El aislamiento por Covid-19: aclaremos los nublados del día con datos
Mary Munive Angermüller redaccion@larepublica.net | Lunes 12 junio, 2023
Mary Munive Angermüller
Ministra de Salud
Vicepresidenta de la República
Podría empezar diciendo que la infección por COVID-19, según la OMS, ya no constituye una emergencia de salud pública de interés internacional. O podría decir que los casos de Covid-19 presentan una tendencia a la baja desde la semana epidemiológica 33 del año 2022 (con menos de 10000 casos por semana, con un total de 8892 casos), que para el año 2023 el pico máximo de casos se presentó en la semana epidemiológica 1 con un total de 5739 casos y que, por otro lado, para la última semana epidemiológica del 2023 hubo tan solo 906 casos.
También podría decir que las hospitalizaciones por Covid-19 presentan una tendencia a la baja desde la semana epidemiológica 35 del año 2022, con un promedio semanal de hospitalizados de 248 (205 en salón y 43 en UCI). O, de repente, podría decir que se ha presentado una tendencia a la baja en la mortalidad por Covid-19 y que, por ejemplo, en el año 2023, para la semana epidemiológica 21, el número de fallecidos por covid-19 apenas llegó a cinco.
Ya he dicho en otro momento que la tasa de vacunación del país es elevada para primeras y segundas dosis en mayores de 18 años con porcentajes de 96% y 92%, respectivamente. He dicho que más de un millón doscientas mil personas han sido confirmados con la enfermedad por COVID-19 a nivel nacional. Y he dicho que, por consiguiente, la inmunidad natural y la inmunidad adquirida por vacunación es alta.
Pero nada de eso, al parecer, les interesa a algunos periodistas y algunos formadores de opinión.
Como ministra, como médico, como persona responsable hablo desde la evidencia científica, desde los datos duros. Se suele decir que el dato mata el relato. No es el caso de esos periodistas y esos formadores de opinión que persisten en confundir a la ciudadanía.
En diciembre pasado, ciertamente, el mundo entero se conmocionó ante el aumento de casos de Covid-19 en China. Ese fenómeno coincidió, en efecto, con la reapertura total de las fronteras en el país asiático. Se creyó, entonces, que estábamos experimentando una regresión a los peores momentos de la pandemia y hubo quienes lanzaron fatalistas predicciones. Sin embargo, gracias a los esfuerzos realizados, meses después la OMS decretaba el fin de la emergencia.
Negar la existencia de la pandemia fue y sigue siendo algo particularmente peligroso. Pero hay algo hoy aún más peligroso y, sobre todo, más nocivo: negar la evidencia científica, objetiva, concreta, contundente de que la Covid-19 ya no es una emergencia.
No existe gran diferencia entre quienes hace unos años alegaban que la Covid-19 era tan solo una gripe y quienes hoy persisten en negar que toca pasar la página. Y aunque es vital seguir vigilantes ante la Covid-19 y otras posibles amenazas, también es necesario recuperar el tiempo que perdimos en la atención de muchísimos otros problemas de salud pública.
Hace unos días emitimos unos lineamientos para gestionar la amenaza por la Covid-19 a partir de prevención, vigilancia estricta y responsabilidad individual y colectiva. Creemos en la posibilidad de incorporar la experiencia del pasado al presente para construir un mejor futuro. Creemos en la necesidad de atender aquello que, por razones obvias, no pudimos atender en los últimos años. Y creemos en la capacidad de las y los costarricenses para seguir trabajando por la recuperación de un país maravilloso como el que tenemos.
Mary Munive Angermüller
Vicepresidenta de la República
Ministra de Salud