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El 31 de agosto, Día de la República y de la negritud costarricense

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 29 agosto, 2018


Pizarrón

El 31 de agosto, Día de la República y de la negritud costarricense

El próximo viernes 31 de agosto se celebra la fundación de la República de Costa Rica. Antes de esta fecha estábamos constituidos como Estado de Costa Rica, que formaba parte, desde 1824, de la República Federal de Centro América, por ello la denominación de estado, al igual que lo eran Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, estados de la República Federal.

Las autoridades políticas de gobierno de Costa Rica se llamaban antes de 1848 jefes de Estado y a partir de esta fecha se les denomina presidentes de la República. De modo, que cuando se habla de jefes de Estado, de manera precisa e histórica, se entiende el periodo anterior a 1848. Sin embargo, se usa la denominación jefe de Estado y de presidente como sinónimos en el lenguaje coloquial, y a veces periodístico.

Con la fundación del Estado de Costa Rica, y nuestra incorporación a la República Federal de Centroamérica, se constituyeron los poderes públicos, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Desde entonces los tenemos, de acuerdo con la tradición republicana, independientes entre sí, con funciones propias, exclusivas e indelegables.

Durante el periodo en que pertenecimos a la República Federal también tuvimos los poderes públicos de la República Federal, el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que en el caso del Poder Ejecutivo su autoridad máxima se le reconocía como presidente. De manera, que en la Historia Patria, bien podría estudiarse a los presidentes de la República Federal, que son omisos prácticamente en todos los textos de historia nacional.

Costa Rica se salió de la República Federal de Centroamérica, en 1838, cuando el jefe de Estado Braulio Carrillo así lo dispuso. En 1839 prácticamente la Federación se había disuelto.

En 1842, cuando gobernó, por pocos meses, Francisco Morazán, intentó de nuevo el vínculo, en el afán morazánico de impulsar la Federación. Caído Morazán volvimos a nuestra afirmación separatista hasta que en el gobierno del Dr. José María Castro Madriz, de manera definitiva rompió cualquier ligamen, formal e informal, con el proyecto de la República Centroamericana, declarando el 31 de agosto de 1848, la República de Costa Rica, de manera independiente, y superando así la forma de organizativa de Estado que teníamos como parte de la República Federal.

Esta es la fecha más importante que debemos celebrar el 31 de agosto. Con la idea de la República, y de su formación formal, se recupera y afirma todo el ideario republicano liberal, el pensamiento libertario que le dio origen, la exaltación del ciudadano frente al súbdito o vasallo, la exaltación de la Declaración de los Derechos del Hombre, de la Revolución Francesa, el sentido antimonárquico, el Estado secular, el desarrollo de Libertades y Derechos que fueron poco a poco ampliándose y consolidándose en la vida institucional y democrática costarricense.

Hoy, sin embargo, esta celebración pasa a un segundo plano frente a otros escenarios de celebración nacional que se le han montado a esta fecha, entre ellas, la celebración del Día del Negro en Costa Rica, que resultó por decreto de una propuesta que en el gobierno de Rodrigo Carazo Odio hiciera el Sindicato de Educadores Costarricenses.

Así se recogía la tradición que había establecido Marcus Garvey, quien había exaltado la cultura negra en la primera mitad del siglo XX, quien había tenido presencia en la región caribeña atlántica del país, en la década de 1920-1930, y que propiciaba con esta fecha el respeto, el orgullo, el cultivo de la tradición y la herencia cultural africana, de manera que se reconozcan los aportes del sector social afrocaribeño costarricense en la cultura nacional, fecha que se inscribe también como parte de la lucha permanente contra cualquier forma de racismo, discriminación social, étnica, racial, cultural, de prejuicios y de sentimientos xenofóbicos, en cualquiera de sus formas que se expresen.

El Día del Negro es la celebración del reconocimiento de la persona negra y de la cultura afrocostarricense, que con su presencia se ha desarrollado en el país.

Los negros fueron introducidos en Costa Rica en el período colonial, en 1650, para trabajar como esclavos en Matina. La condición de esclavitud la tuvieron en la Colonia, y llegó incluso a la Ciudad de Cartago, donde estaban y vivían los dueños de plantaciones cacaoteras. En la región del Caribe norte de Centroamérica, en Honduras y Nicaragua, se establecieron comunidades negras desde la Colonia, y durante el siglo XIX, los zambos mosquitos, que también se proyectaron con su negritud hacia las zonas norteñas del país, especialmente hacia lo que hoy es la provincia de Guanacaste. Con la Independencia fue abolida la esclavitud, y en Centroamérica también. En la segunda mitad del siglo XIX trajeron negros, primero de Panamá, y luego de Jamaica para trabajar en la construcción del Ferrocarril al Atlántico, como se le llamaba.

