El aguerrido equipo “rojillo”
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Martes 11 abril, 2023
Quienes siguen mis Notas desde hace muchos años, saben que mi equipo en España es el Osasuna de Pamplona.
Los sacerdotes dominicos que me educaron en el Colegio Los Angeles, en su mayoría navarros, hicieron que me apasionara por el aguerrido equipo “rojillo”.
En el año 1986 me alegré mucho cuando Osasuna fichó a Javier “Vasco” Aguirre, convertido luego en uno de mis técnicos favoritos, básicamente porque nunca lo he escuchado justificar una derrota de los muchos equipos y selecciones nacionales que ha dirigido, por el arbitraje.
Lamentablemente, Javier se fracturó la tibia y el peroné y solo pudo jugar una temporada con los “rojillos”, pero luego en la campaña 2002 regresó como director técnico, se mantuvo cuatro años y llevó al Osasuna a la gloria.
En 2005-2006 el Osasuna por primera vez en su historia terminó en el cuarto lugar de la Liga Española, jugó la previa de Champions, jugó Copa Uefa y ganó en 2005 la Copa del Rey. El “Vasco” fue nombrado técnico del año.
Amigos míos residentes en España, me regalaron el uniforme del Osasuna, gorras y otros signos externos que guardo en mi corazón “rojillo”.
La semana pasada, Osasuna eliminó al Atlético de Bilbao y se clasificó 18 años después para otra final de la Copa del Rey. Enfrentará al Real Madrid, desde luego favoritos a ganarla.
La final se jugará en La Cartuja, Sevilla el 6 de mayo.
Osasuna ganó en El Sadar la ida 1-0 y perdió en San Mamés también 1-0, anotación de Iñaki Williams al 33, por lo que la semifinal se fue a la prórroga.
Ahí apareció la figura de Pablo Ibáñez para marcar su primer gol con el primer equipo, en el minuto 116 empatando el partido y metiendo a Osasuna en la final de la Copa, en un juego en el que las paradas de Sergio Herrera mantuvieron a Osasuna en la eliminatoria.
Perdonó el Athletic la vida a Osasuna que así pudo llegar a la prórroga.
En esta, el técnico de Osasuna, Jagoba Arrasate ordenó varios cambios, el más relevante el de Pablo Ibáñez que entró por Aimar Oroz que con Herrera había sido de lo más destacado. Ibañez aprovechó un envío de Moncayola para marcar a cuatro minutos del final de la prórroga.
Ya no se movería más el marcador y los rojillos celebraron en la plaza del Castillo en su regreso de madrugada a Pamplona, arropados por miles de fanáticos que pese a ser martes noche se acercaron para vivir un momento histórico.