el régimen especial con el régimen definitivo, cuyo mercado base es el interno. Con esta nivelación el aporte económico de ambos regímenes se emparejará, creando más empleo, disminuyendo la informalidad, la pobreza y el deterioro social. De paso, revertirá el indicador de desigualdad por ingreso, el cual en el último sexenio tiene un piso de 0,500 (coeficiente de Gini en 2022, reportado en 0,503).

Ante la poquedad de iniciativas oficiales, la presidencia legislativa, el colegio de profesionales en ciencias económicas, las empresas representadas en la UCCAEP y el sector agrícola, en enero, solicitaron al gobierno medidas y proyectos de ley direccionados a la reactivación económica para mejorar el empleo, el bienestar de la población y la economía en general.

El año pasado ingresaron unas 40 empresas a zona franca, de las cuales un 78% ofrecen servicios y un 22% manufacturas. El C-19 y las tiranteces geopolíticas mundiales suelen provocar interrupciones en los procesos productivos, favoreciendo la tendencia al friendshoring, en donde las empresas planetarias relocalizan operaciones en países con ciertas afinidades dadoras de confianza y estabilidad, ojalá, de largo plazo.


La reciente medición de la confianza del consumidor (escuela Estadística UCR), ubicó el índice en 47 puntos (noviembre pasado en 44 puntos), evidencia una menor desconfianza; empero, inferior al umbral de 50, a partir del cual se entra en zona de confianza. Además, la encuesta arroja que un 74% considera no ser momento de comprar carro; 64% casa; y 60% artículos para el hogar. Así las cosas, el consumo sugiere será discreto. El gobierno gestiona la eliminación de cuellos de botella, para darle fluidez al proceso productivo. No aflojen ! Para el año en curso, el informe monetario ubica el crecimiento de la economía en 2,7%.

Fiscal. Los resultados fiscales mejoran. En términos interanuales, en febrero pasado los ingresos totales crecieron 5% y los gastos totales se redujeron 2%. Los intereses en conjunto crecen 1%, pero desglosado por acreedor, sería, interno -1% y externo 27%. Este último dato, en parte, fue por recurrir a financiamiento externo para evitar presionar las tasas de interés y por la súbita pandemia, cuya respuesta profiláctica fue dada con endeudamiento internacional.

La vigencia de la regla fiscal combinó contener la inercia del gasto público con recortes en renglones sociales y de inversión. Estos recortes podrían amainar si se recuperase la mitad del incumplimiento tributario. Se reflejó un superávit primario de 0,3% y un déficit financiero de 0,7%, ambas respecto del PIB. La cuestión es, cuán sostenible serán estos resultados. Las estimaciones para el ejercicio en curso, el superávit primario será de 1,6% y el déficit financiero de 3,5%.

A enero pasado la deuda del sector público global sumó ¢33 billones (70% del PIB; en diciembre 2020, 82%), de los cuales el gobierno central responde por ¢27 billones (58% del PIB; en diciembre 2020, 68%; y, a finales del presente año 64%), y el gobierno descentralizado por ¢6 billones (12% del PIB). La permanencia o ajustes a la regla fiscal y a la ley de empleo público, así como el proyecto de hacienda digital, incidirá en el cuadro fiscal futuro. Dada la aprobación legislativa, Hacienda colocó el primer tracto de emisiones públicas internacionales (eurobonos), por US$1,500 millones (unos ¢900 mil millones), para honrar obligaciones.

En tal colocación, la demanda de emisiones superó la oferta costarricense (en casi 5 veces), cerrando la asignación al 6,55% (abrió al 7%). Esto a pesar de que días atrás, aconteció la quiebra del Silicon Valley Bank en California, la clausura por los reguladores del Signature Bank en Nueva York, el rescate del First Republic Bank en San Francisco y el cierre del Credit Suisse en Suiza, conmocionando la atención del sistema financiero mundial. Las plazas europeas cayeron: Londres 1%; París, Fráncfort, Milán y Madrid 2%. La Reserva Federal y los bancos centrales de Canadá, Inglaterra, Japón, Europa y Suiza, coordinaron acciones para proveer la liquidez necesaria en US dólares aliviando tensiones financieras.

Monetario. Este tema subió a escena. Rebobinemos: iniciando el 2020 el ente monetario tenía la tasa de política monetaria en 2,25%, a mediados de marzo la baja a 1,25%, a mitad de año la recorta a 0,75% y así quedó hasta diciembre 2021. Esto, para contrarrestar el cierre de la economía por el C-19, readecuar deudas y facilitar crédito, su mensaje fue: seremos expansivos. En la segunda semana de ese mes - en pleno trance navideño -, revierte la tendencia y decide subirla a 1,25% siendo ahora su mensaje: seremos contractivos. A finales de enero 2022 la trepó a 1,75% y en octubre llegó a 9% (en diez meses subió 725 puntos base).

Aceptamos que los bancos centrales suban su tasa de política monetaria para contrarrestar la inflación; no obstante, extrañamos la intensidad del ajuste, tratándose de una inflación de costos importada (fue como aniquilar mosquitos con escopeta). En marzo pasado, por misericordia monetaria, deciden bajarla a 8,50%.

Tal incremento, al transmitirse a las tasas pasivas, le cambió el signo del premio a las inversiones en colones, estando negativo en 500 puntos base lo volcó positivo a 627 puntos. Entonces: Primero, una parte del ahorro nacional se pasó de US dólares a colones. Segundo, las operadoras de pensiones ocuparon menos moneda extranjera (en el segundo semestre 2022, redujeron 55% sus requerimientos). Tercero, algunos precios internacionales se ajustaron a la baja, demandando menos dólares para cancelar pedidos. Cuarto, ingresó inversión extranjera directa y turismo. Quinto, la aprobación de las emisiones internacionales evitó que Hacienda demandara divisas internamente, anulando la expectativa y la presión incremental en el tipo de cambio. Estos factores, entre otros, amainaron la demanda de divisas creando un mayor inventario, explicando las menores cotizaciones observadas últimamente; a pesar, de las compras efectuadas por el banco central.

A partir del pico inflacionario de agosto pasado (12%), el índice de precios al consumidor viene mostrando un paso desinflacionario (en febrero de este año, 5,6%), merced, a menores cotizaciones tanto de insumos foráneos como del tipo de cambio local. La autoridad monetaria mantiene su objetivo inflacionario de 3% y esperan para este año que los precios acorten distancia respecto de ese valor. Parabienes para ustedes en este 2023 !







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