Durante muchos años hubo restricciones migratorias internas para que esta población se ubicara en distintos escenarios del país. De hecho, hasta finales de la década de 1940 empiezan a llegar a la ciudad de San José, originalmente establecidos, en la década de 1950, alrededor de la Estación del Ferrocarril al Atlántico, luego, en la década de 1960, en el Barrio La Cruz y a partir de la década de 1970 más libremente se fueron desplazando sin concentración urbana alguna por distintas partes de la ciudad y de las otras ciudades del país.

El impacto de su presencia y de cruces raciales con blanco y con indígenas, que produjo mulatos y zambos, y de estas mezclas, se llegó a producir el pardo, que tiene un enorme significado en la cultura religiosa nacional, por cuanto en la Puebla de los Pardos, de la ciudad de Cartago, entre 1635 y 1638, que era la parte extrema de la ciudad, se origina la leyenda de la Virgen de los Ángeles, cuando en esta localidad marginal, se encuentra la imagen en piedra de la Patrona Nacional de Costa Rica. De manera que, en cierta forma, la negritud, de los pardos, nos informa hoy de este aspecto religioso tan importante para los costarricenses.

El aporte de la presencia negra en la cultura costarricense hoy es desde el trabajo que significó su presencia, para los distintos campos de la economía colonial, y del periodo independiente y republicano, desde el cruce racial que ha significado para toda la sociedad, que hoy genéticamente se reconoce como una presencia innegable, desde la cultura en sus distintos ámbitos, la cocina y su influencia culinaria, la música, el arte, la literatura, sus tradiciones culturales y religiosas. También lo es en los distintos campos del desarrollo científico nacional. Su presencia igualmente es sensible en la vida política nacional, en el orden prácticamente de todos los partidos políticos, y de la vida institucional.

Desde el punto de vista religioso también se celebra el día de San Ramón, lo que puede ser propio a la vez de festejos de carácter local o regional en las comunidades que lleven ese nombre, o que tengan ese santo como patrono comunal.

Al recordar el 31 de agosto, como una fecha de celebración nacional, sin lugar a dudas exalto primero el Día de la Fundación de la República, por lo que su contenido conlleva en ideario político filosófico, por la estructuración de nuestras instituciones democrático republicanas, por la abolición de la esclavitud y la exaltación de las Libertades y Derechos de los Hombres, por la generación del ciudadano, como expresión de ese nuevo Hombre y Libre, y porque sin República y orden republicano hoy, probablemente, no estaríamos tampoco festejando el Día del Negro, de la Negritud y de la presencia afrocostarricense en la cultura nacional.

Hoy los negros son más presentes que otros grupos étnicos o raciales en el país. Los indígenas, las bases y raíces de nuestra cultura, los seres originarios que habitaron estas tierras desde antes de la llegada de los españoles y negros, no tienen en el calendario nacional de festejos un conjunto de actividades como las que se hacen para la celebración de la presencia negra en el país.

El 19 de abril de cada año, desde 1971, se debe celebrar el Día del Aborigen costarricense. Poco se hace para celebrarlo con la pompa que se merece esta fecha y la exaltación de nuestra cultura aborigen, de nuestros ancestros, que también están presentes en los estudios de ADN y de mitocondria que se han venido realizando sobre los costarricenses. A lo sumo se recuerda como fecha asociada a los indígenas la muerte de Pablo Presbere, que nos recuerda, el 4 de julio de cada año, la resistencia indígena al orden y la dominación española, que también hay que celebrarla con mayor impulso, porque contribuye esa lucha a sostener el espíritu indomable a la subordinación nacional, a la opresión nacional en cualquier forma que se manifieste, contribuye esa lucha anticolonial a exaltar hoy las luchas siempre permanentes por la defensa de la soberanía nacional, la independencia nacional y la autonomía nacional.

Y los chinos, y los otros grupos nacionales, italianos, judíos etc…¿por qué no los celebramos igual? ¿Por qué no desarrollar un celebración sobre los inmigrantes y su aporte a la cultura costarricense, que es tan rica?

Hoy sería muy importante impulsar una celebración de este tipo para combatir, con toda la fuerza, cualquier manifestación de carácter xenofóbico que tienda a desarrollarse en el país, como lo estamos viendo.

El Gobierno del Bicentenario debería valorar el establecimiento de una fecha que permita justamente, cada año, reconocer la importancia para nuestra cultura, para nuestra vida nacional, para la democracia costarricense, la presencia de todos los extranjeros que han venido, por decisión propia, por necesidades laborales, económicas, o políticas, por refugio o asilo político, por búsqueda de un horizonte donde poderse desarrollar más y mejor como personas y familias, de todos los extranjeros, que como inmigrantes hoy forman parte de la cultura, la vida y la democracia nacional, y que con su presencia la han enriquecido.

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